Analgésicos para aguantar y una nómina en b para sobrevivir: la precariedad de las trabajadoras del hogar

Varias empleadas domésticas durante una concentración de la Asamblea Feminista para celebrar la aprobación del convenio que vela por los derechos de los empleados domésticos, en la Plaza de las Cortes frente al Congreso de los Diputados, a 9 de junio de 2022, en Madrid (España).

Más de 565.000 personas están empleadas en el sector de los cuidados. El 87% son mujeres y el 32 % trabaja sin contrato laboral. En España existen 565.718 personas trabajadoras de hogar y cuidados, mayoritariamente mujeres (87,21%). Un 69% son personas con nacionalidad extranjera o con doble nacionalidad, de las cuales un 87,4% son de origen extracomunitario, según recoge el informe de Oxfam Intermón Trabajo invisible y cuerpos rotos. Radiografía del empleo de hogar y cuidados en España, que se publica este domingo en el marco del Día Internacional de las Trabajadoras del Hogar.

El informe destaca que España es el país de la Unión Europea con el mayor número de empleadas de hogar y cuidados, concentrando el 34,5% del total. En 2024, 565.718 personas trabajaban en este sector en España, de las cuales el 87,21% son mujeres y un 69% tienen nacionalidad extranjera o doble nacionalidad.

Ante un sistema público de atención a la dependencia que presenta importantes deficiencias en cuanto a su cobertura y elevadas listas de espera, las trabajadoras de hogar y cuidadoras se han convertido en una pieza clave para resolver las necesidades de cuidados de personas ancianas y enfermas. Su contribución es central para el bienestar de toda la sociedad, sin embargo, ellas sufren informalidad, bajos salarios, falta de derechos laborales y situaciones de discriminación. 

“Muchas de esas mujeres se ven obligadas a trabajar en régimen de “interna” haciendo jornadas infinitas y sin tener apenas horas de descanso o días libres, se encuentran solas y sin red familiar que las apoye”, dice Nerea Boneta, autora del informe e investigadora y experta en empleo de hogar y cuidados de Oxfam Intermón. “No son reconocidas ni atendidas por la administración pública. Se les niegan derechos tan básicos como el derecho a paro con carácter retroactivo”. 

"En nuestro sector todavía se trabaja mucho sin contrato. Yo estoy en situación irregular, pero tengo compañeras que teniendo papeles igual trabajan sin contrato” Trabajadora externa, 55 años, situación administrativa irregular

En 2023, el 40,5% de los permisos de trabajo concedidos a mujeres extranjeras fueron para trabajo del hogar, aun así 1 de cada 4 trabajadoras extranjeras está en situación administrativa irregular, alrededor de 70.000 trabajadoras, lo que supone, al menos, un 32 % de trabajadoras sin alta en la Seguridad Social. Lo que nos indica que este es un sector con gran informalidad, donde los sueldos se pagan "en negro", dejando a las empleadas en una situación de inmensa vulnerabilidad: sin posibilidad de cobrar el subsidio por desempleo, indemnización por despido o de percibir una baja médica en caso de enfermedad.

Además, las enfermedades profesionales no están reconocidas, no son posibles las inspecciones laborales en el lugar de trabajo y no siempre se cumplen las horas de jornada y los descansos pactados.

Trabajadoras pobres

El empleo de hogar y cuidados es un sector esencial, pero profundamente precarizado en España. Según el informe, el salario medio de las trabajadoras de hogar y cuidados apenas alcanza 1.000 euros al mes. Tres de cada diez trabajadoras no logran ingresos suficientes con su trabajo para salir de la pobreza y un 37,7% declara tener problemas severos para llegar a fin de mes. Además, el 23,9% de los contratos en el sector son temporales y un 58,84% de las trabajadoras tienen jornadas parciales, factores que contribuyen a la inestabilidad y la pobreza laboral.

En 2022, había un 13,7 % de personas trabajadoras en España cuyos ingresos se situaban por debajo del umbral de la pobreza. Hablamos de pobreza laboral, o lo que es lo mismo, cuando tener un empleo no garantiza alcanzar los ingresos suficientes para satisfacer las necesidades básicas que requiere una vida digna.

El propio sector del empleo de hogar presenta una tasa de pobreza laboral en torno al 30%. Una cifra que está por encima de otros sectores precarizados como la hostelería (21,1 %) o la construcción (19,6 %). Esto quiere decir que, en España, 3 de cada 10 trabajadoras del hogar no logran ingresos suficientes con su trabajo para salir de la pobreza.

“Es inaceptable que ser mujer empleada de hogar y cuidados te condene a la pobreza, con bajos salarios y menos derechos laborales reconocidos que para el resto de  personas trabajadoras” señala Nerea Boneta.

