El lunes 15 de abril de este año, Abdelkrim S., alias Krimo, subió en Marsella a un TGV, el tren alta velocidad francés, que le iba a llevar a Alemania. Su destino final era Múnich. El narcotraficante francés, encarcelado durante 10 años por su implicación en un doble asesinato en Marsella, no tiene ni idea de que todos sus movimientos están siendo grabados por agentes de los servicios de inteligencia alemanes. De que le observan cogiendo un taxi desde su hotel de Múnich el martes por la mañana hasta un barrio al este del río Isar. Allí, Abdelkrim resulta estar especialmente interesado en una calle donde viven algunos destacados residentes judíos que mantienen estrechos vínculos con Israel.
Krimo graba con detalle sus casas, y el acceso a ellas, con su smartphone. “Abdelkrim tenía constantemente su teléfono en la mano”, se lee en uno de los documentos de los servicios de inteligencia europeos e israelíes obtenidos por Mediapart y compartidos con la red de investigación European Investigative Collaborations (EIC), de la que forma parte infoLibre. Las fotos del informe muestran a Abdelkrim –barba negra, pelo rapado y una pequeña coleta negra– caminando por la calle con un teléfono móvil en la mano.
Dos semanas después, Abdelkrim S. y su esposa Sabrina son detenidos en Francia. Se les acusa de pertenecer a una organización terrorista.
Es más, los fiscales franceses creen que Abdelkrim, ayudado por su mujer, actuaba a las órdenes de Irán. Sospechan que ambos formaban parte de una célula terrorista de delincuentes comunes que preparaban asesinatos contra ciudadanos israelíes o miembros de la comunidad judía en Alemania y Francia. En un informe enviado a la Fiscalía Nacional Antiterrorista (PNAT) francesa a principios de mayo, la Direction Générale de la Sécurité Intérieure (DGSI), el principal servicio de inteligencia galo, explicaba que “la utilización de proxies [personas reclutadas por un servicio de inteligencia para llevar a cabo misiones que no desea ejecutar directamente] procedentes de la delincuencia organizada con fines operativos en suelo europeo es característica del terrorismo de Estado iraní”, con el objetivo de “golpear objetivos civiles y aumentar el sentimiento de inseguridad en el seno de la oposición y de la comunidad judía y/o israelí”.
Abdelkrim no llegó a atentar en Múnich, ni en Berlín, adonde también viajó, ni en París, donde los empleados de una empresa de seguridad israelí –que figuraba entre sus objetivos, según los documentos confidenciales a los que ha tenido acceso EIC– fueron alertados a tiempo.
Pero algunos de sus planes sí fueron ejecutados con éxito. Abdelkrim es sospechoso de estar detrás de cuatro ataques incendiarios contra empresas de propiedad israelí en el sur de Francia. El 28 de diciembre del año pasado, el incendio de una empresa de depuración de agua en Châteaurenard, tres días más tarde el de una empresa de lavado de camiones en Perpiñán, el 2 de enero un tercero en una empresa de regadíos en Toulouse y un día después otro más en una firma de software de Oytier-Saint-Oblas. No hubo víctimas en ninguno de los cuatro siniestros, pero los daños fueron cuantiosos.
Abdelkrim recibió órdenes de otro delincuente francés, Sedat K., actualmente en prisión preventiva. Ambos se conocieron en la cárcel de Bourg-en-Bresse, cerca de Lyon, donde habían coincidido en 2021. Krimo declaró a la fiscalía francesa que recibió 1.000 euros por las misiones de reconocimiento en Alemania. Según dijo, un amigo de Lyon que estaba con él en la cárcel le contó que había invertido en una empresa alemana y que le habían estafado: “Me pidió que fuera a hacer fotos y vídeos del lugar. No tenía que acercarme a la gente, nada. Sólo hacer fotos”. Las autoridades francesas sostienen que la célula terrorista iraní estaba dirigida por un narcotraficante de Lyon, Ümit Bülbül, que viaja con un pasaporte turco expedido bajo una identidad falsa. De origen kurdo, utilizaba tres números de teléfono iraníes y un número 06 holandés –un móvil–, según consta en los documentos analizados por EIC.
La revista alemana Focus publicó a finales de abril que las autoridades holandesas ya habían sido advertidas por el servicio secreto israelí Mossad sobre la amenaza de una célula iraní. Y fue ese artículo lo que llevó a las autoridades francesas a detener inmediatamente a Abdelkrim S., que era mencionado por Focus. Temían que huyera. Preguntado al respecto por NRC Handelsblad, también socio de EIC; el servicio de inteligencia holandés AIVD se limita a responer que no hace declaraciones sobre “el intercambio de inteligencia con otros servicios”. Tampoco ha querido comentar nada sobre el número 06 holandés supuestamente utilizado por Ümit Bülbül.
