Se avecina una nueva fusión con carácter inminente: BBVA y Sabadell confirmaron este lunes a la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV) el "mantenimiento de conversaciones" entre directivos de ambas entidades "en relación con una potencial operación de fusión". A tenor de la experiencia reciente con Caixabank y Bankia, a finales de septiembre, y con Liberbank y Unicaja, un mes después, los anuncios de este tipo suelen derivar en matrimonio financiero.
Un matrimonio plagado de riesgos que, como suele ser habitual, brillan por su ausencia en los análisis económicos. Solo que está vez los riesgos son mayores que en las dos fusiones mencionadas debido a los problemas de solvencia de la entidad de origen catalán pero con sede en Alicante desde septiembre de 2018. Sobre todos los riesgos impera un dato estremecedor recogido de las cuentas del Sabadell del tercer trimestre de este año: el valor patrimonial de la entidad es ocho veces mayor en los libros contables que el precio real que el que el mercado asigna al banco.
A 30 de septiembre de 2020, el valor contable por acción de la entidad que preside Josep Oliu se situaba en 2,35 euros, pero el valor bursátil de la acción del Sabadell era 7,9 veces menor: 0,297 euros por acción. Teniendo en cuenta que la entidad poseía al cierre del tercer trimestre y siempre según sus cuentas algo más de 5,5 millones de acciones (5.586.000 concretamente) la diferencia es increíble: 13.127 millones de euros era el patrimonio contable frente a algo más de 1.600 millones en el mercado. Ocho veces más.
En ninguna de las fusiones anteriores ese riesgo había sido tan alto: por citar dos casos, la diferencia entre el valor contable y bursátil en Caixabank era de 1 a 2 (11.000 y 25.000 millones, respectivamente), datos peores en el caso de Bankia. Por su parte, tanto Unicaja como Liberbank valen cuatro menos en el mercado que en los libros en el momento de anunciarse la operación, a finales de octubre de este año.
Incluso tomando como referencia el precio de la acción del Sabadell al cierre del lunes, impulsada por las "conversaciones" para la fusión y la subida general que el Ibex experimenta desde la semana pasada por el anuncio de la primera vacuna, los números no cuadran. Al cierre del 16 de noviembre, el precio de la acción se situaba en 0,42 euros, seis veces menos que el patrimonio neto contable.
"Según el mercado, el Sabadell está a precio de intervención pública", resalta una fuente financiera. "Su precio por acción en Bolsa está en línea con el del Popular el mismo día de su quiebra y venta por un euro al Banco Santander a mediados de 2017. Incluso la acción está por debajo"
Más magnitudes peligrosas que arrojan sombras sobre la previsible fusión: los activos ponderados por riesgo (APR, en la jerga financiera) se elevaban a 77.797 millones de euros a 30 de septiembre sobre un total de activos valorados en 236.094 millones de euros. Es decir, un 33% de los activos totales tienen la consideración de riesgo.
La compra de CAM por un euro en 2012
Para entender la actual coyuntura de la entidad que preside Oliu desde 1999, hay que detenerse en lo más agudo de la pasada crisis financiera. Al igual que la compra del Popular por el Santander, Sabadell se hizo con la CAM (Caja de Ahorros del Mediterráneo, con sede en Alicante) por el simbólico precio de un euro. Las autoridades diseñaron entonces un Esquema de Protección de Activos (EPA) por valor de más de 16.000 millones para proteger al nuevo banco de, por lo menos, el 80% de pérdidas de su cartera de activos. Previamente, se dotó un fondo de provisiones de 3.882 millones de euros que se agotó en 2015. Entonces la cúpula del Sabadell fue haciendo uso de la EPA.
En enero de 2017 el Tribunal de Cuentas señaló que el rescate de la CAM había recibido en ayudas públicas 26.302 millones, de los que más de 12.000 millones salieron del Fondo de Garantía de Depósitos, nunca recuperados. Este mismo 2020 el Fondo de Garantía de Depósitos ha seguido inyectando tramos correspondientes a la EPA para, en teoría ayudar a Sabadell a digerir los activos tóxicos, fundamentalmente inmobiliarios. Todo este enjuague financiero empezó a hacer aguas a lo largo de 2020, ya durante la pandemia, cuando la acción del Sabadell tocó su suelo histórico.
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Ayudas públicas por 26.000 millones
"Como a Oliu y compañía no se les exigió cambios directivos ni normativos durante el chorreo de miles de millones de ayudas públicos, los nuevos administradores de la caja absorbida han situado al banco otra vez a punto de quiebra", denuncia otra fuente anónima conocedora de los entresijos.
En octubre de 2017 la Audiencia Nacional condenó a cuatro directivos de la CAM a entre dos y cuatro años de cárcel por falsear cuentas; en 2018, un año después, la Audiencia Provincial de Alicante condenó a seis ex altos cargos por cobrar dietas millonarias a diferentes penas de entre nueve meses y dos años y medio de prisión. Finalmente, en julio de 2019, el Supremo rebajó las condenas y absolvió a parte de la antigua cúpula.
Se avecina una nueva fusión con carácter inminente: BBVA y Sabadell confirmaron este lunes a la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV) el "mantenimiento de conversaciones" entre directivos de ambas entidades "en relación con una potencial operación de fusión". A tenor de la experiencia reciente con Caixabank y Bankia, a finales de septiembre, y con Liberbank y Unicaja, un mes después, los anuncios de este tipo suelen derivar en matrimonio financiero.