Una conmoción y, después, un acontecimiento. El domingo por la noche, los resultados de las elecciones europeas en Francia presentaban un panorama absolutamente inédito: una extrema derecha con más del 30% de los votos, según estimaciones difundidas a las 20.00 horas, muy por delante del partido presidencial, que se hundió, y una izquierda desmoronada como un rompecabezas.
Emmanuel Macron extrajo las consecuencias una hora más tarde. En un breve discurso televisado, el presidente de la República anunció la disolución de la Asamblea Nacional.
"Los partidos de extrema derecha están en alza en todo el continente. En Francia, sus representantes representan casi el 40% de los votos emitidos. Es una situación que no puedo aceptar. [...] Tras haber realizado las consultas previstas en el artículo 12 de nuestra Constitución, he decidido devolverles la elección de su futuro parlamentario mediante el voto. Disuelvo, pues, la Asamblea Nacional esta noche", explicó el Jefe del Estado. Y añadió: "Se trata de una decisión grave y de peso, pero es un acto de confianza. Es el momento de una clarificación necesaria".
Antes, el cabeza de lista de Reagrupamiento Nacional (RN), Jordan Bardella, había expresado su petición. "Emmanuel Macron es esta noche un presidente debilitado, ahora reducido en sus medios de acción a nivel europeo. Le pedimos que tome nota de esta nueva situación política y organice nuevas elecciones legislativas", había dicho.
Por tanto, RN ha sido escuchado. Las elecciones legislativas tendrán lugar el 30 de junio para la primera vuelta y el 7 de julio para la segunda.
Se trata de una decisión extremadamente rara en la historia reciente de la V República para un presidente en mitad de su mandato. Recuerda a la tomada en 1997 por Jacques Chira tras su retirada ante el movimiento social por la reforma de las pensiones, pero entonces había ganado la Izquierda unida de Lionel Jospin, y el contexto era muy diferente.
Los resultados de las elecciones europeas
El domingo, Reagrupamiento Nacional obtuvo el 31,5% de los votos en las elecciones europeas, por delante de la lista de Valérie Hayer (15,2%). Le sigue el Partido Socialista de Raphaël Glucksmann (14%). Se espera que otras cuatro listas superen el umbral crucial del 5% para obtener eurodiputados: La Francia Insumisa (8,7%), Los Republicanos (7,2%), Reconquista (5,5%) y Los Ecologistas (5,2%).
RN podrá enviar así la mayor delegación al Parlamento Europeo de todos los países: las estimaciones les equiparan a los conservadores de la CDU/CSU en Alemania, que van en cabeza al otro lado del Rin.
El resultado es aún más espectacular si se tiene en cuenta que la participación ha aumentado con respecto a 2019, cuando ya era mucho mayor que en las anteriores elecciones europeas. Según varios institutos demoscópicos, la participación se situó entre el 52% y el 53,1%, por encima de 2019 (50,12%).
Desde 1984 –¡hace cuarenta años!– ningún partido había obtenido más del 30% de los votos en las elecciones europeas en Francia.
Que gane RN, o antes el Frente Nacional, ya no es una sorpresa: ya ocurrió en las dos últimas elecciones europeas, en 2014 y 2019. Pero este año, la subida es enorme: RN sube alrededor de diez puntos. "Un salto de diez puntos es un efecto umbral", que puede provocar profundas convulsiones políticas, explicó el politólogo Florent Gougou en el programa especial emitido esta noche por Mediapart.
Tanto más cuanto que el resultado total de la extrema derecha se acerca al 40% de los votos, si se suman los resultados de RN y Reconquista, que podrían obtener representantes electos a pesar de una campaña minada por las disputas fratricidas.
Una dura derrota para Emmanuel Macron
Este resultado confirma lo que había mostrado la campaña: Jordan Bardella logró desplegarse imponiendo sus temas y su centralidad, frente a un gobierno más impopular que nunca. El cabeza de lista de RN hizo campaña machacando con el mismo mensaje: vota RN para castigar a Macron.
Los votantes le siguieron: el partido presidencial se desplomó ocho puntos respecto a 2019. Entonces, quedaba por detrás de la ultraderecha por solo un punto... Esta vez la diferencia es de más de 15 puntos, según las estimaciones.
"Las elecciones de segundo orden, como las europeas, son a priori desfavorables para los partidos en el poder, más aún cuando son impopulares", explica el politólogo Florent Gougou. De hecho, Renaissance –el partido de Macron– está sufriendo un castigo similar al infligido por los votantes al Partido Socialista en 2014, cuando François Hollande estaba en el poder.
Y es la RN la que se está beneficiando, "porque es percibida como el principal partido de la oposición", según Florent Gougou.
Es también un castigo a la estrategia del Elíseo de construir un duelo particular con RN. Durante la campaña, se ofrecieron a Bardella dos cara a cara televisados: uno con la cabeza de lista de Renaisaance, Valérie Hayer, y luego con el propio primer ministro, Gabriel Attal.
Ver másAdiós a la diversidad racial: el ascenso de la ultraderecha hará aún más blanco el Parlamento Europeo
Toda la retórica del Gobierno se centró en el riesgo que plantea la extrema derecha: "Europa podría morir", insistió el presidente de la República. Pero esta llamada a la acción sonaba vacía, dado que el Elíseo ha contribuido en gran medida a la estrategia de desdemonización de Marine Le Pen. Incluso llegando a adoptar algunas de sus propuestas. Es el caso de la inmigración, con la votación de la ley presentada por Gérald Darmanin en diciembre, con los votos de RN.
"La elección de ir de frente [con la extrema derecha - nota de la redacción] es extremadamente peligrosa. Legitima a la extrema derecha", explicó la investigadora Anne Jadot en nuestro programa de esta noche. "Sin embargo, se trata de unas elecciones a una sola vuelta, no estamos en el caso de la segunda vuelta de las elecciones presidenciales".
Este domingo, Emmanuel Macron decidió dar un paso más. A riesgo de llevar a Francia al abismo.
Una conmoción y, después, un acontecimiento. El domingo por la noche, los resultados de las elecciones europeas en Francia presentaban un panorama absolutamente inédito: una extrema derecha con más del 30% de los votos, según estimaciones difundidas a las 20.00 horas, muy por delante del partido presidencial, que se hundió, y una izquierda desmoronada como un rompecabezas.