Brasil
Lula da Silva se compara con Mandela después de que se confirme su condena
El expresidente de Brasil Luiz Inácio Lula da Silva se ha comparado este miércoles con el héroe nacional brasileño Tiradentes y el exdirigente sudafricano Nelson Mandela tras conocer la decisión de la Justicia de mantener la condena por corrupción en su contra, según ha informado el diario local O Globo.
Lula ha indicado que el ser humano "puede ser atrapado" y ha puesto de ejemplo a Mandela, que permaneció 27 años encarcelado. "Él volvió y se convirtió en presidente de Sudáfrica", ha aseverado el exdirigente brasileño durante su discurso en la plaza de la República.
Asimismo, ha hecho referencia a Tiradentes como "un pobre desgraciado" que "atrevió a pensar en la independencia del país". "No sólo el gobierno de la época lo condenó (...) para que nadie más pensara en la independencia de este país", ha explicado.
Según Lula, tuvieron que pasar cien años para que "Tiradentes fuera exaltado como héroe". Al menos dos de los tres jueces de un tribunal de apelaciones de Brasil se han posicionado este miércoles a favor de mantener la condena por corrupción contra Lula, lo que indirectamente supone un golpe para las aspiraciones del antiguo mandatario de regresar al Palacio de Planalto.
Los tres magistrados que conforman el Tribunal Federal de la Cuarta Región de Brasil, con sede en la ciudad de Porto Alegre, debían pronunciarse sobre la condena dictada el 13 de julio de 2017 por el juez federal Sergio Moro, en cuyas manos recae la macrocausa de Petrobras, donde se investiga una red de cobro de sobornos a cambio de jugosos contratos de la petrolera estatal.
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El expresidente ha asegurado que respeta la decisión de los jueces, pero no los hechos citados para justificarla. "Quiero que pidan disculpas por la cantidad de mentiras que están contando contra mí desde hace cuatro años", ha insistido.
Moro condenó a Lula por blanqueo de capitales y corrupción pasiva al considerar probado que el líder izquierdista recibió un tríplex de lujo en São Paulo como pago de la constructora brasileña OAS a sus favores políticos. Lula siempre ha negado que fuera un soborno, esgrimiendo que fue una inversión familiar, y ha exigido que se le devuelva el apartamento.