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TRANSPORTE POR CARRETERA

Viajes del Imserso en los que el que conduce es el más viejo: los profesionales del volante exigen jubilarse mucho antes

El índice de siniestralidad entre el personal conductor es más alto que para el resto de ocupaciones.

Congelada. Así denuncian los conductores profesionales de camiones y de autobuses de más de nueve plazas que se ha quedado su reivindicación de que les reconozcan la jubilación anticipada. Convocados por los sindicatos UGT y CCOO, se han concentrado este viernes 7 de junio frente a la madrileña sede del Ministerio de Inclusión, Seguridad Social y Migraciones para exigir que se les reconozca. Y no sólo por ellos: “Llevamos tiempo advirtiendo ante las instituciones de que con una elevada edad al volante nuestras capacidades para el desempeño de la profesión se ven mermadas, con las graves consecuencias que este hecho tiene para nuestra seguridad y la de los usuarios de las carreteras, tanto en el transporte de viajeros como de mercancías”, sintetizan fuentes sindicales.

En 2023, había 368.824 conductores de camiones y autobuses, lo que significó casi un 14% más que el año anterior. De ellos, el 61,7% se encontraba en el intervalo de 35 a 54 años, el 27,1% tenía 55 o más, y sólo el 11,2% se encuadraba en el grupo de menores de 35 años. “La edad media del personal conductor es más elevada que la del conjunto de las ocupaciones”, asevera Diego Buenestado, secretario federal de Transportes, Carreteras y Urbanos de FeSMC-UGT, para quien “no es justo que a otros colectivos se les conceda la jubilación anticipada y a quienes llevan un montón de años conduciendo, trasladando viajeros y transportando mercancías, no se les dé, en contra de lo que pasa en muchos países”, critica. A su juicio, esa negativa entraña “un problema para la seguridad vial”, dado que “hay evidencias suficientes que relacionan la edad con mayores tasas de siniestralidad y de absentismo, de bajas por enfermedad”, señala.

Palabras que confirma el contenido del Informe sobre seguridad y salud del personal conductor de camiones y autobuses, elaborado por FeSMC-UGT y fechado este junio, en el que se refleja que en 2022 el índice de siniestralidad del sector fue de “4.580 accidentes de trabajo por cada cien mil personas ocupadas”, mientras la media nacional se situó “en 2.951” percances con baja. Ese mismo ejercicio, “98 conductores y conductoras perdieron la vida”, lo que se tradujo en “un índice de incidencia de 30 personas fallecidas por cada cien mil”.

Y manejan otras cifras: la ocupación que notificó más accidentes de tráfico mortales en jornada de trabajo fue la de los conductores y operadores de maquinaria móvil, con el 62,5% del total. Esto implicó una tasa de incidencia hasta nueve veces mayor que la media. El 45% de esos siniestros que resultaron mortales lo sufrieron personas con 55 o más años y el 85% superaban los 45. Un patrón que se repite con la gravedad de los accidentes: casi el 75% de los que causaron lesiones serias los protagonizaron mayores de 45 años. Por lo que respecta a las ausencias laborales motivadas por enfermedad, accidente o incapacidad temporal, éstas se elevaron un 70,1% entre 2022 y 2023 en el caso de estos trabajadores, frente al 7,5% asociado al conjunto de la población ocupada.

“Una persona con 67 años no se puede mantener en esos puestos. Tenemos casos en los que se han hecho excursiones de jubilados del Imserso, y el mayor era el conductor del autobús. Y la fatiga mata”, proclama Buenestado. “Algunos de estos trabajadores soportan a diario mucha presión porque llevan a gente en sus vehículos, lo que conlleva una gran responsabilidad. A veces están expuestos incluso a escenas de violencia”, añaden otras fuentes sindicales.

Francisco Vegas, secretario general de Carreteras y Logística de FSC-CCOO, confirma que “el sector del transporte por carretera es, junto al de la construcción, en el que más accidentes laborales ocurren. De hecho, tiene tres veces más mortales que la media referida a las personas mayores de 55 años. Los datos de siniestralidad están ahí, los propios ministerios los publican, y los estudios dicen que una persona mayor de 55 empieza a perder capacidades físicas de todo tipo, motoras, de vista de oído…”, enumera. “En Navarra y Aragón -encadena-, en lo que va de año, han muerto 25 conductores profesionales. Podemos decir que están falleciendo a diario y no sólo ellos, porque en los accidentes también pierden la vida usuarios de la vía. La accidentabilidad está registrada, es más alta que nunca y no podemos seguir permitiendo una sangría que está un poco oculta, al no ser lo mismo que el derrumbe de un edificio, por ejemplo. Pero prácticamente casi todos los días, por desgracia, estamos enterrando a compañeros que mueren en las carreteras”, se lamenta.

