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Macron y Meloni protegen a Sánchez de los expedientes de infracción por déficit contra España

La primera ministra italiana, Giorgia Meloni, y el presidente de Francia, Emmanuel Macron.

Nadia Calviño debe mirar con ternura a sus homólogos italiano y francés. Mientras la vicepresidenta y ministra de Economía, al mando de la negociación de la reforma del Pacto de Estabilidad, va acercando posturas para que todo esté hecho a finales de año, los gobiernos siguen funcionando como si en 2024, en 2025 ó en 2026 no fuera a haber ningún pacto. Sin saber todavía las últimas líneas de esa reforma, porque aún se discuten, sí es ya posible decir que de alguna forma habrá que ir reduciendo el déficit público en los próximos años hasta ponerlo por debajo del 3% del PIB y que de alguna forma la Comisión Europea tendrá que empezar a abrir procedimientos de infracción a quienes no cumplan.

Calviño sabe que a España difícilmente le tocará salvo que Von der Leyen, o quien la sustituya dentro de un año, decidan ir a la guerra contra los gobiernos francés e italiano. Cuando el entonces comisario de Economía Pedro Solbes intentó abrir expedientes a Francia y Alemania casi se lo comen. Ahora puede pasar algo igual pero con Francia e Italia. España debe cerrar este año, según las previsiones de la Comisión Europea, con un déficit público del 4,1%. En 2024 acabará con un 3,3%. Economía es algo más optimista y espera un 3,9% y un 3,0%. Sea cual sea el dato final, los dos estarán en 2023, 2024 y al menos hasta 2027 por debajo del déficit pública francés e italiano.

El ministro de Finanzas francés, Bruno Le Maire, anunció este miércoles que las cuentas públicas francesas tendrán un déficit público del 4,9% este año y del 4,4% en 2024, aproximadamente un punto más de lo que Bruselas espera para España. Eso a pesar de que Le Maire anunció recortes en ayudas para hacer frente a los altos precios de la energía y pequeños recortes en los subsidios de desempleo. Francia tampoco quiere reducir gasto público hasta que no tenga controlada totalmente una inflación que es ahora mismo 1,3 puntos superior a la española, por lo que aumentará las pensiones más pequeñas. El HCFP, equivalente a la Airef española, ya advirtió que el Gobierno es excesivamente optimista y pidió recortes de gasto estructurales.

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La situación italiana es incluso peor. El objetivo de déficit italiano para este año era del 4,5% y será del 5,5%. Roma prometió a la Comisión Europea a mediados de año que en 2024 tendría un déficit público del 3,7%, entre España y Francia. Pero en el proyecto de presupuestos generales que la primera ministra Giorgia Meloni debe presentar en los próximos días o semanas ya aparece un 4,4%, al nivel francés, pero con más deuda pública (145% del PIB por el 112% español y francés) , peor calificación de deuda, incremento del coste de financiación de esa deuda y muchos problemas para asimilar los fondos del Next Generation EU.

La retórica de las reuniones de ministros de Economía y Finanzas, sin volver a la austeridad de principios de la pasada década, de ir reduciendo el gasto público extraordinario en ayudas que se puso en marcha con la pandemia y después con la crisis energética y su correlato inflacionario. Pero de lo que los ministros deciden poner en los comunicados de prensa cuando terminan sus reuniones en Bruselas a lo que luego hacen en casa hay una gran distancia.

Si se aprueba la reforma del Pacto de Estabilidad y entra en vigor el próximo 1 de enero la Comisión Europea tendrá de nuevo en funcionamiento el botón para activar procedimientos de infracción, pero en Bruselas nadie cree que sea una gran idea montar una bronca monumental con la segunda y la tercera economía del bloque cuando las previsiones económicas de la Eurozona apuntan a un menor crecimiento en Alemania, Francia e Italia. De los grandes, sólo España vio sus perspectivas de crecimiento revisadas al alza en las últimas previsiones comunitarias. La alternativa sería abrir procedimientos de infracción más como tirón de orejas que como forma de exigir más recortes. En los dos casos, Calviño (o quien la sustituya en Economía) sabe que mientras Macron y Meloni mantengan el déficit por encima del suyo estará protegida.

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