Aunque no gusta al Gobierno, la verdad es que la incipiente recuperación de la economía descansa en dos pilares que no controla: la fuerte caída de los precios del petróleo y las rebajas de tipos de interés del BCE. El ahorro en petróleo se calcula entre 15.000 y 20.000 millones al año, mientras que el descenso en los tipos de interés ha aliviado en 17.000 millones la carga de la deuda desde 2012. Pero el viento favorable puede cambiar. España ha disparado las importaciones de petróleo justo cuando el mercado del crudo da muestras de haber tocado fondo, según señalan firmas de análisis como Morgan Stanley.
Tras registrar un promedio de 110 dólares por barril desde 2011 hasta mediados de 2014, el crudo Brent, de referencia en Europa, cayó por debajo de los 50 dólares en enero. Ahora remonta tímidamente -ronda los 59 dólares- a pesar de que la estrategia del mayor productor de la OPEP, Arabia Saudí es mantener la producción alta y los precios bajos para garantizar que el petróleo no pierde posiciones frente a la producción nueva no convencional de hidrocarburos (fracking).
Problemas a medio plazo
"A medio plazo, el panorama es incierto y preocupante" explica el exdirector del Instituto de Diversificación y Ahorro Energético (IDAE), Javier García Breva. España importa prácticamente todo el petróleo que consume y la factura es elevada, en torno al 4% del PIB anual. Para un país que depende en un 76% del exterior para cubrir sus necesidades en energía, un cambio en la orientación de los mercados puede ser muy negativo si no se controlan los desequilibrios.
Eso es, precisamente, lo que está sucediendo. Las importaciones de disparan justo cuando el mercado del crudo da síntomas de que puede estar iniciando un nuevo ciclo. Lo dicen los datos de la corporación Cores, encargada de gestionar las reservas. En febrero, según la corporación, las importaciones crecieron un 28,4% respecto al mismo mes de 2014. En los dos primeros meses de 2015, el aumento de las compras fue del 8,5%.
La fiebre importadora en España coincide con una circunstancia que presiona al alza los precios del crudo. Las reservas de las grandes compañías, BP, Chevron, ExxonMobil, Royal Dutch Shell y Total, se redujeron el año pasado. De 80.000 millones de barriles equivalentes de petróleo (Bep) a 78.600. Es la mayor caída en siete años, según El Periódico de la Energía. Las grandes empresas acumulan menos reservas porque los precios del petróleo no invitan a invertir en exploración y los descubrimientos son menores. No falta petróleo, es que se busca menos.
Reducción de gastos
Martijn Rats(Morgan Stanley) ha destacado en sus informes la rapidez con la que las compañías petroleras han reducido gastos (un 22%) hasta cifras cercanas a las de 1986. Todo encajaría si la demanda permaneciera estable o inlcuso a la baja. Pero si la Agencia Internacional de la Energía no se equivoca, la demanda va a crecer en los próximos años, con lo que será difícil que los precios del barril vuelvan a los niveles de hace unos meses, aunque sin descartar algún episodio de bajada puntual.
Las petroleras también creen que los precios del petróleo han tocado fondo. Operaciones como la recién anunciada compra de la norteamericana BG por parte de Royal Dutch Shell por 64.000 millones de euros respondería, según fuentes empresariales, a la convicción de que los precios van a remontar.
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Otro gigante
Royal Dutch Shell pretende formar con BG un gigante de la energía valorado en más de 200.000 millones de librasgigante de la energía (272.000 millones de euros). La de Shell constituye la mayor operación del sector en una década. Los expertos consideran que sólo es un primer movimiento. Todo apunta una oleada de fusiones y adquisiciones similar a la que hubo en el sector después de la última gran caída del precio del petróleo a finales de los noventa.
La compra de BG supera en más de seis veces la compra de la candiense Talisman por la española Repsol. La adquisión, por 10.000 millones de euros, es la mayor operación internacional realizada por una empresa española en los últimos cinco años. Permitirá a Repsol situarse entre las 15 compañías petroleras privadas más grandes. Pero la pregunta es obvía: una vez abierto el baile de compras y de fusiones ¿Repsol es un objetivo?. Nadie lo descarta. Siempre ha existido la posibilidad, admiten fuentes de la empresa "y nada ha cambiado en ese sentido".
Aunque no gusta al Gobierno, la verdad es que la incipiente recuperación de la economía descansa en dos pilares que no controla: la fuerte caída de los precios del petróleo y las rebajas de tipos de interés del BCE. El ahorro en petróleo se calcula entre 15.000 y 20.000 millones al año, mientras que el descenso en los tipos de interés ha aliviado en 17.000 millones la carga de la deuda desde 2012. Pero el viento favorable puede cambiar. España ha disparado las importaciones de petróleo justo cuando el mercado del crudo da muestras de haber tocado fondo, según señalan firmas de análisis como Morgan Stanley.