Estado Islámico difundió imáganes de la destrucción del santuario de Baal Shamin en Palmira, en el desierto sirio. En ellas muestran todo el proceso de destrucción de los restos arqueológicos, en primer lugar con la introducción del material explosivo en el interior y, después, el montón de escombros al que es reducido.
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Las imágenes, difundidas en redes sociales por el grupo yihadista, incluían en ella textos como La completa destrucción del templo pagano de Baalshamin, un monumento de más de 2.000 años de antigüedad y que para Estado Islámico es un símbolo de deriva idolátrica al tratarse de una construcción anterior a la llegada del islam.
Tanto la destrucción de este templo, patrimonio de la humanidad de la Unesco, como el asesinato hace una semana del arqueólogo jefe del recinto, Khaled Asaad, de 82 años, fueron calificados el lunes por el secretario general de las Naciones Unidas, Ban Ki-moon, como "un crimen de guerra". La Unesco se sumó a esta denominación y manifestó a través de su directora general, Irina Bokova, que "los autores deben ser acusados por sus acciones".
Además de este acto, Estado Islámico destruyó en el último año otras zonas arqueológicas de gran importancia en la región como las ruinas de Nimrud del siglo XIII a.C. y de Hatra, ambas patrimonio de la Unesco, el Museo de la Civilización de Mosul y el yacimiento de Dur Sharrukin, la que fuera capital asiria durante el reinado de Sargón II (722-705 a.C).
Estado Islámico difundió imáganes de la destrucción del santuario de Baal Shamin en Palmira, en el desierto sirio. En ellas muestran todo el proceso de destrucción de los restos arqueológicos, en primer lugar con la introducción del material explosivo en el interior y, después, el montón de escombros al que es reducido.