Los grandes bancos españoles recortaron parcial o totalmente en 2020 las retribuciones variables que correspondían a sus altos directivos. Ana Patricia Botín (Santander), Gonzalo Gortázar (Caixabank) o Carlos Torres vieron menguar su sueldo en varios millones de euros menos con relación a los ejercicios 2019 y precedentes, cuando a la pandemia ni se le esperaba. A partir de otoño pasado comenzó la hiperactividad en el sector: primero vino el baile de fusiones, que ha alejado a España de Italia, Francia o Alemania, acercándola a la concentración bancaria que se da en Grecia, Chipre o los Países Bálticos, según el BCE. Luego llegó la cascada de Expedientes de Regulación de Empleo, que ha tenido su colofón este 20 de abril en Caixabank con el anuncio del mayor ERE de la historia de las entidades financieras españolas: 8.291 personas saldrán del nuevo banco tras la fusión de la entidad de origen catalán y Bankia.
Mientras, algo está ocurriendo estos días en las juntas de accionistas: las retribuciones variables anuales o diferenciadas, es decir, lo que comúnmente se conoce como bonus, han regresado al orden del día de estos cónclaves para devolver los emolumentos millonarios a la alta dirección. Y también a muchos otros altos cargos que no están en la primera línea pero sí en la segunda o tercera de sus respectivas entidades, y que entran dentro del selecto club de beneficiarios de bonus (pero mucho menos remunerados que el variable que perciben los consejeros ejecutivos u otros).
El caso de BBVA este martes 20 de abril ha sido sintomático: los sindicatos representados han denunciado ante la junta de accionistas el reparto de esos pluses millonarios (157 millones para 339 personas, que en el caso de Torres o el consejero delegado Onur Genç superan el millón de euros) una semana después de anunciarse un ERE que había sido desmentido por Genç meses atrás.
En total, los bancos españoles han anunciado en los últimos meses 17.400 despidos, la mayoría –aunque aún no todos– pactados y voluntarios. Teniendo en cuenta que en el sector ejercían en 2019 unos 174.028 empleados (según datos de UGT), cinco entidades van a enviar a la prejubilación o al paro al 10% de los trabajadores de banca: Caixabank, Santander, BBVA, Ibercaja y Sabadell, de momento. Los rumores apuntan a que próximamente habrá más anuncios de bajas, pactadas o no. La anterior crisis ya había adelgazado las plantillas sobremanera: en 2008 el número de empleados era de 270.351. En 11 años el sector se ha dejado al 35% de sus componentes, y la tendencia continúa. A la baja.
Caixabank. 8.291 salidas
La fusión que ha dado paso al primer banco español por volumen de activos ha llevado al ERE más voluminoso de la historia. Los contactos se revelaron a comienzos de septiembre y se consumaron el pasado 26 de marzo. Menos de un mes después, se ha avanzado la salida de 8.291 personas. El banco "pretende pagar la factura de la fusión y de la pandemia a costa de la plantilla, aprovechando un ERE por causas organizativas para recortar nuestras condiciones laborales y con unas condiciones de salida indignas y miserables", ha cargado UGT en un comunicado. "La propuesta de la empresa hace inviable la voluntariedad, lo que nos aboca a despidos forzosos", ha añadido.
Aunque varios directivos han salido de la estructura tras la fusión, como en el caso de José Sevilla (Bankia), el nuevo presidente de la entidad, José Ignacio Goirigolzarri, no estará sujeto a las restricciones salariales derivadas de dirigir una caja rescatada con la madrileña. Goiri percibirá a partir de ahora más del triple solo en remuneración fija, pasando de 500.000 euros en 2020 a más de 1,6 millones de euros. El CEO, Gonzalo Gortázar, obtuvo 2,8 millones el año pasado frente a los 3,7 que percibió en 2019. La diferencia es el rechazo a cobrar la parte variable.
El nuevo banco prevé una retribución variable para este ejercicio sujeta al cumplimiento de objetivos. "Para este 2021, se hará una propuesta de remuneración variable para el presidente y el consejero delegado para la Junta de Accionistas convocada para el 14 de mayo", aseguran portavoces de la entidad. No está todavía definida la cantidad a percibir.
SANTANDER. 3.572 SALIDAS
El ERE, consistente en un plan de desvinculaciones voluntarias, sigue en marcha. Las últimas noticias datan del 30 de marzo, cuando se confirmó que ya había más de 1.800 inscritos, de los que 1.300 tendrían entre 55 y 61 años (la franja de mayor edad, salvando los puestos directivos). Este plan de bajas se ha hecho con relativa paz social y acuerdos entre empresa y sindicatos, informan los segundos.
