Jean-Marie Le Pen está sometido desde febrero a un "mandato de protección futura", según reveló Radio Monte-Carlo (RMC). Desde hace varios meses, las facultades del fundador del Frente Nacional (FN), de 95 años, se han visto considerablemente mermadas. Tras esta decisión, sus tres hijas –Marine, Marie-Caroline y Yann Le Pen– gestionan ahora los intereses de su padre, aunque él conserva todos sus derechos.
Esta decisión, efectiva desde febrero, había sido anticipada hace varios meses por la familia, que no desea dar detalles sobre su estado de salud, alegando el secreto médico. "Se trata de una cuestión de la intimidad de su vida privada", declaró Marine Le Pen a Le Parisien. "Está muy cansado. Intentamos que no salga mucho. Pero no está postrado en la cama, no tiene Alzheimer", argumentó su esposa, Jany Le Pen, que no parecía, según el diario, "estar al corriente de la activación de la decisión".
"No es una tutela o una curatela, este mandato significa que participa en las decisiones que le conciernen, en la medida de lo posible, y que los asuntos cotidianos son gestionados íntegramente por sus tres hijas", explicó a Mediapart uno de sus familiares, que precisó que su estado "se deterioró cuando le hospitalizaron, en la primavera de 2023". "Hoy sigue más o menos la actualidad, con una comprensión intermitente de los acontecimientos. Ya no tiene conocimiento de sus asuntos; lo ha olvidado todo sobre sus negocios, sus cuentas, etc. Es senilidad natural.”
Durante los últimos meses, Jean-Marie Le Pen ha estado en completo retiro. A finales de junio, grabó su último "Journal de bord", rodeado de sus dos fieles seguidores, Marie d'Herbais, la histórica presentadora de ese podcast, y Lorrain de Saint Affrique, su asesor de comunicación. Una semana más tarde, Lorrain de Saint Affrique, el último empleado de Le Pen, se retiró, reclamando sus derechos de pensión.
"Para garantizar que nadie pudiera resultar perjudicado por interpretaciones de sus comentarios, se decidió que no habría más comentarios", explicó su entorno. Salvo un tuit de solidaridad tras el terremoto de Marruecos, en septiembre, y una entrevista en su domicilio con André Bercoff, difundida por Sud Radio en octubre, Jean-Marie Le Pen no ha hablado ni recibido a periodistas.
Aunque su esposa se niega en principio a permitir un examen médico judicial, poner al fundador del FN bajo protección legal tiene numerosas repercusiones en asuntos de interés público, desde el proceso judicial abierto contra él hasta los misterios que rodean su patrimonio y, por tanto, su herencia.
Repercusiones sobre el juicio por el caso de los asistentes
A corto plazo, esta medida de protección podría tener repercusiones en el juicio por el caso de los asistentes parlamentarios europeos, que se celebrará del 30 de septiembre al 27 de noviembre y en el que Jean-Marie Le Pen está procesado por "malversación de fondos públicos".
En una audiencia celebrada la semana pasada, su abogado, François Wagner, declaró ante el tribunal que el fundador del FN no podría asistir al juicio porque ya no podía "desplazarse" y por "sus facultades considerablemente mermadas", informa Le Parisien. Sin embargo, su abogado no presentó en la vista ningún certificado médico. El tribunal ha ordenado un examen médico y debe decidir el 3 de julio si Jean-Marie Le Pen podrá asistir o no al juicio.
Interrogado por RMC, Wagner negó que el objetivo de esta protección legal fuera permitir a Jean-Marie Le Pen evitar el juicio. Al ser contactado, el abogado nos dijo que no tenía "ninguna declaración que hacer a Mediapart".
"Objetivamente, Jean-Marie ya no está en condiciones de asistir a un juicio", explicó uno de sus allegados, que refutó cualquier "voluntad de evasión" y recordó que Le Pen "ha estado desde hace mucho tiempo asistiendo a los juicios que le conciernen [por injurias o por incitación al odio - nota de la redacción]".
En declaraciones a RMC el miércoles por la mañana, el vicepresidente de Rassemblement National (RN, heredera del FN, ndt)), Louis Aliot, que fue yerno y consejero de Jean-Marie Le Pen durante muchos años, también habló de un "hombre cansado" y consideró que el tribunal debería "dictaminar que no puede asistir ni testificar en este juicio".
Diez años de investigación sobre su patrimonio
Además del caso de los asistentes parlamentarios, en el que Jean-Marie Le Pen es solo uno de los 27 miembros del FN procesados, su estado de salud también podría tener consecuencias en otro caso que le apunta más directamente: el relativo a su patrimonio y sus declaraciones como eurodiputado ante la Alta Autoridad para la Transparencia de la Vida Pública (HATVP).
Iniciada en 2013, esta investigación preliminar anda pasando de mano en mano en los tribunales desde hace más de diez años. Abierta inicialmente en París, tras un chivatazo del precursor de la HATVP, fue transferida a la nueva Fiscalía Nacional Financiera (PNF) en 2015, y luego entregada a la fiscalía de Nanterre (delitos financieros, ndt) en marzo.
