¿Por qué motivos decidió el nuevo fiscal de París, Rémi Heitz, enviar a dos fiscales escoltados por la brigada criminal a registrar la redacción de un periódico, en este caso Mediapart [socio editorial de infoLibre], que está investigando al Ejecutivo? La respuesta es un mero juego de matriuskas tras el cual encontramos... al propio Poder Ejecutivo.
Apenas 48 horas después del intento de registro de nuestra redacción –denunciado unánimemente por la oposición, los sindicatos y numerosos juristas–, la Fiscalía de París sigue manteniendo el misterio sobre los “elementos” recibidos que llevaron a abrir la causa por atentado contra la vida privada, a raíz de las revelaciones de Mediapart.
Mediapart ha podido reconstruir el recorrido de esta investigación, que sólo tiene un objetivo: identificar las fuentes y la información confidencial de nuestro periódico en el caso Benalla, que sacude a las altas esferas del Estado desde el verano pasado. Según nuestras informaciones, este procedimiento, que atenta contra la libertad de prensa, se inició a raíz de los rumores transmitidos el pasado 1 de febrero por el Ejecutivo, más concretamente desde la oficina del primer ministro Édouard Philippe, a raíz de las preguntas recibidas la víspera de un periodista del semanario Valeurs actuelles.
Estos son los hechos.
El 31 de enero, tras nuestras abrumadoras revelaciones sobre Vincent Crase y Alexandre Benalla, basadas sobre todo en grabaciones secretas, Valeurs actuelles dirige dos preguntas a Matignon. El semanario entiende que la conversación grabada entre Benalla y Crase se mantuvo en el apartamento del responsable del grupo encargado de la seguridad del primer ministro (el GSPM) y se pregunta si las grabaciones difundidas por Mediapart no serían cintas administrativas. O lo que es lo mismo, efectuadas por los servicios de inteligencia.
Después de entrevistar a la funcionaria, Matignon respondió al periodista. “La responsable del GSPM niega estar implicada de un modo u otro en la violación del control judicial de Benalla y Crase. Dice conocer a Benalla, pero que nunca se ha reunido con Crase y que, hasta donde ella sabe, nunca ha estado en su casa. También desmiente que su compañero haya podido organizar este encuentro en su domicilio en su ausencia”, explican personas del entorno de Édouard Philippe a Mediapart. Matignon también comprobó que no se hubiese autorizado ninguna escucha administrativa de los protagonistas citados durante el período de los hechos.
Resultado: Valeurs actuelles no publica nada. Al habla con el periodista del semanario, Louis de Raguenel, confirma haber remitido preguntas a Matignon. “Si fuera cierto que fueron mis preguntas las que desencadenaron el intento de registro de Mediapart, sería chocante. Hice mi trabajo como periodista”, señaló.
Pero dado que pretenden evitar la propagación de rumores y actuar “con total transparencia”, explica Matignon, los servicios del primer ministro indican al día siguiente, a última hora de la tarde, a la Fiscalía de París, el contenido de las preguntas que se les han formulado y las respuestas ofrecidas. Otros medios de comunicación dirigieron preguntas similares a Édouard Philippe.
“En modo alguno se trata de una denuncia o de un artículo 40 [artículo del Código de Procedimiento Penal que obliga a una persona depositaria de la autoridad pública a denunciar un delito]. Se trata simplemente de compartir con los tribunales, con total transparencia, la información facilitada a la prensa que pueda referirse a un caso judicial en curso”, justifica hoy Matignon, refiriéndose a los numerosos procedimientos contra Alexandre Benalla.
De modo que, a raíz de esta simple “alerta” del Ejecutivo, sin fundamento, el fiscal de la República abre inmediatamente una investigación por “atentado contra la intimidad” y “posesión ilícita de dispositivos o dispositivos técnicos que pueden permitir la interceptación de las telecomunicaciones o de conversaciones”.
¿La privacidad de la intimidad de quién habría violado Mediapart con la publicación de la investigación? El Ministerio Público de París se enfrenta a una dificultad: no hay ninguna denuncia de violación de la vida privada, lo que hace que la legalidad del procedimiento sea cuestionable, como ha señalado Le Monde.
Dando muestras de un celo sin precedentes, el fiscal de París, Rémi Heitz, organizó en menos de tres días (fin de semana incluido), y sin orden de ningún juez independiente, el primer registro en la historia de Mediapart. El lunes por la mañana llegaron a nuestra oficina dos fiscales del Ministerio Público de París, acompañados por tres policías, entre ellos uno de la Brigada Criminal. En virtud de la protección de las fuentes y de la confidencialidad de nuestras informaciones, Mediapart les denegó el acceso a la redacción.
La Fiscalía de París, contactada en varias ocasiones por Mediapart, declinó hacer declaraciones.
El fiscal Heitz, que dirige personalmente las investigaciones, no es uno más. Fue nombrado el pasado mes de octubre por el Ejecutivo tras un proceso de selección muy controvertido, cuando el Elíseo volvió a nombrar a los tres candidatos elegidos por el Ministerio de Justicia y el Consejo Superior de la Magistratura.
Los fiscales, “como portadores de una política pública definida por nuestro Gobierno [...], pertenecen a una escala jerárquica”, dijo el pasado mes de octubre la ministra de Justicia, Nicole Belloubet, quien encubrió el martes 5 de febrero, al mentir ante la Asamblea Nacional, el intento de la Fiscalía parisina de registrar Mediapart.
Esta República hotelera que desacredita a Francia
Por su parte, el primer ministro Édouard Philippe ha dicho asumir, junto con el presidente de la República, haber participado en la designación de Rémy Heitz, dado que quería “estar seguro” de que se encontraría “perfectamente cómodo” con el nuevo fiscal de París. _____________Traducción: Mariola Moreno
¿Por qué motivos decidió el nuevo fiscal de París, Rémi Heitz, enviar a dos fiscales escoltados por la brigada criminal a registrar la redacción de un periódico, en este caso Mediapart [socio editorial de infoLibre], que está investigando al Ejecutivo? La respuesta es un mero juego de matriuskas tras el cual encontramos... al propio Poder Ejecutivo.