Una guía para recuperar las calles este 8M

Un año más, las feministas se preparan para hacer del 8M una jornada reivindicativa por los derechos de las mujeres. Ni las restricciones ni las mascarillas serán protagonistas este 8 de marzo. La pandemia silenció las calles y redujo las convocatorias pasadas, pero no sucederá este año. Este 2023 las feministas quieren reavivar las concentraciones masivas y volver a poner sus reivindicaciones sobre la mesa. 

Este año se ha hecho hincapié en lo internacional. La guerra en Ucrania ha hecho más patente la situación de vulnerabilidad en la que viven muchas mujeres en todo el mundo. “Queremos que nuestro mensaje englobe las desigualdades y la falta de derechos a nivel internacional, poniendo atención a los países en los que las mujeres están en una situación radical en cuanto a su recorte de derechos”, ha reivindicado Charo Luque desde la Comisión 8M de Sevilla. Desde Galicia también tienen claro la importancia de “apostar por la solidaridad internacional y no olvidar a las mujeres que viven en sitios de conflicto y guerra”, según explica Jessica Fernández, activista de la Plataforma Feminista Galega.

Aún así, este 8M no han abandonado reivindicaciones como: “El fin de brecha salarial”, “acabar con la violencia contra las mujeres”, “la defensa de las políticas públicas feministas”, “hacer un reparto de las tareas de cuidados que siempre recaen en las mujeres” o "conseguir la plena libertad sexual". 

Recorriendo las calles

Un año más, organizaciones y grupos feministas han convocado manifestaciones por toda España. Desde las distintas comisiones 8M lo tienen claro, esta jornada sigue siendo clave para las reivindicaciones feministas. Cada ciudad tiene una manera única de organizar este día. 

En Madrid, por segundo año consecutivo, se han realizado dos convocatorias por separado, aunque ambas marchas parten del mismo lugar. La oficial, congregada por la Comisión 8M, partirá desde Atocha a las 19:00 y finalizará su recorrido en Plaza España. Ana Useros, vocera de esta comisión, resalta que llegan a la manifestación "muy contentas" con el trabajo que han hecho durante el año, en el que han alcanzado la transversalidad con sus alianzas en materia de vivienda y con campañas como Regularización YA. Aunque reconoce que al ser un día laborable y no haber convocada huelga echarán de menos a todas las que no puedan venir, como las trabajadoras del hogar en régimen interno o las presas.

La segunda la ha convocado el Movimiento Feminista de Madrid, y aunque también comienza en la glorieta de Atocha, saldrá a las 18:30 y subirá por la calle Atocha hasta la Plaza de la Provincia —en frente del Ministerio de Exteriores—. 

Desde Zaragoza, le dan gran importancia al movimiento estudiantil, que tiene su propia manifestación —el mismo 8 a las 12:00 que parte de la Plaza San Francisco— además de la general, que saldrá a las 19:00 desde la Plaza Aragón y Glorieta Sasera. 

En Sevilla, el movimiento feminista presume de salir unido en una única manifestación, que partirá desde Plaza Nueva a las 19:30 y llegará hasta Alameda de Hércules.

No es el caso de Galicia, que también vive este 8M con división. Jessica Fernández, activista gallega, lamenta que este año las convocatorias en Galicia no hayan estado unificadas para acudir a una misma manifestación. 

En Santiago de Compostela las feministas saldrán a las 19:00 desde la Praza 8 de marzo hasta llegar a la Praza do Obradoiro. Mientras que en Vigo la manifestación partirá de la Praza dos caballos a las 20:00 hasta la Porta Do Sol. Y después, según adelanta Fernández, actuará Fillas de Cassandra, un grupo feminista de música tradicional gallega. 

Una reivindicación de lo rural 

La lucha feminista no solo ocurre en las ciudades, también llega al campo y a las zonas rurales. En Asturias lo tienen claro, no quieren dejar a nadie atrás. Este año va a ser la primera comunidad autónoma que descentralice la manifestación principal de este Día de la Mujer. Todas las asociaciones y organizaciones feministas recorrerán las calles de Mieres, un concejo en el centro de Asturias.

