El Partido Popular Europeo (PPE), la mayor formación del Parlamento Europeo en número de diputados, prosigue su demostración de fuerza, seis meses después de las elecciones de junio. Queda el camino despejado para que la nueva Comisión Europea, presidida por la conservadora alemana Ursula von der Leyen, tome posesión el 1º de diciembre, con un vicepresidente de extrema derecha por primera vez en su historia.
En la noche del miércoles 20 de noviembre se alcanzó un acuerdo técnico entre los tres principales grupos de la Eurocámara considerados “proeuropeos”. Además del PPE, los socialdemócratas (S&D) y los liberales se han “comprometido a cooperar” durante los próximos cinco años de mandato, según el documento difundido el miércoles por la noche. La votación final tendrá lugar el próximo miércoles en el pleno que se celebrará en Estrasburgo.
El grueso de los efectivos de estas tres formaciones ya había confirmado a Ursula von der Leyen para un segundo mandato como presidenta, en primera votación el pasado mes de julio. Pero la ecuación se había complicado desde que a mediados de septiembre se anunció el reparto del futuro Colegio de Comisarios.
Los socialdemócratas parecían en pie de guerra por la concesión de un puesto de vicepresidente a Raffaele Fitto, ex ministro de la postfascista italiana Giorgia Meloni. Y es que los eurodiputados del Fratelli d'Italia en Bruselas pertenecen a un grupo parlamentario de extrema derecha, el ECR, que no forma parte oficialmente de la “mayoría von der Leyen” de julio.
Los socialdemócratas también ponían mala cara, como los liberales, a la renovación del comisario húngaro saliente, Olivér Várhelyi, cercano a Viktor Orbán. El asunto era aún más delicado para el grupo S&D porque su peso en el nuevo ejecutivo se ha reducido considerablemente: de nueve comisarios para el mandato 2019-2024 a sólo cuatro para el próximo.
Pero von der Leyen se ha mantenido firme, deseosa de mantener abiertas todas sus opciones. La ex ministra de Defensa alemana quiere poder contar con una mayoría tradicional, con los socialdemócratas y los liberales, e incluso con parte de los Verdes, pero también, si hiciera falta, gobernar más a la derecha, con parte de la extrema derecha. “Von der Leyen juega a dos bandas”, explica el académico Steven Forti en una reciente entrevista a Mediapart. “Esto no significa que siempre haya prevalecido una mayoría de derechas/extrema derecha, sino que ahora tiene dos mayorías a su disposición”.
Sin embargo, al tratar con consideración a Giorgia Meloni y la extrema derecha del Parlamento, Von der Leyen está perdiendo los votos de los Verdes que la habían apoyado en julio.
Las maniobras de Manfred Weber
El clima se había tensado aún más en los últimos días, pues esta famosa mayoría del PPE con las fuerzas de extrema derecha ya se ha materializado en varias ocasiones: el 19 de septiembre durante una resolución sobre Venezuela y más recientemente para imponer un aplazamiento de un año, y de paso suavizar, un reglamento contra la deforestación.
Fue ahí donde el bávaro Manfred Weber, jefe del PPE en el europarlamento, puso en práctica su experiencia en la política bruselense: con el apoyo de los conservadores españoles del Partido Popular (PP), demonizó la candidatura de la socialista española Teresa Ribera al puesto de comisaria de Competencia. Durante la comparecencia de Ribera ante los eurodiputados el 12 de noviembre, el PP llegó a decir que la ministra era directamente responsable de la caótica gestión de las inundaciones en la Comunidad Valenciana, a pesar de que la región está gobernada por... el PP.
Mientras el S&D y los liberales bloqueaban las candidaturas de Fitto y Várhelyi, la derecha bloqueaba la de Ribera. Esa técnica funcionó. Tras varios días de statu quo, el jefe del Gobierno español, Pedro Sánchez, se entrevistó con Ursula von der Leyen al margen de la cumbre del G20 en Río y el martes propuso un acuerdo global sobre todos los titulares de la Comisión. En consecuencia, el S&D levantará su veto a Fitto y el PPE levantará su veto a Ribera. Lo que, por cierto, equivale a equiparar a un comisario de extrema derecha con una comisaria socialista.
En los últimos días muchas figuras influyentes en la política de Bruselas, como el ex primer ministro italiano Enrico Letta, se han pronunciado a favor de un acuerdo rápido, argumentando que la UE no podía permitirse el lujo de una enésima crisis política en un momento en el que a sus puertas se están librando guerras y con Donald Trump de vuelta al poder en Estados Unidos. El argumento ha funcionado claramente.
Entrando en detalles, el eurodiputado húngaro Várhelyi, que heredará la responsabilidad de salud y bienestar animal en el próximo ejecutivo, ve reducido ligeramente el alcance de su cartera por la presión de los eurodiputados, eliminando de sus responsabilidades las cuestiones de salud sexual y reproductiva.
Numerosas delegaciones francesas en contra
No es de extrañar que el contingente francés en el Parlamento Europeo sea el que más se oponga a la futura Comisión. La delegación del PS-Place publique dirigida por Raphaël Glucksmann, que intentó hacer oír una línea más crítica dentro del grupo S&D, no lo ha conseguido. Votará en contra del próximo Ejecutivo. “Teníamos una mayoría en julio sin la extrema derecha. Por tanto, rechazamos su inclusión en el equipo directivo de la Comisión”, decía un comunicado de la delegación esa misma noche.
Lo mismo ocurre con Marie Toussaint y sus aliados ecologistas franceses: “Se ha roto el cordón sanitario. La extrema derecha avanza. Los mezquinos pactos de la vergüenza están matando a Europa”, escribió la eurodiputada en la red X. Por su parte, Manon Aubry (LFI) denunció “las componendas entre amigos de la derecha, liberales y socialistas”, cuya consecuencia, escribe también en X, es “el nombramiento por primera vez en la historia de un vicepresidente de extrema derecha”.
Tampoco se espera que la delegación de RN de Jordan Bardella –que aún no había comentado el acuerdo el miércoles por la noche– preste su apoyo al futuro ejecutivo. Ni Marion Maréchal, a pesar de que se sienta junto a Fratelli d'Italia dentro del ECR en el Parlamento.
La delegación de Les Républicains, adscrita al PPE, se opuso en julio a la reelección de Von der Leyen. Pero podría cambiar de opinión el próximo miércoles, para validar lo que es, ante todo, una gran victoria para el PPE.
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También se espera que los macronistas liderados por Valérie Hayer apoyen al Ejecutivo de Bruselas, que incluirá a un tal Stéphane Séjourné, que el 12 de noviembre pasó por los pelos una comparecencia sin mucha sustancia y se desarrolló en parte en un inglés rudimentario. Se espera que el ex asesor de Emmanuel Macron ejerza de vicepresidente junto a Fitto hasta 2029.
Traducción de Miguel López
El Partido Popular Europeo (PPE), la mayor formación del Parlamento Europeo en número de diputados, prosigue su demostración de fuerza, seis meses después de las elecciones de junio. Queda el camino despejado para que la nueva Comisión Europea, presidida por la conservadora alemana Ursula von der Leyen, tome posesión el 1º de diciembre, con un vicepresidente de extrema derecha por primera vez en su historia.