El Vaticano ha rechazado la petición del Dalai Lama de mantener una audiencia con el papa Francisco, con motivo de su presencia en Roma para participar en la Cumbre Anual de Premios Nobel de la Paz –que este año se celebra en la capital italiana–, porque dicho encuentro "podría dañar las ya tensas relaciones de la Santa Sede con China", según han indicado los portavoces del gobierno vaticano.
La sede de la Iglesia católica no tiene relaciones diplomáticas formales con el país oriental desde 1949, poco después de que el Partido Comunista se hiciera con el poder gubernamental, pese a que el Vaticano está "intentando mejorar las relaciones", como ya apuntó Francisco durante su vuelta en avión desde Corea. Aún así, han asegurado que el líber espiritual tibetano "entiende la situación" y las "delicadas" relaciones de la Iglesia Católica con China.
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De hecho, el mensaje transmitido por uno de los oficiales de la oficina del Dalai Lama, Tenzin Taklha, es que el líder tibetano "está decepcionado pero no quiere causar ninguna inconveniencia".
La Iglesia Católica en China está dividida en dos comunidades, la iglesia "oficial" patriótica ligada al Partido Comunista que gobierna el país y la iglesia clandestina, que reconoce únicamente la autoridad espiritual del papa de Roma.
Por su parte, fuentes del Vaticano aseguran que la decisión se ha tomado "para evitar cualquier sufrimiento a aquellos que ya han sufrido", en referencia a la iglesia clandestina. Francisco no participará en la XIV Cumbre Mundial de los Premios Nobel de la Paz, que se celebra en Roma este fin de semana y que reúne a más de 20 ganadores del Nobel de la Paz, aunque ha enviado un mensaje a los asistentes a través del secretario de Estado del gobierno vaticano, el cardenal Pietro Parolin.
El Vaticano ha rechazado la petición del Dalai Lama de mantener una audiencia con el papa Francisco, con motivo de su presencia en Roma para participar en la Cumbre Anual de Premios Nobel de la Paz –que este año se celebra en la capital italiana–, porque dicho encuentro "podría dañar las ya tensas relaciones de la Santa Sede con China", según han indicado los portavoces del gobierno vaticano.