El intento de asesinato de Vidal-Quadras
Sin embargo, la relación entre las redes criminales de los Países Bajos y el terrorismo iraní en Francia no es precisamente una novedad. Así lo demostró el atentado contra el exvicepresidente del Parlamento Europeo Alejo Vidal-Quadras en Madrid el pasado 9 de noviembre. Un motorista le disparó a quemarropa en la cara mientras caminaba por la calle de Núñez de Balboa, en el barrio de Salamanca. El político sobrevivió al ataque y, ya en la ambulancia, señaló a Irán como responsable. Precisamente con dinero de la oposición al régimen de los ayatolás, Vidal-Quadras cofundó Vox en 2013. Profesor de Física nuclear, ha impartido conferencias sobre la amenaza nuclear iraní y es miembro del lobby Amigos Europeos de Israel. Lleva décadas encabezando grupos de apoyo a los opositores iraníes.
“El 26 de octubre de 2022 el régimen iraní publicó una lista negra. Yo era el número uno, junto con varios diputados del Parlamento Europeo”, aseguró Vidal-Quadras en la primera rueda de prensa que dio tras el ataque, tres meses después. Su abogada, Carmen Ladrón de Guevara, de la Asociación de Víctimas del Terrorismo, asegura a infoLibre que la investigación policial sobre el atentado “avanza”. “Aún quedan detenciones por hacer y hay varias comisiones rogatorias [enviadas a otros países] pendientes”, explica. En manos del titular del Juzgado de Instrucción número 5 de la Audiencia Nacional, Santiago Pedraz, el sumario se encuentra aún bajo secreto judicial.
En efecto, la investigación ha dado resultados con gran rapidez. Hasta el momento siete son los detenidos por el ataque a Vidal-Quadras, el último hace sólo tres días. Los primeros, apenas dos semanas después del disparo en la calle.
Y todos ellos han ido apuntalando la conexión del atentado con Teherán. La penúltima detención fue el pasado junio en Haarlem, cerca de Amsterdam. El refugiado y activista iraní Siamak Tahmasbi vivía allí entonces. Ante sus decenas de miles de seguidores en las redes sociales, Tahmasbi critica ferozmente al régimen iraní. Uno de sus últimos vídeos de Instagram muestra el cuerpo mutilado de un hombre, al parecer miembro de una minoría étnica, que, según los activistas, fue torturado hasta la muerte por la policía iraní. “Son unos bárbaros”, dice Tahmasbi del actual régimen en Teherán. Ahora se encuentra bajo protección policial, viajando de refugio en refugio.
Pero, por teléfono, se muestra dispuesto a explicar cómo apenas ha pegado ojo en las últimas semanas, temiendo un atentado contra su vida. “Sabía que iban a enviar a alguien. Ya habían detenido a mi primo en Irán. A través de él supe después que tenía que dejar mi activismo o me matarían. También me llegaron muchas amenazas a través de las redes sociales”, detalla Tahmasbi. No obstante, cree que la cobertura mediática de su caso, y de las amenazas de Irán en general, podrían aumentar su seguridad.
El jueves 2 de mayo alguien entró por primera vez en su piso de Haarlem. “A través de una cámara, vi en mi teléfono cómo un hombre saltaba al balcón y abría la puerta de mi piso. Yo no estaba en casa y llamé inmediatamente a la policía. Cuando llegó un helicóptero de la policía, el ladrón se marchó”, cuenta Tahmasbi.
“Después de eso, me quedé mirando las grabaciones del circuito cerrado de televisión todas las noches para ver si había alguien en la puerta. Cuando por fin aparecieron dos hombres el 6 de junio, pulsé inmediatamente el botón de alarma”, recuerda. En cuestión de minutos, la policía que se encontraba cerca de su residencia detuvo a dos hombres armados. Uno era un colombiano de 27 años. Según Tahmasbi, se trataba del mismo hombre que irrumpió en su casa el 2 de mayo. Un portavoz de la fiscalía no ha querido confirmarlo en interés de la investigación.
