Afganistán
La jornada electoral de Afganistán contabiliza al menos 109 muertes violentas
La jornada electoral en Afganistán ha dejado ya 109 muertos, la mayoría combatientes talibán, en los más de un centenar de actos violentos registrados durante el día de los comicios presidenciales en Afganistán, según ha informado el Ministerio de Interior afgano.
En total, se trata de 89 guerrilleros talibán, nueve agentes de Policía, 7 soldados del Ejército nacional afgano y cuatro civiles. Además, otros 40 civiles han resultado heridos en estos incidentes.
La Comisión Electoral afgana ha estimado que unos siete de los 12 millones de votantes registrados han depositado su papeleta en los comicios presidenciales de este sábado, por lo que el índice de participación podría girar en torno al 60%, ampliamente superior al 38,8% registrado en las elecciones de 2009, según informa la agencia de noticias Pahjwok.
¿En qué condiciones afronta Afganistán sus elecciones?
Afganistán vive un punto importante en su historia. Se enfrenta a unas elecciones presidenciales y provinciales que marcarán el devenir de los próximos años. Son las primeras desde que en 2009 Hamid Karzai fuera reelegido presidente. Estas elecciones tienen lugar en un momento convulso en Afganistán. La retirada de las tropas estadounidenses estaba prevista para este mismo año, aunque aún no está cerrado el acuerdo definitivo entre Kabul y Washington, lo que supondría un importante cambio para las estructuras del país.
Por otro lado, los talibán habían mostrado su rechazo por las elecciones amenazando con boicotearlo meadiante atentados. El Gobierno ha ordenado un importante despliegue policial con el fin de mantener la seguridad y velar por la transparencia de los comicios.
Casi cuatro millones de afganos están llamados a las urnas, de los treinta y uno que constituyen la población total. Se trata de un país que tiene importantes dificultades, provocadas por los conflictos bélicos, la violencia generalizada existente en todo el territorio y los distintos desastres naturales que han asolado el país en los últimos años.
La pobreza
Según la ONU, se encuentra entre los quince países más pobres del mundo. Nueve millones de afganos viven por debajo del umbral de la pobreza. Este dato guarda una estrecha relación con que el 75% de los afganos viven en zonas rurales.
Las mujeres
La situación de las mujeres es complicada. Se trata de una sociedad en la que sus derechos no se encuentran al mismo nivel de desarrollo que los de los hombres. Este hecho se refleja en los elevados índices de matrimonios tempranos. La ONU afirma que entre el 70 y el 80% de las mujeres se ven obligadas a casarse siendo aún muy jóvenes. El dato es mayor cuando se habla de los abusos físicos, psicológicos y sexuales: el 87% de las mujeres afganas los sufren o los han sufrido en algún punto.
La educación
Los datos de la CIA muestran el escaso índice de alfabetización de la población y demuestra la gran diferencia existente entre los dos sexos. Por un lado, el 43% de los hombres son capaces de leer y escribir, mientras que sólo el 13% de las mujeres han recibido esta educación. La ONU destaca la mejoría que se ha vivido, ya que hace diez años el nivel de alfabetización de las mujeres era casi nulo.
El trabajo y la mortalidad infantil
Según la CIA en Afganistán uno de cada tres niños entre 5 y 14 se ven forzados a trabajar. El trabajo infantil se da especialmente en las regiones que cuentan con un grado de urbanización bajo. Según Unicef el dato podría ser mayor, llegando a superar el 30%.
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Afganistán es el país con el índice de mortalidad infantil más elevado. De cada mil niños que nacen mueren 117. La tasa de natalidad es alta encontrándose entre las diez primeras del mundo.
Aunque las medidas sanitarias han mejorado notablemente, sigue habiendo importantes diferencias entre las áreas rurales y las urbanizadas. La esperanza de vida ha pasado de 56 a 60 años en los últimos años en un país en el la media de edad es muy baja (18 años).
La continuidad del Gobierno de Karzai o el cambio de rumbo del país están en juego. Son los ciudadanos afganos los que ahora tienen las última palabra.