Un sector sin enfermedades laborales reconocidas

El empleo de hogar y cuidados no tiene reconocido ningún tipo de enfermedad profesional, a pesar de que las dolencias y enfermedades más frecuentes de las trabajadoras del sector sí que son reconocidas como enfermedades profesionales en otros sectores laborales.

Esto sucede porque el cuadro de enfermedades profesionales se tipifica por profesiones y no por tipo de dolencias. En el listado no aparece la categoría profesional de empleo de hogar y/o de los cuidados, por lo tanto, las dolencias causadas por su trabajo se consideran enfermedades comunes. Como consecuencia de esta falta de reconocimiento, tanto la cotización ante una baja, como la probabilidad de ver reconocida una incapacidad laboral es menor que en otras profesiones, ya que las dolencias no se reflejan como enfermedades o lesiones laborales.

Por si esto fuera poco, las condiciones precarias tienen un impacto directo en la salud de las trabajadoras. Según la encuesta realizada por Oxfam Intermón, el 90,6% de las trabajadoras del sector han sufrido dolores musculoesqueléticos en el último año, el 65,5% han experimentado estrés y el 59,2% ansiedad. En un 74% de los casos necesitan consumir habitualmente analgésicos para enfrentar sus jornadas laborales.

Además, casi un 50% declara haber sufrido faltas de respeto, insultos y trato discriminatorio, un 29,7% impagos de salario y un 17% proposiciones de carácter sexual. Un problema agravado por la falta de regulación y el carácter privado del espacio donde se desarrolla su labor.

Hay que destacar que, de las personas que manifestaron haber tenido alguna de las afecciones anteriores durante el último año, un 72,8 % lo sufrían desde hacía 3 meses o más. Se trata de síntomas que son crónicos o podrían cronificarse. A medida que aumenta la edad, aumenta la proporción de trabajadoras con malestares crónicos (74,50 % en el caso de la franja entre 51 y 67 años y 73,10 % en el caso de la franja entre 36 y 50 años). Aun así, un 62,3% de las trabajadoras menores de 35 años también manifestaron sufrir problemas de salud desde hace 3 meses o más.

Vivir y trabajar entre cuatro paredes

Dentro del empleo de hogar y cuidados podemos distinguir dos modalidades de empleo principales: la modalidad de externa y el régimen interno. El régimen de interna se caracteriza porque la empleada no solo trabaja, sino que también pernocta en el mismo domicilio. Según lo establecido en la legislación, la jornada máxima es de 40 horas semanales, pero se puede extender con horas de presencia pactadas y remuneradas, que en ningún caso pueden superar las 20 horas semanales.

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Si bien la propia normativa ya permite jornadas extremadamente largas de 60 horas semanales, la realidad es mucho peor. La mayor parte de las veces esta figura laboral enmascara el abuso y la explotación, caracterizada por la flexibilidad horaria y la ausencia de descansos y vacaciones. Un 20 % de las trabajadoras internas afirman no tener ningún tipo de descanso.

No la podía dejar sola en todo el día. Cuando yo salía, por ejemplo, le tenía que decir a la empresa “bueno, tengo que salir” aunque sea una vez, viste yo trabajaba de lunes a lunes, pero si yo salía, agarraba y te descontaban dinero. Porque yo pedí que tenía que salir a hacerme mis compras y me descontaban de ahí por haber salido y se lo pagaban a la chica que venía. Trabajadora Interna, 44 años, en situación administrativa irregular

Frente a las duras condiciones laborales y de vida de las trabajadoras del sector las organizaciones y asociaciones de trabajadoras de hogar y cuidados han logrado tejer una densa red de apoyo mutuo. Aunque son una valiosa herramienta de empoderamiento colectivo, con eso no basta. La situación de precariedad laboral y vulneración de derechos que sufren las trabajadoras del hogar exige la puesta en marcha de una batería de medidas orientadas a mejorar sus condiciones laborales y de vida. Sostener un sistema de cuidados infradotado e insuficiente no puede hacerse a costa del esfuerzo de todo un colectivo que sistemáticamente ve incumplidos sus derechos más básicos.

Oxfam Intermón subraya la urgencia de establecer un sistema público y universal de cuidados que garantice plenos derechos a las trabajadoras del sector.  Entre las medidas planteadas, en colaboración con organizaciones de trabajadoras del hogar y cuidados, destacan la equiparación en la indemnización por despido, el control estricto de los límites de la jornada laboral, el reconocimiento de las horas extraordinarias y el derecho a desempleo con carácter retroactivo.

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