Reparto masivo de dividendos y sueldos estratosféricos a sus ejecutivos: así funciona Korian, el gigante de las residencias de mayores que ya está en España

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Del grupo Korian, primer grupo europeo de residencias geriátricas y gestor de numerosos establecimientos de la tercera edad para personas dependientes en Francia (Ehpad, por sus siglas en francés), se ha hablado mucho en los últimos meses por los fallecidos víctimas del covid-19, una cifra que no ha dejado de aumentar en estos espacios en lo peor de la crisis sanitaria: 356 muertes el 10 de abril, 606 el 27 de abril... de 23.000 residentes. Según las cifras que el grupo recoge en su web, en sus establecimientos, a finales de mayo, habían fallecido 332 personas por covid-19 y 384 eran sospechosas de padecer el coronavirus (sin confirmación).

Pero de otra realidad se habla mucho menos. Como la Seguridad Social no cubre la dependencia, el mercado de las personas de la tercera edad –¡terrible fórmula!– se ha visto invadido por grupos dignos de un capitalismo feroz, que sólo conocen una ley, la del beneficio, de los dividendos para los accionistas y de las remuneraciones estratosféricas para sus ejecutivos. Pues bien, Korian es además el emblema de este capitalismo, que está en vías de privatizar uno de los sectores clave de la atención sanitaria.

Y lo más espectacular es que el grupo no goza de la indiferencia de los poderes públicos, que nunca han querido resolver este gran problema de la financiación de la dependencia, sino que trabajan en este sentido con su apoyo. Como prueba, este grupo, que copia las costumbres financieras anglosajonas del CAC 40 [índice bursátil, en Francia], ha establecido una asociación estratégica con Icade Santé, que es una filial de la Caisse des dépôts et consignations (CDC), la muy poderosa institución financiera pública. En resumen, el Estado no es impotente, es cómplice. Tras esta colaboración, construye los establecimientos o clínicas que el grupo explota acto seguido...

En lo peor de la crisis sanitaria, Korian se ha esforzado en dar la imagen más favorable posible de sí mismo. El 27 de abril, en Le Parisien, la directora general, Sophie Boissard, buscaba restablecer la reputación de su grupo, objeto de numerosas denuncias por poner en peligro la vida de otros y anunciaba: “He decidido bajarme el sueldo y los bonus correspondientes a 2020 en un 25%, un dinero que pasará a engrosar un nuevo fondo de un millón de euros para financiar la investigación terapéutica dedicada a las personas mayores y las acciones de solidaridad hacia las mujeres. El presidente y los 23 directores y miembros del comité de dirección también contribuirán a este fondo [...] Sí. Me gustaría que se pagara una bonificación al final del segundo trimestre a todo el personal de nuestros 308 centros Ehpad y 83 clínicas que estuvieron involucrados en la crisis. Será una bonificación de 1.000 euros, tipo Macron, por lo tanto libre de impuestos”. Y el generoso anuncio se publicitó en un comunicado de prensa, que se hizo llegar a todos los medios de comunicación.

Tan pronto como el foco de atención de las noticias se desvió de Korian, las cosas cambiaban. Al final del verano, el 28 de agosto, con la mayor discreción posible, la misma Sophie Boissard, digna representante de la oligarquía parisina (exdirectora adjunta del gabinete de Christine Lagarde en el Ministerio de Hacienda), hacía una declaración ante la Autoridad de los Mercados Financieros (AMF), una obligación legal, donde anunciaba que había vendido 11.340 acciones a 33 euros por acción. 33 por acción, o lo que es lo mismo, un total de 374.220 euros.

Sophie Boissard, a preguntas de Mediapart (socio editorial de infoLibre), justificó que los títulos vendidos no eran acciones gratuitas ofrecidas por el grupo, sino acciones compradas por ella (al precio entonces de 27 euros por acción) en julio de 2017 mediante un préstamo, y que había decidido revender una parte de ellas el 28 de agosto (al precio de 33 euros) para devolver dicho préstamo.

Pero ese mismo mes de agosto, Sophie Boissard también recibió acciones gratuitas del grupo. Según el periódico Le Revenu, uno de los pocos medios de comunicación que informa de todos estos movimientos en las acciones de Korian: “La dirigente de la empresa de residencias medicalizadas recibía el 4 de agosto 42.771 acciones gratuitas denominadas 'de resultado'. Tenía 17.510 acciones el 31 de diciembre".

