La desprotección de los menores frente a la violencia vicaria exige una legislación "exhaustiva" y específica, pero también la valentía de los operadores jurídicos, que deben escuchar a la infancia y separarla de los padres maltratadores.
Estas son algunas de las demandas que expertas juristas han hecho este miércoles en el Ministerio de Justicia durante la celebración de las VI Jornadas de Justicia e Igualad con motivo del 25N, tituladas Después del silencio. La violencia de género perpetrada contra niñas y niños ha sido uno de los temas centrales que se han abordado en una mesa de análisis sobre el impacto del maltrato machista.
La fiscal delegada de Andalucía de violencia sobre la mujer, Flor de Torres, ha destacado que es necesaria una "legislación exhaustiva" contra la violencia vicaria, pero también que los operadores jurídicos y policiales tengan en cuenta la voz de la infancia y separarla de sus padres agresores, como establece la ley de protección a la infancia.
En este sentido, la directora de la Fundación Mujeres, Marisa Soleto, ha precisado que hay víctimas de la violencia de género, como son los hijos de una mujer maltratada o asesinada o las madres de menores asesinados en crímenes vicarios que tienen reconocida legalmente la condición de víctima, pero esa condición es más simbólica que real, puesto que les cuesta acceder a sus derechos. Por eso ha incidido en que se debe avanzar hacia el reconocimiento preciso de los derechos y también hacia mecanismos de acceso claro a ellos, a su tratamiento y su reparación.
El cordinador del Servicio de Asistencia Psicológica a menores víctimas de violencia de género del Instituto de la Mujer de Castilla-La Mancha, Pablo Nieva, ha denunciado que en los procesos judiciales se protege a las mujeres, pero "la gran mayoría de las criaturas quedan desprotegidas" porque no se están aplicando leyes como la de protección de la infancia y la adolescencia frente a la violencia.
"Se está favoreciendo la cronificación de la violencia (...) Si no trabajamos desde la más tierna infancia y ponemos tierra de por medio con estos padres maltratadores, esto va a conducir a psicopatías graves en la edad adulta", ha advertido el psicólogo.
Nieva ha indicado que un 55 % de los menores atendidos en el servicio que dirige (más de medio millar) están en regímenes de visitas con sus padres maltratadores. El experto ha destacado que los niños y niñas víctimas de la violencia de género que dejan de tener contacto con el maltratador se recuperan "muchísimo antes a través de la psicoterapia" que aquellos que tienen que acudir a las visitas con los agresores de sus madres "porque vuelven a vivir el trauma constantemente". "Un maltratador nunca es un buen padre (...) Quien tiene normalizada la violencia y la ejercía contra su pareja la va a reproducir con sus hijos", ha aseverado Nieva.
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Soleto se ha preguntado que si un maltratador nunca es un buen padre, por qué sigue habiendo custodias, si ya está prohibido concederlas: "Si soy hijo de un maltratador tengo derecho a una vida libre de violencia y debo tener acceso a herramientas que me deben facilitar los poderes públicos para estar alejado del foco de la violencia, en este caso el maltratador", ha incidido.
Por su parte, la fiscal ha asegurado que la violencia vicaria puede prevenirse porque existe rastro judicial gracias al testimonio de las víctimas, incluso de los menores de edad: "Tenemos que ser valientes, suprimir las visitas".
En la inauguración de esta jornada, el secretario de Estado de Justicia, Manuel Olmedo, ha reconocido que, aunque se ha avanzado mucho en la lucha contra las violencias machistas y la sociedad está "cada vez más preparada" para ver violencias que "hasta ahora pasaban desapercibidas", aún "quedan zonas de penumbra o de sombra".
La desprotección de los menores frente a la violencia vicaria exige una legislación "exhaustiva" y específica, pero también la valentía de los operadores jurídicos, que deben escuchar a la infancia y separarla de los padres maltratadores.