España tenía este Día del Trabajo 971.400 ocupados menos que el Primero de Mayo de 2011. Pese a la incipiente recuperación,con la economía remontando después de tocar fondo, en la legislatura que ahora acaba se han destruido 1,25 millones de empleos a tiempo completo, de los cuales 821.000 eran, además, indefinidos. Las subvenciones a la contratación fija impulsadas por el Gobierno y la mejoría económica son claramente insuficientes para recuperar esa enorme bolsa de puestos de trabajo estables y de calidad que la crisis y la reforma laboral se han llevado por delante. Por contra, se han creado 279.000 empleos a tiempo parcial, apenas el 22,4% de los puestos con jornada de ocho horas destruidos.
Que la reanimación de las cifras macroeconómicas está creando empleo precario y mal pagado es una denuncia recurrente de los sindicatos y la oposición política. También lo revelan las cifras. De los 2,83 millones de asalariados que trabajan hoy a tiempo parcial, el 61,7% lo hace porque no pudo encontrar un empleo a jornada completa. Ese porcentaje ha crecido 10,6 puntos desde 2011, según recoge la Encuesta de Población Activa (EPA). Es, con mucho, el principal motivo alegado por los entrevistados para haber firmado ese tipo de contrato: multiplica por seis el segundo más mencionado, el cuidado de niños, enfermos o discapacitados.
Si, además, resulta que el 20% de quienes trabajan por horas lo hacen con un contrato temporal, en España un millón de personas suman las dos opciones más precarias posibles.
El contrato a tiempo parcial implica que el salario se reduce en el mismo porcentaje que la jornada. Pero no sólo. Su hora de trabajo vale menos. Según los últimos datos del Instituto Nacional de Estadística, referidos al cuarto trimestre de 2014, un trabajador con jornada parcial cobra 10,68 euros por hora, mientras que uno a tiempo completo percibe por ese mismo tiempo de trabajo casi seis euros más.
El empleo por horas ha sido tradicionalmente trabajo femenino. Así, hay tres veces más mujeres que hombres con contratos a tiempo parcial. Sin embargo, otra muestra más de la precarización del mercado laboral español es el aumento del número de hombres que acceden a estas jornadas reducidas. Desde 2011 ha crecido más la cifra de contratos masculinos por horas que el de mujeres. Sobre todo, ha subido 10 veces más el número de hombres con la modalidad hiperprecaria –contrato temporal y parcial– que el de mujeres.
El descenso de la actividad económica ha encogido inevitablemente el número total de personas que trabajan, tanto de quienes lo hacen con un contrato temporal como de quienes tienen uno indefinido. Pero se ha reducido mucho más la cifra de los primeros que de los segundos. En estos cuatro años han desaparecido 596.800 empleos fijos, frente a 377.700 temporales.
Otro fenómeno constatado a través de las estadísticas ha sido el descenso de la población activa, las personas entre 16 y 65 años en disposición de trabajar. Pese a que la crisis económica, por el desempleo del cabeza de familia, ha forzado el ingreso en el mercado laboral de 104.700 mujeres desde 2011, la población activa ha caído en 156.400 personas. Y es que ha habido 261.100 hombres que han pasado a la inactividad, sobre todo a partir de los 50 años.
2,38 millones de parados llevan más de dos años sin trabajar
Uno de los datos laborales más preocupantes de los últimos cuatro años se descubre poniendo la lupa sobre los 5,44 millones de parados de la última EPA. Lo prolongado de la crisis y la lentitud que se pronostica a la recuperación están dejando atrás a un grupo cada vez más numeroso de personas. Desde el primer trimestre de 2011 se ha duplicado la cifra de desempleados que llevan más de dos años sin trabajar. Son 2,38 millones de personas, casi la mitad de los parados.
Además, mientras hace cuatro años eran más las mujeres en esa situación que los hombres, el reparto se ha invertido ahora. Todos ellos, trabajadores que cada día van a tener más dificultades para encontrar un empleo o que, definitivamente, no volverán a ser contratados jamás: la mayoría tiene entre 40 y 54 años. Desde 2011, el Gobierno ha recortado en un 36% la partida destinada a políticas activas de empleo –formación para parados y ocupados– en los Presupuestos del Estado.
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El 20% de los hogares andaluces tiene a todos sus miembros en paro
Dos años es el plazo máximo que se puede cobrar la prestación contributiva de desempleo. Después se perciben los subsidios, 426 euros al mes. Cuando el paro se hace crónico, las ayudas terminan por agotarse. La EPA cuenta 770.700 familias que no perciben ningún tipo de ingreso. Son 213.100 más que hace cuatro años, un 38,2% más. También han crecido las familias donde ninguno de sus miembros trabaja. Hay 1,8 millones y hasta 6,74 millones hogares sin ocupados, un 12,7% más que en 2011.
La media española de viviendas donde todos sus habitantes son parados es del 13,7%. Pero las diferencias autonómicas son enormes. En Melilla y Andalucía la tasa supera el 20%. En Extremadura se queda sólo un poco por debajo, el 19,34%. Por contra, en Madrid sólo llega al 8,23%sólo. En La Rioja se quedan en el 9,32% y en Aragón, el 9,71%. Pero donde más han crecido los hogares en paro es en Melilla –10 puntos– y Extremadura –siete puntos–, seguidas de Castilla-La Mancha –4,5 puntos– y, curiosamente, el País Vasco, la comunidad que menor porcentaje tenía en 2011 –el 5,94%– pero que casi lo ha duplicado cuatro años más tarde.
España tenía este Día del Trabajo 971.400 ocupados menos que el Primero de Mayo de 2011. Pese a la incipiente recuperación,con la economía remontando después de tocar fondo, en la legislatura que ahora acaba se han destruido 1,25 millones de empleos a tiempo completo, de los cuales 821.000 eran, además, indefinidos. Las subvenciones a la contratación fija impulsadas por el Gobierno y la mejoría económica son claramente insuficientes para recuperar esa enorme bolsa de puestos de trabajo estables y de calidad que la crisis y la reforma laboral se han llevado por delante. Por contra, se han creado 279.000 empleos a tiempo parcial, apenas el 22,4% de los puestos con jornada de ocho horas destruidos.