El otro detenido era Mehrez Ayari, un tunecino de 38 años a quien los agentes consideran el autor del disparo que a punto estuvo de costarle la vida a Alejo Vidal-Quadras. La policía francesa llevaba tiempo buscándolo por el asesinato, por encargo de la Mocro Maffia –la organización criminal integrada por marroquíes de segunda generación en los Países Bajos y Bélgica– de un narcotraficante de cannabis en agosto de 2022 en el departamento de Valle del Oise, cerca de París.
El hermano de Mehrez ha sido el último detenido hasta el momento, el pasado día 2. La policía francesa lo arrestó en cumplimiento de una orden europea de detención y entrega emitida por España. Se considera que participó directamente en la “planificación y logística del atentado”.
Por el intento de asalto en Haarlem también fue detenida también Chahinez K, una mujer de 27 años de Bolduque, la capital de la provincia holandesa de Brabante. En realidad, Chahinez K. ya había sido arrestada en abril por su implicación en el atentado contra Vidal-Quadras en virtud de otra orden internacional emitida por las autoridades españolas.
NRC Handelsblad sólo ha encontrado una página de Facebook anónima de Chahinez K., con una bandera palestina y el texto Estoy con Palestina en la foto de perfil. Según las explicaciones que las autoridades españolas han dado a las holandesas para pedir su extradición, Chahinez K. tomó un vuelo al sur de España para reunirse con su exnovio Sami Bekal Bounouare, alias Pacho, unas semanas antes del ataque a Vidal-Quadras. También lo acompañó luego a Madrid, informa Efe.
Este español de origen marroquí, que vivió mucho tiempo en Rotterdam, es considerado el cerebro del atentado contra el político español. Según publicó El País, abandonó España el día antes del intento de asesinato de Vidal-Quadras, pero había cruzado mensajes con Naraya Gómez Mala, otro de los implicados, converso al islam chií y detenido en Lanjarón (Granada) en noviembre junto con su novia, Sasha B., una ciudadana británica. Tanto Mehrez Ayari como Sami Bekal Bounouare y Chahinez K. se reunieron en Lanjarón para preparar allí el atentado. La policía española sigue buscando a Sami Bekal, que pudo huir a Marruecos.
Ante el tribunal de Ámsterdam, Chahinez K., a la que se acusa de “financiar” el atentado, declaró a finales de junio que había sido utilizada por su expareja. “No pertenezco al grupo de personas que realizan actos tan inhumanos y horribles. Y esa parte económica [prestó 250 euros a su ex y 250 más salieron de su cuenta bancaria a la de otro de los cómplices], si hubiera sabido cuál era su finalidad, nunca lo habría hecho”, declaró ante el juez. Cuando concluya la investigación en los Países Bajos sobre el intento de asalto a Siamak Tahmasbi en Haarlem, Chahinez K. será entregada a España. El tribunal de Ámsterdam también ha aprobado la extradición del resto de los sospechosos del caso detenidos en los Países Bajos.
Informados por el Mossad
Pero los objetivos de la célula terrorista eran mucho más amplios. Como se desprende de los documentos a los que ha tenido acceso EIC, la DGSI francesa informó a la Fiscalía Nacional Antiterrorista en abril sobre una “amenaza de origen iraní que afecta a intereses israelíes”. En realidad, la contrainteligencia gala llevaba varios meses en el caso, tras ser alertada por el Mossad. A preguntas de EIC, el servicio de inteligencia israelí no ha querido confirmalo ni desmentirlo. Se limitó a responder que “existe un diálogo y una cooperación permanentes entre los servicios de inteligencia para eliminar amenazas”.
El pasado noviembre, Roy [nombre supuesto, el real no se revela para proteger su seguridad], antiguo asesor de una empresa de seguridad de Tel Aviv residente en Francia, fue advertido por las autoridades francesas de que una célula terrorista dirigida desde Irán planeaba atentar contra él. La DGSI explica en una nota que “en vista de la amenaza que pesa sobre su vida”, Roy ha sido “invitado en varias ocasiones a abandonar el territorio francés”, en noviembre y diciembre de 2023 y en abril de 2024. Su familia y él mismo han abandonado su domicilio en París y buscado alojamiento de alquiler en la capital francesa. Tres antiguos compañeros suyos de trabajo también estaban en el punto de mira de Teherán, según la DGSI.
El motivo del interés iraní en Roy no está claro: quizá porque trabajó durante 10 años para la embajada israelí en Francia, o porque se encargó de la seguridad de la línea aérea El Al en el aeropuerto de París, o por sus dos años de trabajo en la empresa privada de seguridad. Preguntado al respecto por Shomrim, socio israelí de EIC, el fundador y jefe de esa firma, además antiguo miembro del Shin Beth, el servicio de inteligencia interior de Israel, jura que no tenía “ni idea” de las amenazas que pesan sobre sus empleados. Y ningún funcionario francés le advirtió sobre ellas.
