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El mapa eléctrico europeo tras un año de crisis: Alemania atada al carbón, Italia al gas y Portugal líder en renovables

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Este viernes el precio mayorista de la electricidad cayó hasta los 5,47 euros el megavatio hora, el más bajo desde febrero de 2021. Justo cuando empieza el invierno y se cumplen 10 meses desde que Rusia invadió Ucrania, y en el momento en que la Unión Europea ha llegado a un acuerdo para fijar un tope al precio del gas. Los costes de la energía empezaron a escalar ya antes de la guerra en el Este, pero fue a partir del cierre del grifo del gas ruso cuando a los europeos no les quedó más remedio que cambiar sus patrones de producción y consumo.

Desde el pasado invierno, la Unión Europea ha reducido en un 68% la generación de electricidad. Según los datos de la sociedad alemana Fraunhofer, la organización de investigación aplicada más grande de Europa, la producción eléctrica en la semana que empezó el 19 de diciembre ha disminuido en España un 65,7% respecto a la misma semana de 2021. En Alemania, un 61,6%. Pese a la diferencia de potencia económica, ambos países tienen un mix energético bastante similar, apunta Pedro Cantuel, analista de mercados de electricidad y gas de la energética Ignis, por su grado de diversificación, a diferencia de otros países como Italia.

Materia distinta es la composición de su cesta de fuentes de energía. Esta última semana España ha tirado en un 24,4% de sus centrales nucleares, cuatro puntos por encima del uso que hizo hace un año. Alemania, en cambio, apenas lo ha hecho en un 5%, tras reducir casi ocho puntos la participación nuclear en la factura eléctrica final del pasado invierno.

Por el contrario, la principal fuente de generación de electricidad en Alemania en diciembre ha sido el carbón: un 28%. Aunque lo ha reducido en más de 11 puntos respecto a esta misma semana de 2021, aún sigue dibujando una dependencia nada acorde con los objetivos medioambientales europeos. “Hasta casi el 20 de diciembre no habido viento [en Alemania], por lo que no les ha quedado más remedio que tirar del carbón y del gas”, explica Cantuel. En España, el carbón sólo representa este mes un 3,2% de la producción eléctrica total, cinco décimas menos que hace un año.

También encadenados al carbón por culpa de la crisis de precios de la energía están los Países Bajos, que en esta última semana han producido hasta un 38% de su electricidad a base de quemar hulla, más que ningún otro país de la UE. Además, esa dependencia ha aumentado más de 12 puntos respecto al mismo periodo de 2021. El carbón representa esta semana el 17,7% de la generación eléctrica de la Unión Europea, casi 12 puntos menos que hace un año.

Más producción de gas

En diciembre, el gas sólo ha servido para producir un 12,5% de la electricidad española, menos de la mitad del protagonismo que tuvo en 2021, cuando representaba el 32,5% de la generación. Sin embargo, eso no significa que se haya producido menos. Respecto al año pasado, la generación de gas entre enero y junio de este año ha aumentado en España un 63% comparada con idéntico periodo de 2021, según los cálculos de la consultora británica Aurora Energy Research. Ha pasado de 24.000 a 39.000 gigavatios hora, pese al descenso general de la demanda energética, unos 4.000 gigavatios hora menos, y al aumento de producción de las renovables, otros 4.000 gigavatios hora más. Dos son los motivos que lo explican: la necesidad de compensar el descenso de la producción hidroeléctrica por culpa de la sequía –3.000 gigavatios hora menos– y el aumento de las exportaciones a Francia, espoleadas por la caída de las centrales nucleares en el país galo y el tope ibérico del gas, que abarata su precio.

En Alemania, el gas sirvió para producir un 14,4% de la electricidad; es decir no mucho más que en España. Es sólo punto y medio menos que hace un año. Pero donde el gas condiciona de forma absoluta el mercado energético es en Italia. Esta última semana ha representado nada menos que el 52,3% de la generación de electricidad. En Italia, que es exportador neto de energía, no hay nucleares desde que se cerró la última en 1990. Un referéndum celebrado en 1987 forzó la baja de las cuatro que los italianos tenían en funcionamiento y otro en 2011 la ratificó. Aún mantienen un 12,8% de producción eléctrica basada en el carbón. Su retraso en la adopción de energías renovables es notable, destaca Pedro Cantuel. De hecho, la eólica sólo supuso esta última semana un 3,2% de la electricidad generada. Y la hidráulica, un 10%.

Líder renovable

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En España la producción hidroeléctrica ha sido sólo un poco superior este mes, un 12,8%, a la italiana debido a la falta de lluvias todo el año. Portugal, en cambio, duplica ese porcentaje –35,1%– y su propia generación del año pasado por estas mismas fechas –17,3%–. Sólo Suecia descansa más en la producción de sus embalses y ríos, con una cuota récord del 45,7% este diciembre. Portugal es, de hecho, el campeón europeo en renovables. Esta semana, el 49% de su electricidad procede de parques eólicos. En España, el 39% y en Alemania, el 40,3%. Casi el doble de la media europea, un 25,7% este mes. Es más o menos la cuota eólica en los Países Bajos –26%– y Bélgica –29,4%–, mientras que Francia y Suecia se quedan muy por debajo, con un 16,9% y un 19,5%, respectivamente. Según la Asociación Empresarial Eólica, este año las turbinas de viento han alcanzado su récord de generación, con más de 61.000 gigavatios hora, lo que convierte a esta fuente de energía en la primera tecnología renovable en el sistema eléctrico español.

También lidera la producción eólica el Reino Unido, con un 36,6% de su electricidad generada por el viento, según los datos del operador del sistema eléctrico británico. Aun así, su dependencia del gas es notable, puesto que un 30,8% de la electricidad producida este mes tiene esa fuente. Las centrales nucleares proporcionan el 16% del suministro y sólo un 2,6% es generado a partir de carbón.

“Debemos ser independientes del petróleo, el carbón y el gas rusos. Sencillamente, no podemos confiar en un proveedor que nos amenaza de manera explícita. Tenemos que actuar ahora para mitigar el impacto del aumento de los precios de la energía, diversificar nuestro suministro de gas para el próximo invierno y acelerar la transición hacia una energía limpia. Cuanto más rápido adoptemos las energías renovables y el hidrógeno, combinado con una mayor eficiencia energética, más rápido seremos verdaderamente independientes y controlaremos nuestro sistema energético”. La declaración es de la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen. La hizo el 8 de marzo pasado, a los pocos días de estallar la guerra en Ucrania.

Este viernes el precio mayorista de la electricidad cayó hasta los 5,47 euros el megavatio hora, el más bajo desde febrero de 2021. Justo cuando empieza el invierno y se cumplen 10 meses desde que Rusia invadió Ucrania, y en el momento en que la Unión Europea ha llegado a un acuerdo para fijar un tope al precio del gas. Los costes de la energía empezaron a escalar ya antes de la guerra en el Este, pero fue a partir del cierre del grifo del gas ruso cuando a los europeos no les quedó más remedio que cambiar sus patrones de producción y consumo.

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