Nobel de la paz
El cirujano congoleño Denis Mukwege y la yazidí Nadia Murad, premio Nobel de la Paz
El cirujano congoleño Denis Mukwege y la activista yazidí Nadia Murad han sido reconocidos este año con el premio Nobel de la Paz por su labor de lucha contra la violencia sexual, según informa Europa Press.
El jurado ha reconocido que tanto Mukwege como Murad han arriesgado su propia seguridad para combatir "de forma valiente" un crimen de guerra que la activista yazidí sufrió en propias carnes tras ser secuestrada en 2014 por el grupo terrorista Dáesh, que raptó a unas 3.000 mujeres y niñas en la parte norte de Irak. Murad logró escapar después de tres años de "pesadilla" y, desde entonces, se ha convertido en una de las principales voces de la minoría yazidí en todo el mundo. En opinión del Comité Noruego, "ha demostrado una valentía poco común al contar su propio sufrimiento y hablar en nombre de otras víctimas" para llamar la atención de la comunidad internacional.
En el pueblo donde vivía Murad, cientos de personas fueron masacradas y las niñas y mujeres más jóvenes fueron raptadas para ser utilizadas como esclavas sexuales. La progresiva liberación de las zonas tomadas por Dáesh ha ido sacando a la luz algunas de estas historias, que dan cuenta por ejemplo de matrimonios forzados en los que la violación se convertía en herramienta de castigo ante cualquier atisbo de desobediencia al hombre, según recoge el secretario general de la ONU, António Guterres, en su último informe sobre violencia sexual, publicado en marzo de este año.
Hasta noviembre de 2017, más de 3.200 civiles, entre ellos 1.135 mujeres y 903 niñas, fueron liberados de Dáesh, si bien una cifra similar de rehenes seguían desaparecidos. La ONU y otras organizaciones defensoras de los Derechos Humanos temen que éstas y otras cifras sean incluso mayores, en la medida en que no siempre es fácil conocer este tipo de datos en un contexto de conflicto.
Por su parte, Mukwege, habitual en las quinielas del Nobel de los últimos años, ha sido clave para ayudar a miles de pacientes gracias a la labor de su hospital en Bukavu, en la parte este de República Democrática del Congo. El personal del centro ayuda a paliar las secuelas físicas de la violencia sexual en un contexto de guerra. "No se pueden subestimar los esfuerzos prolongados, dedicados y desinteresados del doctor Mukwege en ese ámbito", ha destacado el jurado, que también ha denunciado públicamente las violaciones masivas y ha criticado a las autoridades, tanto congoleñas como de otros países, por no hacer lo suficiente para impedir que los abusos contra las mujeres sigan siendo un "arma de guerra".
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El Fondo de Población de Naciones Unidas (UNFPA) informó de más de 5.700 casos de violencia sexual en zonas afectadas por el conflicto en la RDC en 2017, más del doble que en 2016. La misión de paz de la ONU (MONUSCO) pudo verificar más de 800 casos, 765 de ellos de mujeres y niñas, pero como en el caso de Irak esto solo sería la punta del iceberg. El 72 por ciento de las víctimas son atribuíbles a grupos armados, aunque en el país africano las culpas se extienden también a las autoridades. Así, en 2017 aumentaron los casos correspondientes a acciones de miembros de las Fuerzas Armadas (un 28 por ciento más) y a la Policía Nacional (un 109 por ciento más), según el informe de Guterres.
Suceden en el palmarés a la Campaña Internacional para Abolir las Armas Nucleares (ICAN), reconocida en 2017 por su activismo para alertar de las "catastróficas consecuencias humanitarias" del uso de este tipo de armamento. En 2016, el galardón recayó en el entonces presidente colombiano, Juan Manuel Santos, por su acuerdo de paz con las FARC, y un año antes el comité premió la labor del Cuarteto para el Diálogo Nacional de Túnez.
Para la edición de este año se habían presentado un total de 331 candidaturas, la segunda mayor cifra de la historia, solo superada por los datos de 2016. De los 331 aspirantes, 216 correspondían a personas, mientras que las 115 restantes eran de grupos u organizaciones, según el comité.