'Operación Trampa'
El expresidente de Sacyr pide de dos a cuatro años de cárcel para Villarejo y la dirección del BBVA por el espionaje
Los ejecutivos a los que presuntamente espió el excomisario José Manuel Villarejo por encargo del expresidente del BBVA Francisco González están acudiendo a los jueces para denunciar la violación de sus conversaciones profesionales y, sobre todo, personales. Lo ha anunciado el expresidente de la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV) Carlos Arenillas y lo hizo el presidente del grupo Sacyr, Luis del Rivero, en una denuncia conjunta con el ex consejero del BBVA José Domingo de Ampuero y el ex director general adjunto y consejero de Sacyr Vicente Benedito.
El pasado 12 de febrero presentaron en el Juzgado Central de Instrucción número 6 de la Audiencia Nacional, encargado de la investigar el espionaje, un escrito en el que piden penas de entre dos y cuatro años de prisión para el excomisario y quienes le encomendaron el trabajo. Les atribuyen un delito agravado de descubrimiento y revelación de secretos de empresa, así como otro de descubrimiento y revelación de secretos relativos a la intimidad cometido por funcionarios públicos. Ése sería el caso de José Manuel Villarejo que, según destaca la denuncia, se ha jactado de actuar “como parte de la estructura del Estado en calidad de agente encubierto”.
Los denunciantes entienden que se trata de un “delito especial impropio agravado” debido a la “mayor facilidad” que tuvo el autor para cometerlo y a la “correspondiente indefensión para la víctima”. Además, subrayan que el plazo de prescripción del delito es de 15 años. Las supuestas escuchas se realizaron en entre 2004 y 2005. De las 15.000 llamadas pinchadas, Villarejo puso a disposición del BBVA el contenido de 750, así como mensajes de texto, señala el escrito presentado al juez.
Querella del exvicepresidente de la CNMV
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Este miércoles el exvicepresidente de la CNMV en esos años, Carlos Arenillas, ha anunciado que presentará una querella por el mismo motivo en sendas cartas que ha enviado al gobernador del Banco de España, Pablo Hernández de Cos, y al presidente del regulador bursátil, Sebastián Albella.
A Arenillas, Villarejo no sólo le intervino las llamadas telefónicas sino que, además, fotografió su domicilio y siguió su coche oficial, según las informaciones publicadas por Moncloa.com y El Confidencial. Al igual que Del Rivero, Benedito y De Ampuero en su denuncia, el ex número dos de la CNMV asegura en ambas cartas que el teléfono pinchado lo empleaba para sus comunicaciones personales, pero “sobre todo para las profesionales”. De forma que no sólo se violentó su intimidad personal, sino que también pudo haberse visto “comprometida información confidencial” derivada de su cargo institucional. De ahí que inste tanto al Banco de España como a la CNMV a que revelen cuál es su posición en el procedimiento judicial que se sigue en la Audiencia Nacional.
El espionaje, que el propio excomisario bautizó como Operación Trampa, se produjo en plena ofensiva del Gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero y la constructora Sacyr José Luis Rodríguez ZapateroSacyrpara tomar el control del BBVA. En ese momento, Sacyr pretendía adquirir una participación significativa en el BBVA de hasta el 5%, explica el expresidente de la constructora en la denuncia, que junto con el 4,2% en poder de De Ampuero, podía otorgarle “una notable presencia en el consejo de administración” del banco. A esa maniobra se oponía Francisco González, que bautizó a sus rivales como “grupo hostil”.