Los servicios de inteligencia franceses creen que, debido a “las medidas adoptadas para proteger a los objetivos” de este plan de asesinato, la célula terrorista pasó a otro tipo de acciones. A los cuatro incendios de empresas israelíes de finales de 2023. Cada uno de ellos se prendió en los días siguientes a las búsquedas de sus direcciones en internet que hizo Abdelkrim S. Pero el francoargelino no es más que un especialista en logística del crimen organizado. El jefe es Ümit Bübul. Los servicios de inteligencia europeos lo sitúan como el vínculo entre la delincuencia organizada y Al-Quds, la unidad de élite de la Guardia Revolucionaria Islámica, al cargo de sus operaciones exteriores. EIC ha intentado, sin éxito, ponerse en contacto com Bübul para preguntarle por estas acusaciones. Como persona de contacto entre el kurdo y el argelino los investigadores sitúan a Sedat K., el compañero de prisión de Abdelkrim y lugarteniente en las operaciones de tráfico de drogas de Bübul. Encarcelado en la prisión de Saint-Quentin-Fallavier, se le encontró un móvil entre cuyos contactos de Facebook Messenger apareció Ümit Bübul y Abdelkrim en los de Telegram. Pero no había mensajes entre ellos y Sedat K. no ha sido acusado.
Los documentos consultados por EIC también revelan que Abdelkrim no tiene precisamente el perfil de un asesino a sueldo. En la comisaría de Nimes, cuando fue detenido, sufrió un ataque de ansiedad y fue trasladado al hospital. “Soy claustrofóbico y tengo ataques de pánico cuando estoy encerrado. Los tengo desde que estuve en la cárcel”, explicó.
“¿Hezbolá? Eso es una enfermedad, ¿no?”, respondió a los policías cuando le preguntaron por la milicia chií libanesa. ¿Los ataques con drones de Irán contra Israel? “No sabía nada de eso. ¿Salió en la tele?”. También dijo que, cuando la policía le notificó los delitos de los que se le acusaba, se echó “a temblar”: “Me llaman ‘terrorista’. Es un gran problema. Es una palabra que da miedo”. Y, ante una pregunta inofensiva, el hombre acusado de planear asesinatos se preocupa: “No se lo dirá a mi mujer, ¿verdad?”.
En una sala contigua, su mujer, Sabrina, se entera por los investigadores de que el padre de sus hijos aprovechó un viaje a Berlín en febrero, supuestamente por San Valentín, para visitar el lugar de trabajo de una figura influyente de la comunidad judía. La embarazada enrojece de ira. “Si trajo a su familia para hacer esto, es repugnante. Fue un regalo envenenado. Me manipuló, sabía exactamente lo que hacía. Y yo le seguí la corriente como una idiota...”. Al mismo tiempo, le cuesta imaginar que su marido esté implicado en estos planes terroristas. “Abdelkrim nunca ha apoyado a Palestina, no le importa”.
Mediapart ha preguntado a una de las abogadas de Abdelkrim, Margaux van der Have, por las acusaciones contra su defendido. “Mi cliente se encuentra en un caso cuya gravedad va descubriendo a medida que se le presentan los elementos de la investigación”. “La falta de identificación y/o detención de los autores intelectuales o asesinos de la célula terrorista descrita por la Fiscalía Nacional Antiterrorista obliga a mi cliente a ponerse un traje demasiado grande para su papel y los objetivos criminales presuntamente establecidos”, insiste su abogada.
Por su parte, Camilla Quendolo y Melody Blanc, abogadas de Sabrina, señalan que su cliente “ha negado constante y firmemente haber participado en modo alguno en los actos que se le imputan, ni tener conocimiento de ellos”. La mujer “es desconocida para las autoridades policiales y judiciales, y no ha sido radicalizada”, subrayan.
Un ministro iraní acusado de terrorismo
El uso de delincuentes comunes para atacar objetivos en Europa no es una práctica iraní reciente. “Hasta los años 90, eran comandos de la Guardia Revolucionaria los que atentaban contra opositores al régimen, pero desde el asesinato de cuatro disidentes kurdos en el restaurante Mikonos en Berlín, en 1992, utilizan sicarios contratados”, asegura a infoLibre Alejo Vidal-Quadras. Cuatro años después, el Tribunal Supremo alemán ordenó la captura de Alí Fallahian, ministro encargado de los servicios secretos de Irán, por su presunta implicación en el ataque. La justicia alemana, por tanto, apuntaba directamente al Gobierno de Teherán.
