Los trabajadores de Coca-Cola y sus familiares emprendieron este domingo una marcha de 20 kilómetros desde la planta de Fuenlabrada a la Puerta del Sol de Madrid para protestar contra los 1.250 despidos que prepara la empresa (587 en esta fábrica). La multinacional no da su brazo a torcer y los trabajadores ya han comenzado una huelga indefinida y un boicot: hoy pidieron a la ciudadanía que solidarice y empezaron a repartir botes de Pepsi.
"Ahora mismo estamos en la puta calle". Así resumió uno de sus trabajadores, Demetrio Martínez, la situación de los 1.250 afectados. Las razones que les ha dado Coca-Cola, manifestó, es por un tema "organizativo", aunque Martínez explicó que la empresa tuvo "900 millones de beneficio" el año pasado que, a su juicio, parece "no ser suficiente y quieren otros 300 millones a costa del despido".
La huelga comenzó el 31 de enero y persistirá hasta que se llegue a un acuerdo con la multinacional de refrescos, que de un plumazo tiene intención de librarse del 30% de la plantilla nacional.
"El tema organizativo es la excusa. Lo que quieren es aumentar los márgenes de beneficio", argumentó Juan Carlos Asenjo, el portavoz de Comisiones Obreras (CCOO), quien sostiene que es "discriminatorio", ya que en Barcelona sólamente hay "un despedido" y achaca el ERE a que a Coca-Cola no le gusta "los derechos laborales que existen en Madrid".
Asenjo pide que la patronal reconsidere la situación y que se abra una mesa alternativa donde se hable de "bajas incentivadas, prejubilaciones voluntarias" y desaparezca la intención del cierre de la planta de Fuenlabrada. Una planta, que según Asenjo, abastece el "mayor consumo por habitante en Europa".
"El 28 voy a la calle con mi hija de dos años y mi mujer embarazada"
Alejandro lleva once años en la planta de Fuenlabrada. El miércoles a las cuatro de la tarde le comunicaron que es uno de los despedidos. "Tengo una hija de dos años y mi mujer embarazada de cuatro meses. Lo único que sé es que el día 28 de febrero estoy en la calle", explicó Alejandro, quien añadió que la intención es hacer boicot a la empresa para concienciar a la gente para que no beba Coca-Cola "por lo menos, en las negociaciones".
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Este trabajador manifiesta que la empresa pretende traer 400 camiones diarios desde Barcelona a Madrid por el nuevo plan organizativo que ha planteado la empresa, que consiste en abastecer desde las regiones exteriores a las interiores.
Este no es el único caso. José Carlos, que sostuvo una pancarta con el lema "En Coca-Cola no todo son sonrisas. No al ERE", explicó que varios de sus amigos y su padre, su tío trabajan en este planta y muestra su preocupación por este despido que considera "improcedente": "Muchos dependemos de ellos".
La manifestación se cerró marcándole goles en propia puerta a Coca-Cola con el reparto de botes de Pepsi y con pancartas donde se podía leer: "Coca-Cola despidos Zero" y "Coca-Cola: la chispa de la ruina".
Los trabajadores de Coca-Cola y sus familiares emprendieron este domingo una marcha de 20 kilómetros desde la planta de Fuenlabrada a la Puerta del Sol de Madrid para protestar contra los 1.250 despidos que prepara la empresa (587 en esta fábrica). La multinacional no da su brazo a torcer y los trabajadores ya han comenzado una huelga indefinida y un boicot: hoy pidieron a la ciudadanía que solidarice y empezaron a repartir botes de Pepsi.