El centro del caso es un enriquecimiento sospechoso (alrededor de 1,1 millones de euros) entre el principio y el final de su mandato como eurodiputado en 2004-2009; sospechas de que su patrimonio estaba infravalorado; una cuenta suiza y una sociedad offshore pertenecientes a su mayordomo que los investigadores sospechan que eran en realidad suyas.
En 2015, el servicio antiblanqueo Tracfin comunicó a las autoridades judiciales francesas la existencia de una cuenta bancaria secreta en Suiza, vinculada a un trust con sede en las Islas Vírgenes Británicas, cuyo beneficiario era el cuñado de Jean-Marie Le Pen, Georges Paschos, y luego su mayordomo, Gérald Gérin. Esta cuenta bancaria contenía un pequeño tesoro de 2,2 millones de euros, de los cuales 1,7 millones en lingotes y monedas de oro.
En su informe a las autoridades judiciales, Tracfin destacó la "estrecha relación" entre Jean-Marie Le Pen y su mayordomo –que también era su asistente parlamentario y el tesorero de sus micropartidos– y consideró "posible" que este último "asumiera plenamente su papel de hombre de confianza, actuando incluso como testaferro".
Gérald Gérin insistió en que el dinero no tenía "nada que ver con Jean-Marie Le Pen" y que era "para su vejez". Le Pen había mantenido que no tenía "ninguna cuenta en un banco suizo" y negó cualquier "fraude fiscal".
Según ha desvelado Mediapart, el ex mayordomo responderá por estas acusaciones esta semana de abril ante el tribunal penal, donde ha sido citado por "fraude fiscal" y "blanqueo de fraude fiscal". Las acusaciones contra Jean-Marie y Jany Le Pen han sido separadas. La fiscalía de Nanterre aún no ha tomado una decisión: "El caso lo tiene que remitir aún la PNF", han indicado a Mediapart.
Frédéric Joachim, que se ocupa de la defensa en este caso, considera que "la fiscalía ha dejado que este asunto se alargara durante diez años", pensando en que "este expediente vacío desaparecería de forma aún más natural con la muerte de Jean-Marie Le Pen", como nos explicó en enero.
Los problemas de la herencia
Poner a Jean-Marie Le Pen bajo protección legal también resucita el debate en torno a la herencia de su fortuna y la cuestión del alcance de su patrimonio, que, desde la herencia del fabricante de cemento Hubert Lambert en 1976, ha sido objeto de muchas polémicas.
A lo largo de los años, su hija Marine Le Pen siempre ha rechazado las preguntas sobre este tema, repitiendo que no estaba "en absoluto al corriente de los asuntos financieros de Jean-Marie Le Pen". Y cuando el periodista Jean-Pierre Elkabbach le preguntó en 2015, en el momento en que Mediapart reveló la cuenta en un banco suizo, si aceptaría los bienes de su padre como herencia, se enfadó: "¡Me parece indecente sacar ese tema, señor Elkabbach!".
"Todo el tema patrimonial de Jean-Marie está arreglado desde hace mucho tiempo y figura en su testamento. No hay discusiones internas en la familia sobre este tema", asegura una persona cercana al fundador del FN.
En 2016, sin embargo, el tema de la herencia fue objeto de discusiones tormentosas en el seno de la familia Le Pen, como relatamos en nuestro libro Marine est au courant de tout (Marine está al corriente de todo, edit. Flammarion, 2017). Sobre todo entre Jean-Marie Le Pen y su hija menor, Yann Le Pen, que aún vivía en Montretout.
La omnipresencia de Gérald Gérin no era ajena a estas tensiones intrafamiliares. En su momento, no se podía descartar que el mayordomo, que tenía firma en sus cuentas bancarias, fuera uno de los beneficiarios de su cuantioso patrimonio. "Eso forma parte de las relaciones familiares, que son más o menos cordiales según el ambiente, la temperatura y el tiempo", se despachó entonces Jean-Marie Le Pen, añadiendo: "No sé qué quedará de mi herencia cuando muera". En aquel momento, una persona cercana a la familia temía que "todo esto acabe, como siempre, con todos en los tribunales".
Desde entonces, Gérald Gérin –que no respondió a nuestras preguntas– ha hecho las maletas y abandonó hace dos años y medio Rueil-Malmaison, donde vivía en una dependencia del chalet de Jean-Marie y Jany Le Pen. Según una de las personas cercanas al fundador del FN, su marcha se debió a "un conflicto permanente con Jany". "El ambiente se había degradado. Se debía a una incompatibilidad de humores y de marcaje territorial, porque Gérald era el hombre en quien confiaban", explicó. Desde su marcha, "ahora se encuentra solo en los procesos pendientes".
Caja negra
Hemos solicitado la opinión de Jean-Marie y Jany Le Pen a través de sus abogados, François Wagner y Frédéric Joachim. El primero no ha querido contestar; el segundo aún no ha respondido.
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Traducción de Miguel López
Jean-Marie Le Pen está sometido desde febrero a un "mandato de protección futura", según reveló Radio Monte-Carlo (RMC). Desde hace varios meses, las facultades del fundador del Frente Nacional (FN), de 95 años, se han visto considerablemente mermadas. Tras esta decisión, sus tres hijas –Marine, Marie-Caroline y Yann Le Pen– gestionan ahora los intereses de su padre, aunque él conserva todos sus derechos.