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LOS RETOS DE LA SEGURIDAD SOCIAL

La reforma del PP recortó a la mitad la subida conseguida por las pensiones más bajas en la década anterior

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El ministro de Seguridad Social, José Luis Escrivá, ha anunciado que las pensiones mínimas y contributivas subirán en 2022 por encima de lo que aumente el IPC. “Son un mecanismo muy potente para redistribuir la renta”, ha asegurado ante los micrófonos de Onda Cero, “en los Presupuestos Generales del Estado se reflejará esa filosofía”. En España, 2,2 millones de personas cobran las llamadas pensiones mínimas, entre 689 y 851 euros al mes, dependiendo del tipo y de si tienen cónyuges al cargo, y 446.172 más perciben pensiones no contributivas de entre 397,77 y 440,18 euros mensuales, según los últimos datos, correspondientes a julio, que publica el Imserso.

Aunque el ministro no ha precisado cuál será esa subida, y la inflación ha alcanzado ya el 4% en septiembre, hasta ahora las pensiones mínimas y no contributivas se han revalorizado cada año por encima de los valores aprobados para las pensiones contributivas. Pero no siempre. En cualquier caso, desde 2004 las mínimas han mejorado un 65,2%.

Así, por ejemplo, la pensión mínima para un jubilado sin cónyuge al cargo era hace 17 años de 6.141,94 euros anuales. Hoy en día alcanza los 9.164,40 euros. Si, habiendo cumplido con los requisitos de cotización, la pensión contributiva resultante no alcanza esa cantidad mínima, entonces el jubilado recibe un complemento (“complemento a mínimos”) hasta igualarla. En la actualidad, el 22,8% de los pensionistas necesitan ese complemento para llegar a las cuantías mínimas establecidas por la Seguridad Social.

Esa importante subida, no obstante, ha sido muy desigual en el tiempo. De 2004 a 2011, las pensiones mínimas crecieron un 51,5%. Eran tiempos de bonanza económica y las alzas anuales llegaron a ser hasta del 12,8% de media algún año; las horquillas no bajaban del 5,6% al 8%, por ejemplo. Hasta que llegó la crisis, primero, y los recortes en el gasto público, después. Entre 2012 y 2021, las pensiones mínimas subieron sólo un 13,7%, casi una cuarta parte de lo que mejoraron los años anteriores. De hecho, entre 2014 y 2017, quedaron cuasicongeladas en aplicación de la reforma de las pensiones de 2013, que aplicó para todas las prestaciones del sistema público un aumento del 0,25%.

Posteriormente, la recuperación económica las mejoró un 3% en 2018 y 2019, para volver a revalorizaciones mucho más exiguas, del 0,9%, en 2020 y el año en curso. Si finalmente el IPC se mantiene o incluso sigue escalando por encima del 4% y se cumple lo prometido por José Luis Escrivá, la subida de las pensiones mínimas puede recuperar en 2022 los números precrisis financiera.

De 259 euros a 397 en 17 años

Las pensiones no contributivas, en cambio, no han crecido tanto: un 40,8% desde 2004 hasta 2021. Su cuantía también es muy inferior. Hoy las de jubilación suponen sólo 397,77 euros al mes, mientras que las de invalidez alcanzan los 440,18 euros. Hace 17 años, las primeras no superaban los 259,4 euros al mes, y las segundas los 296,89. Las perciben quienes no han cotizado tantos años como la ley exige para tener derecho a una pensión contributiva y carecen de ingresos por encima de 5.438,44 euros anuales.

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Como ocurrió con las mínimas, las no contributivas han experimentado un crecimiento desigual. Subieron un 26,1% desde 2004 hasta 2011, pero sólo un 14,7%, poco más de la mitad, desde 2012 hasta ahora. En 2008 llegaron a mejorar un 5,10%. Pero también sufrieron el alza mínima del 0,25% dictado por la reforma del PP entre 2014 y 2017. En 2018 y 2019 recuperaron el camino con aumentos del 3% y el 3,1%, que han vuelto a quedarse en el 0,9% los dos años siguientes.

Según el Imserso, quienes perciben una pensión no contributiva de jubilación son mayoritariamente mujeres casadas de 70 a 79 años que conviven con otras dos o tres personas. Quienes cobran las de invalidez suelen tener una discapacidad del 65% al el 74%; si son menores de 45 años, se trata de hombres, pero si superan esa edad, son mayoritariamente mujeres y su discapacidad tiende a ser psíquica.

CCOO y UGT han pedido al Gobierno que en las negociaciones sobre la segunda fase de la reforma de las pensiones se garantice “de forma estructural” la “suficiencia” de las prestaciones mínimas y no contributivas. Para ello, reclaman que éstas crezcan “de manera progresiva” por encima de lo que mejoren el resto de las pensiones, que a partir de ahora se actualizarán de nuevo con la referencia del IPC.

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