ENCUESTA DE POBLACIÓN ACTIVA

Las horas trabajadas caen un 4,5% desde 2012 mientras el empleo a tiempo parcial se dispara un 13,4%

Los contratos de menos de siete días se disparan un 48% tras dos reformas laborales

Los contratos temporales han servido en España desde finales de los años 80 para reducir tasas de paro que en 1994 alcanzaron la por entonces cifra récord del 24,5%. En pocos años el empleo temporal se disparó hasta sumar un tercio del total, y allí ha permanecido cómodamente instalado, inmune a todas las reformas laborales aprobadas desde entonces. Treinta años después, la recuperación de la que hablan las cifras macroeconómicas se está abriendo camino gracias a una nueva herramienta de precarización laboral: los contratos a tiempo parcial.

Según la Encuesta de Población Activa (EPA) del primer trimestre de este año, se han destruido 310.000 empleos en los últimos cuatro años, un descenso del 1,74% en la cifra de ocupados. Al tiempo, el número de horas trabajadas por los 17,45 millones de personas tienen un empleo ha caído mucho más, un 4,49%: hoy se trabajan 27 millones de horas menos a la semana que en el primer trimestre de 2012.

Si el descenso en las horas trabajadas es mucho mayor que en el empleo es porque se reparte entre más trabajadores y éstos, a su vez, trabajan jornadas más reducidas al haberse disparado el uso del contrato a tiempo parcial. La EPA revela que en la última legislatura se han perdido 645.000 empleos a tiempo completo, una caída del 4,2%. Por el contrario, los ocupados a tiempo parcial han crecido un 13,4%: hay 335.200 más que en 2012. De modo que quienes trabajan por horas son ya el 16,3% de los ocupados. Cuando el PP llegó al poder, eran el 13,5%.

El fruto de la reforma laboral y los incentivos

La reforma laboral, aprobada por decreto en febrero de 2012, y otras medidas posteriores del Gobierno de Mariano Rajoy no han dejado de estimular el trabajo a tiempo parcial: la ley permite ahora aplicar al contrato de emprendedores este tipo de jornadas, también añadirle horas extraordinarias –que denomina “complementarias”– y ampliar al tiempo parcial los descuentos en las cuotas a la Seguridad Social para emplear a menores de 30 años, entre otras medidas.

Así, el contrato por horas está triunfando entre los empresarios en una coyuntura aún incierta pese a la euforia macroeconómica del Gobierno. Aunque no tanto entre los asalariados: el 61,7% de los 2,3 millones de trabajadores con este tipo de jornada la aceptaron como mal menor porque, en realidad, buscaban un empleo a tiempo completo. El tiempo parcial indeseado lo sufren 1,75 millones de personas, un 23% más que hace cuatro años.

Además, el trabajo por horas ha sido tradicionalmente femenino: el 73% de esos empleos los ocupan mujeres. Pero –otro indicio más de la precarización del nuevo empleo que se crea– cada vez son más los hombres que acceden a las jornadas de menos de ocho horas. El número de mujeres con contrato a tiempo parcial ha crecido un 8,9% en cuatro años; el de hombres, un 27,5%, el triple.

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Fraude extra, vigencia del contrato temporal

Los inspectores de trabajo llevan tiempo advirtiendo del fraude que acompaña a la extensión de los contratos con jornada parcial, que se extienden ilegalmente a base de horas extraordinarias pagadas en negro o no pagadasnegro. La EPA registra un aumento desde 2012 en el número de horas extra trabajadas cada semana de 642,7 millones, un 11,5%. Pues bien, las horas extra no cobradas por los trabajadores ha crecido más. un 14,37%. De hecho, se trabajan más horas extraordinarias no pagadas –suman el 58,6% de las horas trabajadas por los asalariados– que pagadas. La EPA nada dice de cuántas horas extra se cotizan a la Seguridad Social.

En cualquier caso, el éxito del tiempo parcial no ha condenado al olvido, ni mucho menos, al contrato temporal como principal recurso del mercado de trabajo español. Pese a las subvenciones que el Gobierno viene aplicando en los últimos meses a los contratos indefinidos, sigue habiendo 263.200 trabajadores fijos menos ahora que hace cuatro años, según la EPA. Y la tasa de temporalidad –23,6%– apenas se ha reducido una décima desde el primer trimestre de 2012. Parece que, incluso, la brevedad se contagia al empleo hasta ahora considerado estable. En su análisis de los datos de la EPA, UGT destaca que en los tres primeros meses del año se han necesitado más de 10 contratos indefinidos por cada nuevo trabajador fijo. “Una proporción que en el año 2007 lograba la paridad: por cada nuevo asalariado indefinido, un solo contrato”.

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