LA CRISIS DEL CORONAVIRUS
La pandemia deja fuera del mercado de trabajo a 203.400 personas, la mayor caída de la población activa en un inicio de año desde 2009
La prolongación de la pandemia y las restricciones a la actividad económica están produciendo numerosos cambios en un mercado de trabajo como el español acostumbrado a la repetición cíclica de un mismo patrón. Este primer trimestre de 2021 ha perdido 137.500 ocupados respecto a diciembre de 2020, según los resultados de la Encuesta de Población Activa (EPA) hechos públicos este jueves por el Instituto Nacional de Estadística (INE). Se trata del mayor descenso en un comienzo de año, un periodo que siempre es malo en términos de empleo, si se exceptúa el primer trimestre de 2020, cuando la irrupción del coronavirus obligó al cierre de la economía y destruyó 285.600 puestos de trabajo en apenas dos semanas de confinamiento estricto.
Sin embargo, de enero a marzo de este año el paro ha bajado en 65.800 personas, una caída inaudita en un primer trimestre. No había descendido el paro en un arranque de ejercicio desde 2015, pero entones sólo salieron de las listas del desempleo 13.100 personas. Así, la tasa de paro medida por la EPA se reduce y 14 centésimas respecto a diciembre y se queda en el 15,98%.
Pero ambos movimientos son el resultado de un mar de fondo también distinto al que hasta la llegada del virus era habitual. El número de activos, de quienes tienen entre 16 y 65 años y están disponibles para trabajar, ha sufrido una enorme caída, de 203.400 personas, la mayor en un primer trimestre desde 2009, desde la anterior crisis. Ni siquiera con el confinamiento total del inicio de 2020 fue tan grande el descenso de la población activa –164.600–. Y ha aumentado el flujo de trabajadores hacia la inactividad tanto desde las filas de los ocupados como de los parados.
El INE lo atribuye a las restricciones a la movilidad, que están impidiendo buscar empleo a personas que se declaran dispuestas a trabajar. Con la desescalada, en el tercer trimestre disminuyeron los inactivos, pero desde enero han vuelto a aumentar: 1,09 millones no han podido buscar trabajo pese a estar disponibles, 162.500 personas más que en diciembre.
Además, también ha crecido el número de mayores de 60 años que trabajaban en diciembre, pero han pasado a ser inactivas este primer trimestre. En concreto, han sido 138.000 las personas que han abandonado el mercado laboral en esta franja de edad a partir de enero. También 756.900 parados han tirado la toalla en la búsqueda de empleo y han pasado a la inactividad en el comienzo del año, 81.400 más que al acabar 2020.
A estas distorsiones del patrón hay que añadir los trabajadores protegidos por los ERTE, que figuran como ocupados y cuyo número ha crecido de enero a marzo en 80.000 personas, según la EPA.
Finalmente, también ha subido la cifra de quienes trabajan desde sus domicilios al menos la mitad de los días, 2,14 millones, que representan el 11,2% de los ocupados. En diciembre eran el 9,9%, y en 2019 sólo el 4,8%. La pandemia, por tanto, ha más que duplicado el teletrabajo en España.
Temporales y a tiempo parcial, los afectados
El descenso del empleo en el primer trimestre se ha cebado en los trabajadores más precarios. El número de los contratados temporales ha caído en 168.800 personas y el de los contratados a tiempo parcial en 103.000. Por el contrario, ha crecido la cifra de empleados indefinidos, 31.000 más, y la de quienes trabajan a jornada completa se ha reducido en 34.500, la tercera parte de quienes lo hacen a media jornada.
Por sectores, continúa la sangría en los servicios, con un recorte de 83.400 ocupados respecto a diciembre. La industria pierde 51.500 empleados y la construcción, 18.500. La agricultura crece en ocupación, con 15.800 trabajadores más que en diciembre. En estos 12 meses de pandemia, los servicios han destruido 344.500 empleos, por sólo 127.100 la industria y 16.000 la construcción. La agricultura ha ganado en un año 13.200 trabajadores. Pero si se pone la atención en los datos de paro, resulta que los servicios han recortado su número de desempleados en 97.500 personas –¿han pasado a la inactividad, han cambiado de sector, han encontrado trabajo?–, mientras que el resto de los sectores lo han aumentado, pero en cifras menores –3.100 en la agricultura, 1.400 en la industria y 1.000 en la construcción–. También han experimentado un alza los parados de larga duración, quienes llevan más de un año sin trabajo, 19.100 más este primer trimestre respecto al fin de 2020.
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Transcurrido un año del comienzo de la pandemia, en España hay 474.500 ocupados menos y 341.000 desempleados más. De ellos, 249.700 son parados de larga duración, nada menos que el 73,2%. El empleo ha caído un 2,41% y el paro ha crecido un 10,29%. La tasa de temporalidad ha bajado hasta el 23,8%.
El reparto de paro y ocupación por comunidades autónomas sigue reflejando la dependencia de algunas de ellas del turismo y la hostelería, las actividades más impactadas por el covid-19. Baleares ha perdido un 4,16% de sus ocupados en el primer trimestre y Canarias un 3,31%. Son, junto con Extremadura, las comunidades con mayor destrucción de empleo. Por el contrario, en Madrid y Cataluña es donde más ha aumentado la ocupación, aunque con cifras pequeñas, un 1,32% y un 1%, respectivamente.
En el año de pandemia, el empleo en Canarias se ha hundido un 14%, triplicando las cifras de los siguientes en la lista negra, la Comunidad Valenciana –3,88%– y el País Vasco –3,08%–. La tasa de paro en Canarias es la más alta del país, el 25,42%, seguidas de Andalucía –22,54%– y Extremadura –22,22%–. En los últimos 12 meses, han abandonado el mercado de trabajo en Canarias 72.800 personas, la comunidad que encabeza el aumento de inactivos. A continuación, la Comunidad Valenciana, con 34.900 personas, y Castilla y León, con 22.800.