Porque está todo ahí. Korian es una de las empresas que se ha aprovechado de la negligencia de las autoridades públicas en la financiación de la dependencia para invertir masivamente en este sector e importar las prácticas financieras especulativas del capitalismo financiero. Para decirlo más claramente, es una de las compañías que amasa fortunas a costa de las personas mayores. En el sector del private equity, hay fondos que se han especializado en desviar la tesorería de las pymes y despiezarlas; el grupo Korian, por su parte, amasa fortunas gracias a las residencias geriátricas.

Y el primer rasgo distintivo de estos grupos financieros, son los puentes de oro que sus accionistas tienden a los directivos de las empresas. Así, Sophie Boissard disfruta de una remuneración digna de un jefe del CAC 40, es decir, el sacrificio que ha hecho al anunciar una bajada del 25% de su sueldo en 2020 es mínimo. Basta con remitirse al Documento de Registro Universalde Korian para el año 2019, que el grupo hizo público el 7 de mayo de 2020, para hacerse una idea.

Las cifras hablan por sí solas: para el ejercicio fiscal 2019, la máxima responsable del grupo recibió una remuneración total de más de 1 millón de euros, de ellos 450.000 euros en concepto de fijo y 540.000 euros variable, es decir, 112.749 euros más que el año anterior (+12,6%). Para 2020, las remuneraciones debían ser casi idénticas, Sophie Boissard ha perdido por lo tanto 236.250 euros brutos, según los datos de ese informe financiero, una reducción del 25% de sus ingresos. A tenor de esas cifras, no parece gran cosa. Hay que decir que la ley establece un techo en los sueldos de los dirigentes de empresas públicas de 450.000 euros brutos, es decir, una cantidad muy inferior a lo que recibirá, una vez tenido en cuenta el descuento, la dirigente de Korian.

Contrato blindado o cláusula de no competencia

Dicho sea de paso, el concepto mismo de remuneración variable parece muy chocante en una empresa que opera en el ámbito social y que tiene el respaldo de la financiación de la Seguridad Social. Porque, por definición, la remuneración variable se basa en criterios de rentabilidad financiera y no en el rendimiento humano o de salud. Esto se expone muy claramente, sin complejo alguno, en el informe de Korian: “El objetivo de la remuneración variable anual es promover la consecución de los objetivos de rendimiento anual fijados por el Consejo de Administración con relación a los objetivos estratégicos del grupo para el año. En particular, permite que la compensación de la directora general para el año esté relacionada con la consecución financiera anual del grupo”.

El sacrificio de la directora general parece simbólico por cuanto disfruta de muchos otros beneficios. A tenor del mismo informe, publicado en un momento en que Korian anunciaba un número creciente de muertes cada día, nos enteramos de que la misma directora general tiene un formidable contrato blindado, en caso de que se le pida que renuncie. “Suponiendo que Sophie Boissard deje su cargo durante el ejercicio económico de 2020, sobre la base de su remuneración de los tres últimos ejercicios económicos (2019, 2018 y 2017), tendría derecho a recibir 1.755.000 euros, es decir, aproximadamente el 2,62% del beneficio anual de 2019 (que ascendió a 66.961.178,31 euros)”, puede leerse en el informe.

La directiva de Korian también se beneficia de una cláusula de no competencia. “La directora general se beneficia de una indemnización de no competencia equivalente al 50% de su remuneración anual bruta fija (excluida la reducción excepcional decidida en 2020 por el coronavirus) recibida durante los 12 meses anteriores a la fecha en que se produjo el hecho que dio lugar a la salida (fecha de notificación de la dimisión a la compañía, fecha de revocación o no renovación por parte de la Junta), pagadera mensualmente durante el período de vigencia del compromiso de no competencia y acumulable, si procede, con la indemnización por cese, sin que la acumulación de los dos pagos en concepto de indemnización exceda del doble de la indemnización anual de referencia", se indica además en el informe.

En respuesta a las preguntas de Mediapart, la directora general del grupo afirma que “es la primera en comprender que en el sector de la salud es legítimo que la cuestión de la justa remuneración sea objeto de debate”. Sin embargo, sostiene que su remuneración es comparable a la de los grupos competidores de Korian y que se ocupa de “reequilibrar el equilibrio” haciendo donaciones a diversas organizaciones de interés público.