“Es la primera vez en ámbito estatal que la manifestación se celebra fuera de las grandes ciudades, es un hito, es una manera de reivindicar que el feminismo llega a todo el mundo”, comenta emocionada Rocío Antela, miembro de la comisión 8M de Asturias. A pesar de que lo más cómodo y sencillo en cuanto a organización sería convocar la concentración en Oviedo o Gijón, han decidido descentralizar y poner el foco en lo rural. 

Desde Mieres, la “cuna de la lucha obrera” asturiana, quieren recuperar el feminismo de la clase trabajadora. En esta misma línea va su lema de este año Compañera dame tira. Esta es la expresión que solían usar los mineros cuando necesitaban la ayuda de algún compañero. Las feministas la han hecho suya para reivindicar “la sororidad, la necesidad de acompañar, de lograr derechos juntas y de visibilizar el feminismo fuera de las grandes ciudades desde el máximo respeto y orgullo del pasado”, según explica Antela. 

Logrando que las asociaciones se descentralicen este 8M, desde Asturias pretenden que no se olvide el feminismo de clase obrera, que lo tiene muy “complicado” para hacerse oír en muchas localidades de España. Desde Zaragoza también lo tienen claro. Inés Royo, portavoz de la Asamblea 8M de la capital aragonesa, resalta el apoyo “a todas las compañeras del medio rural, que en Aragón hacen una lucha muy dura y potente por mejorar su situación”. 

La unión frente a la extrema derecha

La división es algo que lamentablemente ha marcado varias manifestaciones. La disparidad de opiniones en ciertas banderas del feminismo han hecho que algunas activistas salgan por separado a las calles. Sin embargo, hay algo que hace que todas las feministas olviden sus diferencias: el mensaje de la derecha y la extrema derecha en torno al feminismo. 

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Todas coinciden en que sus discursos atacan continuamente al movimiento feminista e intentan desacreditarlo. “Lo de divide y vencerás es viejo, pero cierto”, lamenta Jessica Fernández, de la Plataforma Feminista Galega. Esta activista ve en el “continuo ataque” de partidos como el PP o Vox un posible germen que puede contaminar el feminismo: “Sabemos que la derecha siempre está ahí, y en el momento en el que dejemos de luchar vamos a retroceder”. Pero ante estas ofensivas la respuesta es clara: la unidad. Inés Royo, portavoz de la Asamblea 8M de Zaragoza, cree que el discurso antifeminista les beneficia: “Frente a los ataques de la derecha nos unimos”. Ana Useros, vocera de la Comisión 8M de Madrid, describe como "irrespirable" el clima que crean con sus discursos. Añade que "ponen en duda asuntos que esta sociedad teía absolutamente interiorizadas", pues cuestionan la "capacidad de decidir de las mujeres" o "nos tratan como víctimas y no como sujetas de nuestra propia historia"

Rocío Antela también señala el “peligroso” altavoz que encuentran sus discursos en todos los espacios. “Nosotras vamos a seguir ocupando las calles y apostando por el refuerzo de la unidad. Es fundamental porque si estamos unidas y protegidas podremos pararlos”. Con esta jornada las feministas pretenden hacer ver que “hay una sociedad que reclama un cambio de valores, de normas que hagan posible transformar la sociedad”. “Que se vea que es necesaria la unión frente a la crispación y recorte de derechos”, recalca Luque. 

A todo este clima de crispación se le añade que en mayo, españoles y españolas acudirán a votar en las elecciones autonómicas y municipales. Luque explica que el periodo electoral siempre marca las luchas feministas: “Hay muchas organizaciones y partidos políticos que son bastante proclives a capitalizar movimientos sociales y concretamente el movimiento feminista”. Las decisiones políticas impulsan o limitan los avances feministas, por ello la reivindicación es tan importante cuando se acerca el periodo electoral. “Este año frente a una posible involución institucional y política, estamos haciendo una movilización feminista más fuerte”.

Un año más, las feministas se preparan para hacer del 8M una jornada reivindicativa por los derechos de las mujeres. Ni las restricciones ni las mascarillas serán protagonistas este 8 de marzo. La pandemia silenció las calles y redujo las convocatorias pasadas, pero no sucederá este año. Este 2023 las feministas quieren reavivar las concentraciones masivas y volver a poner sus reivindicaciones sobre la mesa. 

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