"Nosotros no vamos a recuperar la retribución variable porque nunca la suprimimos. Solo la recortamos", confían fuentes del banco. En el caso de los ejecutivos más altos, también hubo un recorte del salario fijo. Así viene reflejado en el informe anual: "El compromiso de Ana Botín y José Antonio Álvarez anunciado el 23 de marzo de 2020 de reducir el total de su salario y retribución variable en un 50%". Igualmente, se le recortó al resto de los risk takers (los beneficiarios de estos bonus, que asumen más riesgos que la media según los cánones bancarios). El salario de Botín pasó de 9,6 a 6,5 millones.
Ahora se recupera la retribución variable, tal y como viene marcado en los acuerdos adoptados en el orden del día de la junta de accionistas, el pasado 26 de marzo: 147 millones para el "grupo A", el más importante, compuesto de unos 300 altos cargos incluidos Botín y Álvarez –dentro de esta cantidad hay un tramo de 11,5 millones de euros reservado a los consejeros ejecutivos–, y otro bonus de 187 millones para 1.200 empleados. Todo ello sujeto al cumplimiento de objetivos y a repartir a lo largo de este y los próximos años.
bbva: 3.000 salidas
Los sindicatos han denunciado y votado en contra del acuerdo de este martes 20 de abril en junta de accionistas, que eleva el bonus del BBVA en 2021 a 157 millones a repartir entre 339 empleados. Destaca el variable que percibe el presidente, Carlos Torres (1,6 millones de euros), y el consejero delegado, Onur Genç (1,2 millones).
Este acuerdo en junta permitirá a Torres aumentar su salario de 4,10 a 6,9 millones y a Genç de 3,4 a 6,32 millones de euros. La oposición sindical viene reforzada por el anuncio surgido hace una semana: tras negar sistemáticamente la ejecución de un ERE, el CEO lo confirmó la semana pasada, una vez se publicara en Expansión.
"Nos resulta escandaloso que en esta junta se plantee la aprobación para directivos y consejeros de incrementos de retribución y pagos de bonus mientras se están planteando la destrucción de miles de puestos de trabajo", espetó la representante de CCOO a la dirección este martes en la junta. En 2020, la cúpula del BBVA renunció al bonus.
Por lo pronto, los 3.000 despidos se tienen aún que concretar. Y podrían ser más: hasta el anuncio de Caixabank, las cifras que se manejaban en la entidad rival fusionada eran de 7.000 salidas como máximo.
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Ibercaja y Sabadell: 750 y 1.800 salidas
Informaciones publicadas en los últimos días apuntan a que podría haber otras 2.000 salidas en Sabadell en 2021, una entidad que exploró en noviembre la fusión con BBVA antes de que ésta abortara la operación. Sabadell fue de los primeros en anunciar salidas, en noviembre también, con un plan de bajas incentivadas y prejubilaciones. El último consejo, celebrado en febrero, bendijo la vuelta de las retribuciones variables, tras renunciar la cúpula a ellas el año pandémico. En diciembre el consejero delegado, Jaume Guardiola, se jubiló, siendo sustituido por César González Bueno.
Finalmente, Ibercaja lanzó a principios de año un plan de salidas para 750 trabajadores... que se vio desbordado al apuntarse más gente de la que podía. El plan pretendía jubilar al grueso de los nacidos entre 1961 y 1963 aún vinculados laboralmente al banco.
Los grandes bancos españoles recortaron parcial o totalmente en 2020 las retribuciones variables que correspondían a sus altos directivos. Ana Patricia Botín (Santander), Gonzalo Gortázar (Caixabank) o Carlos Torres vieron menguar su sueldo en varios millones de euros menos con relación a los ejercicios 2019 y precedentes, cuando a la pandemia ni se le esperaba. A partir de otoño pasado comenzó la hiperactividad en el sector: primero vino el baile de fusiones, que ha alejado a España de Italia, Francia o Alemania, acercándola a la concentración bancaria que se da en Grecia, Chipre o los Países Bálticos, según el BCE. Luego llegó la cascada de Expedientes de Regulación de Empleo, que ha tenido su colofón este 20 de abril en Caixabank con el anuncio del mayor ERE de la historia de las entidades financieras españolas: 8.291 personas saldrán del nuevo banco tras la fusión de la entidad de origen catalán y Bankia.