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'Doctrina Dahiya': la operación de destrucción masiva que Israel empezó a usar en Gaza hace 15 años

Un niño palestino pasea entre los escombros de un edificio destruido (Gaza).

René Backmann (Mediapart)

¿Es posible que los más de 11.000 palestinos muertos hasta la fecha en la Franja de Gaza, según el Ministerio de Sanidad controlado por Hamás, los 27.000 heridos y los 1.500.000 residentes del norte obligados a huir bajo amenaza al sur del enclave, no sean simples "víctimas colaterales" de la guerra entre Israel y Hamás? 

¿Es posible que sean objetivos civiles elegidos deliberadamente por el Estado Mayor israelí y asumidos por las autoridades políticas para infligir "intensos sufrimientos" a la población palestina? 

¿Es posible que el cese del funcionamiento de 22 de los 36 hospitales del territorio debido, según la OMS, a la falta de combustible, las huelgas y la inseguridad, que la muerte de decenas de pacientes y bebés prematuros (por falta de cuidados), de casi 200 trabajadores sanitarios de más de 100 empleados de la UNRWA (agencia de la ONU para los refugiados palestinos) y de 60 periodistas no sean las inevitables consecuencias sangrientas de la "destrucción de Hamás y de sus capacidades militares" emprendida por el ejército israelí hace más de un mes? 

¿Es posible que esta carnicería sea el componente marginal de un castigo colectivo diseñado e infligido por un ejército que obedece las órdenes de políticos controvertidos pero elegidos, para "humillar y aterrorizar" a la población civil? ¿Es posible que la destrucción por bombas, misiles y obuses israelíes de hospitales, escuelas, edificios de la ONU, bloques de apartamentos e infraestructuras técnicas y sanitarias no sea simplemente una respuesta en forma de venganza por el cruel trauma sufrido por la sociedad israelí el 7 de octubre? 

¿Es posible que la transformación de este territorio cercado y superpoblado en un montón de escombros sea el resultado de una estrategia cuidadosamente pensada y fríamente aplicada por cínicos dirigentes políticos y militares decididos a ignorar los imperativos del derecho internacional, con el fin de "restaurar la capacidad de disuasión de Israel" socavada por Hamás? 

Una doctrina formulada ya en 2006

Según Nadav Weiman, responsable de la ONG de veteranos Breaking the Silence, soldado de infantería en Gaza en 2008 durante la operación Plomo Fundido, "las declaraciones de los dirigentes israelíes y la amplitud de la destrucción indican que el ejército está aplicando la misma estrategia que en operaciones anteriores: la doctrina Dahiya". 

Formulada en el momento de la guerra de 2006 en Líbano, esta doctrina se basa en principios simples, si no simplistas: el carácter desproporcionado y devastador de los ataques, incluso sobre estructuras e infraestructuras civiles, y la explícita negativa a distinguir entre objetivos militares y civiles. Se trata de claras violaciones de las leyes de la guerra y del derecho internacional, que exponen a sus autores a la acusación de crímenes de guerra. 

El objetivo de esta estrategia sus diseñadores y usuarios no lo ocultan es, de hecho, recordar a los palestinos "quién es el más fuerte para que comprendan que es inútil resistirse". Esta doctrina, basada en la idea de que la guerra se desarrolla por fases, no pretende ser decisiva en cuanto al salida del conflicto, sino sólo retrasar e intentar disuadir el inevitable estallido de la siguiente fase. Como señaló recientemente el portavoz del ejército israelí, "en esta operación se ha hecho hincapié en la magnitud de los daños, no en la precisión de los golpes". 

"Esta estrategia”, acusa Weiman, “no sólo es errónea e inútil sino también inmoral porque se basa en enormes pérdidas civiles. Han sido destruidos o dañados decenas de miles de hogares en Gaza. Barrios enteros han sido literalmente arrasados. Y esto se debe a que, según la "doctrina Dahiya", la potencia de fuego utilizada ha de ser desproporcionada. Por eso el resultado es siempre el mismo: poner fuera de alcance la seguridad del país a largo plazo, por conseguir a corto plazo de una ilusión de calma." 