En cualquier caso, Sophie Boissard también se beneficia de asignaciones masivas de acciones gratuitas, conocidas como “acciones de resultados”. La regla es muy simple: cuanto más redondea los beneficios del grupo, más redondea, al mismo tiempo, la hucha de las acciones gratuitas que se le asignan. Por eso, el 4 de agosto pasado se le otorgaron 42.771 acciones gratuitas conocidas como “acciones de resultados”. Suponiendo que el precio se mantenga en 33 euros el día que revenda estas acciones, esto significaría que la dirigente de Korian ganó en esta operación más de 1,4 millones de euros.

Dicho sea de paso, la cantidad que gana es muy superior a la reducción del 25% de su salario, que le supuso sólo 236.250 euros brutos. En resumen, la comunicación pública del grupo ha contribuido a inducir a error a la opinión pública; podía parecer que Sophie Boissard había hecho un gran sacrificio, cuando en realidad no fue así.

Y estas acciones gratuitas vendidas en agosto por la jefa de Korian son sólo una parte de la cartera de acciones que ha acumulado en los últimos años. Es ciertamente difícil reconstituir la cartera total de acciones gratuitas de las que ha disfrutado desde que asumió la dirección de Korian a principios de 2016, y de esa cantidad, cuáles fueron las ventas totales que realizó. Sin embargo, a lo largo del informe, hay algunas lagunas en la información. Así pues, en el epígrafe “Unidades de resultados concedidas en 2016 y adquiridas en 2019”, se dice lo siguiente: “La directora general se benefició así del pago de 8.844 unidades definitivamente adquiridas (de las 18.684 unidades concedidas), 4.422 acciones y 153.616 euros en efectivo, por un importe total de 307.232 euros”.

Más adelante, en el epígrafe Acciones de resultados concedidas en 2017 (con fecha de adquisición el 4 de agosto de 2020 tras la aplicación de las condiciones de resultados), el informe proporciona detalles sobre la reciente concesión: “En cualquier caso, la remuneración a largo plazo en acciones concedida a la directora general no podrá exceder del 150% del total de su remuneración bruta anual fija y variable máxima debida por el ejercicio económico anterior”.

En resumen, este grupo opera como un fondo financiero especulador, obteniendo enormes beneficios y revistiendo de oro a los que le sirven, empezando por su directora general. Basta con mirar los márgenes del grupo para comprender que, a falta de cobertura en la Seguridad Social de la dependencia, el mercado de las personas mayores es una mina de oro para los grupos que aspiran a una rentabilidad impresionante, con una tasa de margen para Korian que supera el 26%.

Pero lo más sorprendente es que los poderes públicos apoyan totalmente esta privatización acelerada de la salud. Y si se quiere una prueba de ello, de nuevo la da Korian, ya que el grupo alcanzó un acuerdo de colaboración con Icade Santé, una filial de la Caisse des dépôts et consignations (CDC).

Para ser más precisos, Icade Santé es propiedad en un 38,8% de la CDC y en un 18,4% de Predica SA (la filial de seguros de Crédit Agricole). Icade se especializa en el mercado inmobiliario de la salud. Posee una cartera de 135 instituciones sanitarias valoradas en 5.500 millones de euros. 5.500 millones de euros. Ya es socio de marcas reconocidas (Elsan, Ramsay Santé, Vivalto) así como de grupos regionales.

Privatización sanitaria creciente de la sanidad

El 31 de diciembre de 2019, Predica poseía el 24,38% del capital de Korian, por delante de Malakoff Médéric (7,68%) e Investissements PSP (6,53%). En el pequeño patio de recreo del capitalismo parisino, solemos encontrarnos con frecuencia a los mismos jugadores; Predica es accionista tanto de Korian como de Icade Santé. Como resultado, el acuerdo de asociación ha prosperado. Alcanzado en 2017, con un proyecto de una clínica de cuidados de rehabilitación en Toulouse, se ampliará con tres nuevos proyectos de la misma naturaleza en marzo de 2018 en la región de París y en Aquitania.

Esta alianza entre la Caisse des Dépôts y el grupo Korian es muy significativa. La crisis sanitaria trajo rápidamente una triste confirmación de ello, ya que el gigante del sector privado Ehpad sigue estando en el punto de mira debido a la falta de personal y recursos en sus establecimientos y al cruel número de muertes. Esto no impide que prevea, en febrero de 2020, justo antes de que se acelere la crisis sanitaria, un plan de pago de dividendos a sus accionistas por un importe de 54 millones de euros, plan que se habría llevado a cabo de no ser por la avalancha de muertes.

