LUCHA CONTRA EL NARCOTRÁFICO

La Audiencia Nacional y un juzgado de Cádiz dejan en libertad al mayor capo de la droga del sur de Europa

Fikri Amellah, en el momento de su detención en diciembre de 2021.

Víctor Méndez (Narcodiario) / Begoña P. Ramírez

El Juzgado Mixto número 2 de San Roque (Cádiz) puso en libertad hace dos semanas a Fikri Amellah, considerado el mayor capo del hachís y la cocaína del sur de Europa. Y el pasado viernes también lo hizo la Audiencia Nacional, donde compareció ante el titular del Juzgado Central de Instrucción número 6, Manuel García Castellón. Sobre él pesaba una orden internacional de búsqueda y captura hasta que fue detenido en Barcelona en diciembre de 2021, en la Operación MVRand.

A diferencia del caso de Karim Bouyakhrichan, el holandés que lideraba uno de los clanes más importantes de la Mocro Maffia –la organización criminal que atemoriza a Bélgica y Países Bajos–, Amellah no ha salido de la cárcel por un error o descoordinación judicial. Su puesta en libertad ha sido incluso más fácil: no ha tenido mayor problema para pagar los 400.000 euros de fianza que le impuso el juzgado gaditano. Más elevada que los 50.000 euros solicitados a Bouyakhrichan por la Audiencia Provincial de Málaga, pero aun así calderilla para Amellah, al que la UCO de la Guardia Civil le había incautado un millón de euros en efectivo cuando fue detenido en su piso del Poble Sec.

La Audiencia Nacional, además, no le ha exigido fianza alguna. Acusado de un delito contra la salub pública, García Castellón ya lo puso en libertad provisional sin fianza el 27 de diciembre de 2023. Una medida que repitió el pasado día 10, tras comparecer ante él Amellah para resolver un recurso de la Fiscalía, que pedía su vuelta a prisión. Amellah ya había pagado la fianza impuesta por el juzgado de San Roque y estaba libre. Según explican fuentes judiciales, García Castellón apoya su decisión en el tiempo transcurrido en prisión –dos años y medio–, así como en “el arraigo que tiene en España, con domicilio fijo en Barcelona, donde vive con su mujer y sus tres niños dependientes de él”.

Al narco, de origen marroquí pero nacionalidad española y 46 años de edad, lo buscaban las policías de Francia, Bélgica, EEUU y Marruecos. Europol lo había clasificado como “objetivo de alto nivel”. Pero eso no fue óbice para que la fiscalía gaditana, la única parte acusadora en el procedimiento, informara a favor de su puesta en libertad provisional bajo fianza de 400.000 euros, después de que la defensa del capo pidiera su salida de prisión debido al tiempo que llevaba entre rejas. La jueza decidió en el mismo sentido. A Amellah se le acusa de pertenencia a organización criminal y tráfico de drogas.

Como medidas aseguratorias, se le ha retirado el pasaporte y tendrá que comparecer cada semana en el juzgado de San Roque. En la Audiencia Nacional, por el contrario, sólo cuando sea llamado, no se ha fijado una periodicidad.

Gallegos aliados de la Mocro Maffia

La primera vez que García Castellón lo dejó en libertad, sin fianza y a la espera de juicio, fue por organizar un alijo de 3,2 toneladas de cocaína en un velero que viajó de Venezuela a España y que fue localizado en la costa de Huelva en enero de 2021. Precisamente, la bautizada como Operación Medellín, en julio de 2022, cuando Amellah ya llevaba casi ocho meses en la cárcel, sirvió para acreditar el nexo entre los narcotransportistas gallegos y la Mocro Maffia, pero también con Jonas Falk, el Pablo Escobar sueco, considerado el mayor traficante del norte de Europa para las autoridades. Entonces, uno de los motivos que llevaron a García Castellón a acceder a la solicitud de la defensa de Amellah fue que Francia aún no le había enviado las conversaciones de móvil desencriptadas que habían servido para descubrir su participación en el alijo.

La Justicia española, que tenía la opción de mantener a Amellah en la cárcel hasta diciembre de 2025, agotando los plazos legales, tendrá ahora que responder al previsible descontento de las autoridades holandesas, la segunda vez en unas semanas tras el error cometido con Bouyakhrichan.

Hachís y cocaína

Fikri Amellah se convirtió en uno de los capos más buscados de Europa tras organizar con notable éxito la logística del tráfico de hachís desde África hasta aguas próximas a España. Allí les suministraba la droga a otras organizaciones, como la de Los Castaña y la encabezada por Abdellah El Haj Sadek, el Messi del Hachís, los clanes más importantes del Campo de Gibraltar. Después aprovechó una operativa tan bien engrasada para dar el salto a la cocaína.

Suyas fueron las 4,3 toneladas de hachís confiscadas en San Pedro del Pinatar (Murcia) en octubre de 2021 y, ocho meses antes, el alijo de 1,8 toneladas de cocaína transportadas por el barco Nehir, que fue hundido por sus propios tripulantes en el puerto de Gijón para evitar la incautación de la carga.

El capo llevaba ya dos años en el radar de las fuerzas de seguridad, por lo que había dejado la grandiosidad de Sotogrande (Cádiz), donde residía, por un piso anónimo de Barcelona. Allí se escondía discretamente, alejado de la vida de lujo indiscreto que había llevado hasta entonces. Había comprado una heladería, dos bares y un kebab, según contó El País. Y allí lo sorprendieron los agentes de la UCO de la Guardia Civil, mientras organizaba varias operaciones con media decena de móviles a su alrededor.

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En la misma operación fue detenido, en Vigo, Roberto Martín González, hermano del alcalde de Sanxenxo, Telmo Martín, del PP, en su día el diputado que más patrimonio declaró hace tres legislaturas. A Roberto Martín, que ya había sido condenado en 2014 a tres años y seis meses de prisión por un delito contra la Hacienda Pública, se le acusó entonces de blanquear dinero procedente del narcotráfico. Según los investigadores, se había reunido “en varias ocasiones” con Fikri Amellah.

 

 

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