Si a lo narrado se une “cómo se desarrolla la profesión”, la mezcla es, a su entender, preocupante. “Tenemos jornadas laborales largas, condiciones precarias, tiempos mínimos de descanso, que no siempre lo son porque hay que volver a casa e intentar conciliar la vida, dormir, levantarse…; continuos cambios y alteraciones del sueño, estrés por la circulación, las inclemencias etc. Todo eso, convierten al puesto de trabajo en peligroso y penoso. Y las situaciones de peligrosidad y penosidad, precisamente, son por las que se pueden acceder a los coeficientes reductores para una jubilación anticipada”, argumenta. E incide: “Dormir en una cabina, a veces con un motor de frigorífico arrancado, con frío, con calor… El cansancio se va acumulando y las facultades van disminuyendo porque sufrimos un envejecimiento prematuro que está más que demostrado. No tenemos enfermedades profesionales reconocidas y los conductores no van al médico normalmente porque están fuera de casa. A menudo no se tratan lo que les pasa, o se automedican, lo que contribuye todavía más a las enfermedades. Y, cuando se llega a los 55 años, muchas veces esa persona no está suficientemente apta para seguir conduciendo”, concluye.

Vegas pone el acento en que hace “20 años” que reivindican lo mismo, por lo que hay una sensación extendida entre los conductores de frustración. Relata que Esquerra Republicana (ERC) presentó en abril una proposición no de ley en la Comisión de Transportes y Movilidad Sostenible del Congreso encaminada a fijar coeficientes reductores para rebajarles la edad de jubilación. “Votaron a favor todos los grupos, excepto PP y Vox que se abstuvieron. Por tanto, el Congreso aprobó un mandato al Gobierno para que legislara, pero no ha hecho nada”. Es más, “no es la primera iniciativa que sale adelante, bien en el Congreso o en el Senado, y todo ha quedado luego en un cajón”, se queja. Tampoco ha atendido el Ejecutivo, dice, “las solicitudes que se le han presentado en el mismo sentido por parte de las organizaciones sindicales, en este caso CCOO y UGT. Viene haciendo caso omiso”, recalca.

Aplicar el modelo francés o más flexibilidad

¿Qué es lo que piden exactamente? “Queremos que se establezcan coeficientes reductores, algo como el modelo francés, que permite adelantar la jubilación cinco años, si llevas 20 o más conduciendo. O la jubilación pactada flexible que tienen trabajadores de otros colectivos como los de la siderometalurgia”, resume Buenestado.

“Se nos reconoce como un servicio esencial”, anota Vegas, “pero no se nos trata como tal. El piloto de un avión o el maquinista de un tren tienen jubilación anticipada y el conductor no puede ser tratado de diferente manera a otros profesionales que tienen la misma responsabilidad que nosotros”, martillea.

Desde ambos sindicatos lanzan un aviso claro a navegantes: “Si no se legisla, vamos a ir a la huelga. Está muy cerca y afectaría a todo el transporte por carretera de España”. Agregan un matiz que no es menor: “Lo que ha habido hasta ahora han sido paros patronales para obtener sus propias reivindicaciones, que no dejan de ser subvenciones al combustible, ayudas a empresas… Pero eso no es una huelga. Nunca se ha hecho una del sector y la convocaremos, si no se atienden nuestras reivindicaciones y se paralizará el país”, insisten rotundos. Aún han de pactar CCOO y UGT la fecha y tienen la intención de armar una “nueva ronda de contactos” previa al parón con todos los partidos.

En el acto de protesta de este viernes, que ha reunido entorno a un millar de personas según las entidades sindicales, se ha demandado, más allá del "esencial" cambio de la regulación de la jubilación, alguna otra cuestión como limitar las labores de carga y descarga, ya que un número importante de los accidentes tienen lugar cuando se realizan esas funciones; o favorecer la posibilidad de ocupar otros puestos, cuando el trabajador comunique que tiene dificultades para desempeñar su labor. Esto contribuiría a contraer riesgos.

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