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Las personas no binarias ven en los tribunales la última vía para reconocer su identidad

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Batallaron por formar parte de la ley trans –aunque solo fuera mediante la vaga promesa de estudiar su situación y en el plazo de un año trazar propuestas–, pero perdieron. Las personas no binarias no encontraron encaje en la  norma que se tejió como un paradigma para el colectivo LGTBI. Y ahora trasladan su contienda a los tribunales, donde acaban de anotar su primer gran tanto. El Tribunal Superior de Justicia de Andalucía (TSJA) ha reconocido a la identidad no binaria de Andrea Speck, de origen alemán pero residente en suelo español desde hace más de una década.

¿Qué es lo que ha sucedido exactamente? Andrea se ha convertido en la primera persona reconocida como no binaria por un tribunal. Concretamente, su identidad de género constará así en el Registro Central de Extranjeros. Andrea ya tenía reconocido su género no binario en su país de origen, por lo que los jueces entienden que debe poder conservar este reconocimiento también en el territorio donde reside.

"Una sola sentencia no genera jurisprudencia, pero es muy pionera por el tema que plantea", comenta al otro lado del teléfono la jurista Charo Alises, activista en la Federación Estatal LGTBI (FELGTBI). Insiste en que la sentencia reconoce la situación de una persona extranjera cuya identidad ya está reconocida en su país, pero no reconoce el derecho de las personas no binarias a ser inscritas en España.

Aunque el camino no está totalmente labrado, lo cierto es que la victoria de Andrea en los tribunales sí supone un primer paso importante para el colectivo. De manera más evidente, para las personas extranjeras ya reconocidas como no binarias en sus países. Pero también para todas las demás. "Se puede utilizar" para denunciar un "supuesto de desigualdad entre las personas no binarias españolas respecto a las extranjeras", expone Alises.

Darko Decimavilla preside No Binaries España y sí cree que la decisión de los tribunales es "un gran paso". Especialmente, detalla, porque viene a reconocer que "hay seguridad jurídica en el reconocimiento de las personas no binarias". A su juicio, sienta un precedente del que podrán echar mano todos los demás. Decimavilla conjuga, en este punto, la primera persona: tras conocer el contenido de la sentencia, inició el trámite para pedir que el Registro Civil reconozca su identidad como persona no binaria. La decisión de los jueces del tribunal andaluz, es su principal arma. "En todo el proceso de la ley trans" y durante la batalla del colectivo no binario por entrar dentro de la norma, las voces críticas se oponían alegando que "no había seguridad jurídica, pero esta sentencia evidencia lo contrario", celebra.

A golpe de tribunales

Así que las personas no binarias, excluidas de la ley, han encontrado su principal alianza en la justicia. "Si no nos reconocen en la ley, vamos a pelear con todas las armas que tenemos", insiste Decimavilla. Las buenas noticias llegan ahora del Registro Central de Extranjería, pero el colectivo espera que las semillas se planten también en el Registro Civil. "Esperamos que con mi caso se cree un precedente y el resto de personas no binarias dejen de tener que recurrir a los tribunales", ansía Decimavilla.

Su abogado, Saúl Castro, matiza que la sentencia de Andrea supone el reconocimiento del "tercer género en un registro administrativo, no civil", pero sí sirve para apuntalar los argumentos de la parte interesada para solicitar el cambio registral. Esta petición ante el Registro Civil se ha hecho siguiendo los pasos dispuestos en la ley trans, ya que el abogado considera que la norma no especifica que el cambio tenga que ser al género masculino o femenino específicamente, por lo que, interpreta, podría caber una tercera opción. Sin embargo, consciente de que la posibilidad de éxito es débil, ambos han hecho uso de la citada sentencia.

Por un lado, tal como planteaba Alises, argumentando que podría existir una "diferencia de trato" a las personas extranjeras, respecto a las nacionales. "Se permite reconocer a todos los efectos el género no binario a extranjeros, mientras que las personas nacionales no pueden ver a nivel estatal reconocida su identidad de género", detalla el letrado. A su vez, completa, el tribunal andaluz considera que el trámite no es de una magnitud inasumible y que los efectos no supondrían una merma de la seguridad jurídica.

"La sentencia no obliga al Registro Civil a reconocer el tercer género, pero sí nos da más margen para poder justificarlo mejor", abunda Castro, consciente pese a todo de las dificultades. La solicitud que ha preparado es de hecho "muy larga y muy fundamentada", precisamente debido al temor ante una posible denegación y con la vista "puesta en los tribunales y en plantear la inconstitucionalidad de la ley trans".