Desde entonces, se han sucedido los encargos iraníes al crimen organizado europeo. En diciembre de 2015, Mohamed Reza Kolahi Samadi fue asesinado en la localidad holandesa de Almere. Más tarde se supo que había sido condenado a muerte en Irán por un atentado perpetrado en Teherán en 1981 en el que murieron decenas de altos cargos del Partido de la República Islámica. El jefe de la Mocro Maffia Naoual F. fue condenado a 23 años de prisión en 2022 por el asesinato.
Cuando otro opositor al régimen iraní fue asesinado en La Haya en 2017, los servicios de inteligencia holandeses tardaron dos años en identificar a Irán como responsable. El servicio de inteligencia dijo entonces que tenía “fuertes indicios” de que Irán estaba detrás de esos crímenes. El entonces jefe de la AIVD y actual primer ministro, Dick Schoof, fue más categórico. En 2019 hablaba sin ambages de “la implicación de Irán en los asesinatos”.
El pasado diciembre, un tribunal alemán dictaminó que Irán estaba detrás de un plan para atacar una sinagoga en Alemania. La orden procedía supuestamente de Ramin Yektaparast, un criminal germano-iraní, miembro de los Ángeles del Infierno de Mönchengladbach, que se había refugiado en Teherán tras ser acusado de un brutal asesinato en una pugna entre bandas. En Irán, según Der Spiegel, llevó una vida de lujo hasta su muerte esta pasada primavera. Posaba en internet delante de un Mercedes clase G y presumía de músculos en la piscina, con un tatuaje de un mapa de Irán en el pecho y otro de una esvástica en el brazo. A cambio de tanta hospitalidad, Yektaparast, organizó un ataque con cócteles molotov contra una escuela de Bochum, en el land de Renania del Norte-Westfalia, en noviembre de 2022. El objetivo, en realidad, parece que era la sinagoga de al lado. Esa misma noche alguien disparó contra la casa de un rabino en Essen, a sólo 16 kilómetros de Bochum.
En Suecia, los servicios de inteligencia locales acusaron a Irán el pasado mes de mayo de utilizar redes criminales locales para atentar contra objetivos judíos e israelíes. En enero alguien había lanzado una granada de mano contra la Embajada israelí en Estocolmo. En mayo también hubo disparos cerca de la legacion diplomática.
Según los expertos, Irán ha intensificado estas tácticas tras la condena en 2021 del diplomático iraní Assadollah Assadi en Amberes (Bélgica). Assadi trabajaba en la Embajada iraní en Viena. En 2018, fue sorprendido entregando una bolsa de explosivos a una pareja belga de origen iraní en un Pizza Hut de Luxemburgo. El objetivo era una reunión de decenas de miles de partidarios de la oposición iraní en París en 2018. Assadi fue condenado a 20 años de prisión, pero en 2023 fue canjeado por el trabajador de una ONG belga Olivier Vandecasteele, que había sido detenido en Irán en 2022 por un supuesto delito de espionaje que le valió una condena de 40 años de prisión y 74 latigazos.
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“Las acusaciones de que Irán está implicado en orquestar o apoyar cualquier ataque en los Países Bajos o en cualquier otro lugar de Europa son totalmente infundadas y absurdas”, ha contestado la Embajada de Irán en Países Bajos a preguntas de NRC Handelsblad. Según destacan, las afirmaciones que se hacen contra Irán “no son más que parte de una campaña deliberada de desinformación destinada a socavar las relaciones entre Irán y las naciones europeas”.
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Ilustración: ©Photo montage Justine Vernier/Mediapart
El lunes 15 de abril de este año, Abdelkrim S., alias Krimo, subió en Marsella a un TGV, el tren alta velocidad francés, que le iba a llevar a Alemania. Su destino final era Múnich. El narcotraficante francés, encarcelado durante 10 años por su implicación en un doble asesinato en Marsella, no tiene ni idea de que todos sus movimientos están siendo grabados por agentes de los servicios de inteligencia alemanes. De que le observan cogiendo un taxi desde su hotel de Múnich el martes por la mañana hasta un barrio al este del río Isar. Allí, Abdelkrim resulta estar especialmente interesado en una calle donde viven algunos destacados residentes judíos que mantienen estrechos vínculos con Israel.