Ante la emoción que despertó este diluvio de oro ofrecido a los accionistas de Korian en un momento en que Francia contaba sus muertos, el grupo se vio obligado a dar marcha atrás. Por ello, el 29 de abril, el consejo de administración anunció que había decidido “retirar de las resoluciones propuestas en la junta general anual del 22 de junio de 2020, la distribución de un dividendo de 0,66 euros por acción, con opción de pago en acciones, como se anunció el 27 de febrero”.

Pero podemos suponer que este retroceso en los dividendos pagados a los accionistas es el mismo que el retroceso de Sophie Boissard en la remuneración: es sólo una medida de comunicación temporal, que no cambiará nada en las estrategias financieras a largo plazo del grupo.

Sophie Boissard no entiende por qué alguien puede hacer estas críticas al grupo que dirige. Sostiene que el grupo, lejos de estrategias financieras a largo plazo, sigue una estrategia a largo plazo, con inversiones cuantiosas: “739 millones de euros en Europa en 2019; y 565 millones sólo para el primer semestre de 2020, la mitad de los cuales, en Francia”. “También subraya que su grupo tiene como prioridad el empleo y señala que el año pasado contrató a 4.500 personas con contratos indefinidos, en Francia”.

Según ella, estos ratios muestran que la prioridad del grupo no es el retorno de los accionistas. "Por un euro pagado a los accionistas, invertimos 29 euros”, dice. Incluso llega a afirmar que su grupo, cuyas tarifas se rigen por las de la Seguridad Social y, se beneficia de reembolsos que también son los de la Seguridad Social, se desarrolla como si se beneficiara de una “delegación de servicio público”.

Con la magnitud de la remuneración pagada a los directivos, con el sistema de distribución de las denominadas acciones de “resultados”, la observación, sin embargo, no resulta nada convincente.

Este grupo no es el único que sigue las derivas del capitalismo financiero. En el sector de las residencias de ancianos, muchos otros grupos están en la misma pendiente, por ejemplo en España, como ha publicado infoLibre en diferentes investigaciones (se pueden consultar aquí o aquí).

La moraleja de esta historia de dinero se encuentra en Le Figaro. En un perfil hagiográfico de la dirigente de Korian –“el ángel guardián de los seniors”–, según el título del artículo, el diario cree que le dice un piropo cuando afirma: “La ambición de esta mujer siempre elegante y sonriente, que tiene el tic de acabar las frases con un guiño, no es acabar en una empresa de CAC 40 o convertirse en la ministra de Emmanuel Macron, sino meter a Korian... en el CAC 40”.

Tras estas palabras aduladoras, en realidad se esconde una torpeza. Korian aún no se ha unido al CAC 40, pero ya ha copiado algunos de sus defectos, aunque Sophie Boissard conteste que su ambición sea unirse a él.

Tal y como están las cosas, Korian no está solo en esto. Muchos de los actores con los que trabaja el grupo, por un lado Predica, vinculado al Crédit Agricole, y por otro lado Icade, filial del CDC, siguen exactamente la misma tendencia. Al igual que gran parte del mundo de las mutuas y cooperativas, Predica se ha convertido en una institución financiera mutante que se está moviendo hacia las finanzas; y lo mismo ocurre con Icade, que dejó de ser una empresa de propiedad pública hace muchos años, posiblemente un instrumento público para el desarrollo regional, pero que se ha convertido casi en una empresa de propiedad clásica, al principio en busca de especulación lucrativa.

El asunto de Korian es el punto de referencia en esta amplia implosión de la economía social y el mutualismo francés. Revela el grado en que la privatización desenfrenada de la atención sanitaria avanza a un ritmo acelerado.

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Traducción: Mariola Moreno

Leer el texto en francés:

Del grupo Korian, primer grupo europeo de residencias geriátricas y gestor de numerosos establecimientos de la tercera edad para personas dependientes en Francia (Ehpad, por sus siglas en francés), se ha hablado mucho en los últimos meses por los fallecidos víctimas del covid-19, una cifra que no ha dejado de aumentar en estos espacios en lo peor de la crisis sanitaria: 356 muertes el 10 de abril, 606 el 27 de abril... de 23.000 residentes. Según las cifras que el grupo recoge en su web, en sus establecimientos, a finales de mayo, habían fallecido 332 personas por covid-19 y 384 eran sospechosas de padecer el coronavirus (sin confirmación).

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