Más allá de este caso concreto, lo cierto es que el colectivo LGTBI tiene tablas en lo que se refiere a conquistar derechos en los pasillos de los tribunales. Así ocurrió en 2019, cuando el Tribunal Constitucional reconoció que los menores trans con "suficiente madurez" y en "situación estable de transexualidad" tenían que poder acceder al cambio registral. En aquel momento, sólo las personas mayores de edad podían solicitar la modificación de la mención relativa al sexo, después de haber pasado por un proceso de tratamiento hormonal y psicológico. El Constitucional abrió la puerta a reconocer el mismo derecho para los menores y el Gobierno, recuerda Alises, se valió de dicha sentencia "para hacerlo ley".

De Alemania a Navarra

El caso de Andrea Speck viene determinado por un hecho clave: el reconocimiento de su identidad de género en Alemania. Allí, el colectivo también ganó derechos a golpe de sentencias. En 2017, el Tribunal Constitucional del país permitió la introducción del género "diverso", reconociendo con ello a las personas no binarias. En Malta, en septiembre de 2017, se permitió el uso del marcador de género X en los pasaportes y otros documentos de identificación. Y en Bélgica, también fue gracias al Tribunal Constitucional que, a partir de 2019, los belgas tienen derecho a un tercer género abierto.

Aunque la ley trans no fue finalmente el lugar que abrazó a las personas no binarias, sí existen tres comunidades autónomas que incluyen preceptos en sus respectivas leyes. Navarra reconoce que, a nivel administrativo, toda persona debe poder ser nombrada y tratada de acuerdo con el sexo o género con el que se identifica, "sea este hombre, mujer u otro". La Rioja, por su parte, establece en su artículo 39 que "para acreditar la identidad de género bastará con que la persona interesada manifieste expresamente por sí misma o, en su caso, por sus representantes legales su identificación como mujer, hombre o persona no binaria, así como el nombre por el que se identifica". Y en los mismos términos se expresa la ley canaria, cuyo articulado reconoce al género no binario para toda documentación administrativa, dentro de las competencias autonómicas.

¿Cambio social?

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El avance en los tribunales, ¿viene acompañado de un cambio a nivel social? "La discriminación y la negación de identidades no sólo viene por parte de la administración, sino también de gran parte de la sociedad", analiza Decimavilla, quien sin embargo sí atisba visos de avance. "Poco a poco tenemos más apoyo, aunque incluso dentro del propio colectivo LGTBI ha costado". Al final, zanja, el reconocimiento de las identidades no binarias no es sino el reconocimiento de "los derechos humanos".

En julio de 2022, el Ministerio de Igualdad, a través de su Dirección General de Diversidad de Género, publicó el primer gran estudio que aproxima la realidad de las personas no binarias, sus condiciones, demandas y necesidades. La investigación, pilotada por Isabel López Gómez y Gorka Tobalina Pardo, señalaba que "el fenómeno social de personas identificándose o entendiendo su experiencia de género como no binaria" experimenta un "aumento significativo" en los últimos ocho años, según han acreditado los profesionales del ámbito de la atención y acompañamiento a la diversidad sexual y de género. En cuanto a la respuesta social, el 38% de las personas encuestadas habla de comentarios de desconocimiento y el 21% dice toparse a menudo con preguntas incómodas. El 16% reseña actitudes de desprecio, mientras que en el extremo opuesto, el 21% habla de interés respetuoso.

Que es una moda, una chorrada, una fase o una necesidad de llamar la atención son los principales comentarios que reciben las personas no binarias. Y las reacciones contrarias tienen efectos en el plano material: el 28% reconoce trabas a la hora de acceder a espacios o servicios públicos, el 25% admite ser reacio a conocer gente, el 19% prefiere esquivar los eventos familiares y el 16% descarta recurrir a la policía cuando se topa con problemas.

Batallaron por formar parte de la ley trans –aunque solo fuera mediante la vaga promesa de estudiar su situación y en el plazo de un año trazar propuestas–, pero perdieron. Las personas no binarias no encontraron encaje en la  norma que se tejió como un paradigma para el colectivo LGTBI. Y ahora trasladan su contienda a los tribunales, donde acaban de anotar su primer gran tanto. El Tribunal Superior de Justicia de Andalucía (TSJA) ha reconocido a la identidad no binaria de Andrea Speck, de origen alemán pero residente en suelo español desde hace más de una década.

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