Weiman no es el único observador del conflicto que ha detectado la aplicación no declarada de esta desastrosa "doctrina Dahiya". Preguntado por la utilización de esta doctrina contra Hamás, Yoni Ben Menachem, analista israelí estrechamente vinculado a los medios militares, respondió: "Sí, totalmente", añadiendo que en este caso se trataba de una forma de "guerra psicológica, destinada sobre todo a mantener a los civiles alejados de los objetivos vinculados a Hamás". Para Daniel Byman, consejero estratégico del Departamento de Estado norteamericano, "se está aplicando claramente el concepto general de la doctrina, según el cual Israel debe infligir daños y destrucciones considerables para restablecer su capacidad de disuasión". 

Y según Yossi Mekelberg, especialista en Oriente Próximo de Chatham House, el Real Instituto de Relaciones Internacionales del Reino Unido, "la doctrina parece estar aplicándose en Gaza". El abogado israelí Michael Sfard, especialista en leyes de la guerra y derechos humanos, señala que "el gran número de muertos en Gaza no prueba por sí mismo que Israel haya violado las leyes de la guerra, pero crea sospechas y transfiere al ejército la responsabilidad de tener que explicar y justificar sus acciones". 

Autor: el general Gadi Eizenkot

Tomando su nombre de Dahiya, barrio chií de los suburbios del sur de Beirut, bastión de Hezbolá arrasado por la aviación israelí en 2006, esta doctrina fue ideada por el general israelí Gadi Eizenkot. Este oficial de origen marroquí fue jefe del Departamento de Operaciones del Estado Mayor después de haber estado al mando de la Brigada Golani. 

Eizenkot, especialista en "combate asimétrico en entornos urbanos", era partidario de dar prioridad al poder destructivo sobre la precisión de los ataques. “Lo que ocurrió en Dahiya", explicó en 2008, "ocurrirá en todas las localidades que sirvan de base para disparar contra Israel. Utilizaremos una fuerza desproporcionada contra estas zonas y causaremos grandes daños y destrucción. Esto no es una recomendación, es un plan, y ya ha sido aprobado". 

"Ante un estallido de hostilidades, el ejército debe actuar de inmediato, con decisión, con una fuerza desproporcionada, en relación con las acciones del enemigo y la amenaza que representa", explicó uno de los subordinados de Eizenkot, el coronel Gabriel Siboni, al presentar la doctrina en nombre del Instituto Nacional Israelí de Estudios de Seguridad (INSS). "El objetivo de tal represalia", añadió, "es infligir daños y pérdidas considerables, llevar el castigo a tal nivel que requiera un largo y costoso proceso de reconstrucción". 

Precedentes en 2008, 2012 y 2014

Según Fouad Gehad Marei, investigador de las universidades de Lund (Suecia), Erfurt (Alemania) y Birmingham (Reino Unido) que ha analizado los conflictos libanés, sirio e iraquí, "la doctrina Dahiya guió las operaciones del ejército israelí en Gaza en 2008, 2012 y 2014. Durante esas guerras, los derechos humanos y las organizaciones internacionales criticaron a Israel por su uso desproporcionado de la fuerza y la magnitud de los daños infligidos. Está claro que la intención explícita de infligir una inmensa destrucción y no distinguir entre objetivos militares y civiles constituye una violación de las leyes y convenciones internacionales". 

Utilizada en 2014, según Yossi Mekelberg, la doctrina Dahiya ya se había utilizado antes, en diciembre de 2008 y enero de 2009, durante la operación Plomo Fundido, según un informe de las Naciones Unidas redactado por cuatro expertos y publicado en septiembre de 2009. Este informe no dio lugar a ningún proceso contra los israelíes responsables de la muerte de 1.400 palestinos, entre ellos 758 civiles, y de la destrucción de infraestructuras industriales, plantas de producción de alimentos e instalaciones de suministro de agua. 

¿Saldrán impunes los responsables de la actual guerra en Gaza? Una cosa está clara: a los dirigentes políticos y militares actuales les resultará difícil negar que se ha aplicado la doctrina Dahiya desde el comienzo de la operación para "destruir a Hamás". El curso diario de la guerra, en la que los ataques israelíes no perdonan la vida de la población civil palestina, confirma día tras día el desprecio impune del régimen israelí por las leyes de la guerra y el derecho internacional en general. 

No es de extrañar pues que Gadi Eizenkot, inventor de la doctrina Dahiya hace quince años y criminal de guerra en potencia, sea miembro del gabinete de guerra de Netanyahu, con el título de ministro sin cartera. Y el cargo de observador...

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Traducción de Miguel López

 

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