Los responsables del Banco Santander celebraron este viernes la primera de las tres reuniones preparatorias que el convenio de banca establece para el caso de que la empresa quiera ejecutar un Expediente de Regulación de Empleo. Van a presentar dos ERE: uno en el Santander y otro en el Banco Popular, adquirido el pasado mes de junio. Ambos afectarán a los servicios centrales de las dos entidades, que cuentan con una plantilla conjunta de casi 35.000 empleados. Para los trabajadores del banco presidido por Ana Botín será el cuarto recorte de plantilla en cuatro años. Para los del Popular, el segundo en un año pero el cuarto desde 2012.
Desde 2013, cuando se fusionó con Banesto, el Santander se ha deshecho de 5.012 personas. Las primeras 1.621 prejubilaciones correspondieron a esa integración, otras 2011 se ejecutaron en 2014, y en el ERE del año pasado se fueron del banco 1.380 personas más. El Popular hizo lo propio con 2.592 empleados en el ERE que presentó en noviembre de 20162.592 empleados en el ERE . Antes de eso, en 2014, prejubiló a otros 150 empleados. Y en 2012, tras adquirir el Banco Pastor, prejubiló a 800 personas. En total, ambas entidades han reducido sus plantillas en 8.554 trabajadores. El Santander aún no ha precisado a cuántas personas afectarán los dos próximos ERE. Sólo ha explicado que el recorte se hará con “medidas no traumáticas”, en concreto, bajas incentivadas y externalizaciones, trasladando personal a otras empresas del grupo.
Pese a que, según las fuentes sindicales consultadas, los representantes de los trabajadores pidieron a la empresa que ofreciera prejubilaciones, ésta contestó que, en principio, no las considera. Ambas plantillas no cuentan con un número suficiente de trabajadores con la edad adecuada para aplicarles tal medida, después de las salidas de los últimos ERE, aclaran las mismas fuentes.
Tampoco revelaron los responsables del Santander si las condiciones que va a ofrecer a las plantillas de cada banco van a ser las mismas. Sí explicaron que el ERE del Santander se planteará por causas técnicas y organizativas, y el del Popular por las anteriores, así como por causas económicas. Del ERE del Popular va a quedar excluida la plantilla del Banco Pastor, que adquirió en 2011 por 1.300 millones y que carece de servicios centrales.
Más recortes tras la integración tecnológica
No obstante, las fuentes sindicales temen que haya un nuevo ERE en cuanto se produzca la integración tecnológica de Santander y Popular, en 2019, y que afectará, esta vez sí, a la red de oficinas. Según avanzó el Santander cuando firmó la compra del Popular, la fusión de ambas entidades generará sinergias de costes de 500 millones de euros anuales a partir de 2020.
En un comunicado, el banco de Ana Botín ha explicado que realizará el ajuste siguiendo un “criterio de meritocracia”, a fin de “aprovechar el mejor talento” de ambas entidades. También se compromete a realizar un “esfuerzo especial” para que los trabajadores obtengan “buenas condiciones” y aprovechando la “movilidad interna hacia otras entidades del grupo”.
Las próximas reuniones preparatorias de los ERE se celebrarán los próximos días 8 y 13.
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El sector financiero ha perdido 81.533 empleados
Desde 2008, cuando estalló la crisis financiera, la banca española ha recortado un 32,5% sus plantillas. Ese año los bancos tenían 115.907 empleados y las cajas, 134.866. Un total de 250.773 personas trabajaban para el sector. A 31 de diciembre de 2016, de acuerdo con los anuarios de las patronales AEB y CECA, quedan 94.498 trabajadores en la banca y 74.742 en las cajas de ahorro. Es decir, el sector ha perdido 81.533 empleados.
Pero la tijera no se ha detenido. Si en los últimos años la crisis y el rescate financiero estaban detrás de los recortes de plantilla, este año los bancos empiezan a hablar de transformaciones tecnológicas. Caixabank ha acordado dos planes de prejubilaciones para 960 trabajadores. BBVA ejecutará 500 prejubilaciones, mientras que Liberbank plantea 525. Ibercaja ha negociado un ERE para deshacerse de otros 590 empleados.
Los responsables del Banco Santander celebraron este viernes la primera de las tres reuniones preparatorias que el convenio de banca establece para el caso de que la empresa quiera ejecutar un Expediente de Regulación de Empleo. Van a presentar dos ERE: uno en el Santander y otro en el Banco Popular, adquirido el pasado mes de junio. Ambos afectarán a los servicios centrales de las dos entidades, que cuentan con una plantilla conjunta de casi 35.000 empleados. Para los trabajadores del banco presidido por Ana Botín será el cuarto recorte de plantilla en cuatro años. Para los del Popular, el segundo en un año pero el cuarto desde 2012.