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Terremoto en el ala izquierda de los laboristas a sólo un día de las elecciones en el Reino Unido

El exlíder del Partido Laborista británico Jeremy Corbyn concurre como candidato independiente por la circunscripción londinense de Islington North en los comicios británicos del 4 de julio.

Ludovic Lamant (Mediapart)

Londres (Reino Unido) —

Jeremy Corbyn, de 75 años, se presenta como independiente en Islington Norte, su circunscripción del norte de Londres en la que ha sido elegido ininterrumpidamente desde 1983. Esto supone una piedra en el zapato de Keir Starmer, a quien los sondeos dan por ganador en las elecciones de este jueves.

"Hasta sus peores enemigos reconocen que es un político local fantástico", dice James Schneider, su director de campaña. Nos recibe en sus improvisadas oficinas de campaña, situadas en la primera planta de un centro comercial algo anticuado de Islington, el London Fashion Centre, formado por un sinfín de tiendas de vestidos de novia y telas de todo el mundo.

"Pero tenemos dos dificultades", continúa Schneider, que fue uno de los cofundadores de Momentum, el colectivo que "izquierdizó" al Partido Laborista a partir de 2017. "Lanzamos la campaña hace un mes sin datos sobre la circunscripción y sus votantes. Esto es una seria desventaja frente a nuestros oponentes". Y añade: "También estamos viendo cierta confusión. Cuando vamos puerta a puerta, la gente nos ve con nuestras pegatinas de Corbyn y nos aseguran que van a votar a Corbyn, lo que en su mente significa Labour. Así que tenemos que hacer mucha pedagogía".

El año pasado, el Partido Laborista decidió no volver a nominar a Jeremy Corbyn como candidato en su circunscripción, apartado por varias razones oficiales, entre ellas su falta de firmeza en el pasado ante los arrebatos antisemitas de varios cargos del partido. Corbyn, tras decidir finalmente el mes pasado presentarse como independiente, se encontró excluido del partido que lideraba, y del que fue dos veces el candidato perdedor, en las elecciones generales de 2017 y 2019. Eso llevó a Keir Starmer a decir: "Los días en los que Jeremy Corbyn influía en el partido han llegado a su fin".

De los 75.000 votantes hombres y mujeres de los alrededores de Islington North, Corbyn había obtenido una mayoría muy sólida de 34.603 votos en las elecciones generales de 2019, a pesar de haber perdido a nivel nacional. En esta ocasión, se enfrenta a un candidato laborista, Praful Nargund, que ha sido embarcado en la campaña por haber defendido en el pasado la privatización del Servicio Nacional de Sanidad (NHS), una postura que ya no apoya.

El resultado del pulso entre Corbyn, que espera ganarse los votos de los más jóvenes y de la gente de color, y Nargund, que sigue contando con el apoyo de la maquinaria del partido, es incierto. Pero el resultado de este duelo tendrá un valor simbólico el 4 de julio. Una señal segura es que unos mil activistas, la mayoría de los cuales no viven en la circunscripción, han  acudido a hacer campaña a favor de Corbyn.

"Purgas"

Esta movilización de voluntarios pro-Corbyn refleja la desubicación del ala izquierda del partido, o lo que queda de ella, tras cuatro años de presidencia de Starmer. "El liderazgo de Corbyn había producido una conmoción en las élites dirigentes del país y querían asegurarse de que no vuelva a ocurrir. Desde 2020 se ha hecho todo lo posible para ahuyentar a ese fantasma de la vida pública", afirma James Schneider.

"La candidatura de Corbyn es un gesto de desafío contra la despiadada purga que se ha llevado a cabo entre la izquierda del partido", dice Christine Berry, escritora y ensayista afincada en Manchester que, con su bestseller People Get Ready! fue una de las militantes laboristas más influyentes cuando lo dirigía Corbyn.

"El objetivo de estas purgas", continúa, "no es sólo que el ala derecha se asegure el control del partido, sino eliminar a la izquierda de la vida pública en su conjunto. Quieren que el socialismo vuelva a ser una palabra fea. Quieren que nos avergoncemos de haber aspirado alguna vez a dirigir el país."

"El laborismo se ha convertido en un lugar extremadamente intolerante para cualquiera que se sitúe a la izquierda de Starmer", afirma el profesor Richard Seymour, biógrafo de Corbyn. "Incluso para figuras que están a la izquierda pero no son radicales, como Lloyd Russell-Moyle o Faiza Shaheen [a quien Mediapart siguió en campaña en 2019 - ndr] ".

Faiza Shaheen, la última en ser "purgada", fue informada por email el 29 de mayo de que el partido le retiraba su apoyo. Periodistas políticos habían sido avisados con antelación por la dirección del partido. Shaheen, según ella "en estado de shock", explicó esa noche que le habían retirado el apoyo a causa de una decena de mensajes en Twitter, ahora X, algunos de los cuales se remontaban a 2014. En uno de ellos, esta mujer musulmana denunciaba haber sufrido una experiencia de islamofobia en el seno del partido.

Shaheen fue acusada sobre todo de haber dado un like a un mensaje con un vídeo de un sketch del cómico americano Jon Stewart en el "Daily Show" sobre la dificultad de criticar las políticas llevadas a cabo por Israel, que iba acompañado de un comentario de un profesor americano que citaba a un "lobby israelí" y que ella dijo no haber leído. Unos días antes se había disculpado sobre este punto ante una comisión disciplinaria del partido. De este episodio, Faiza Shaheen, que ahora se presenta como independiente, ha sacado la conclusión de que el racismo está muy extendido en el seno de la dirección laborista.

En el programa de Starmer, el término "negocios" se menciona 60 veces, el de "desigualdades" sólo una

Además de esta controvertida gestión del partido, los simpatizantes del ala izquierda asistieron consternados a su precipitado reenfoque. En el programa de Starmer publicado en junio, el término "negocios" se menciona 60 veces, y el de "desigualdades" sólo una. Tampoco dice casi nada sobre las futuras políticas fiscales y presupuestarias. Y Starmer recibió incluso el inesperado apoyo de Jim Ratcliffe, uno de los hombres más ricos del país, ardiente defensor del Brexit.

Por el contrario, el programa laborista con Corbyn abogaba por la renacionalización de los servicios públicos (agua, correos, ferrocarril, gas), la supresión de las tasas universitarias y la fiscalidad de las mayores fortunas. La ofensiva israelí en Gaza desde el pasado octubre ha exacerbado aún más las tensiones dentro del partido, con Keir Starmer diciendo en Westminster que Israel tenía derecho, en su opinión, a "cortar la electricidad y el agua" a Gaza en respuesta al ataque de Hamás.

¿Hacia un nuevo partido a la izquierda del Labour?

Owen Jones, figura de la izquierda y columnista estrella de The Guardian, se dio de baja finalmente en el Partido Laborista en mayo. "Keir Starmer ha dirigido la campaña más deshonesta de la historia de la democracia británica para conseguir ser líder de los laboristas: prometió preservar los fundamentos de un programa de transformación social", explica a Mediapart. "Pero era mentira. Para Starmer y su entorno, el Partido Laborista tenía que ser reconquistado por sus viejas élites, y la izquierda del partido tenía que ser destruida".

En las elecciones de este 4 de julio, se presentan como independientes nada menos que 459 candidatos, más del doble que en las elecciones de 2015. En varias circunscripciones, como Islington Norte, habrá duelos entre dos tonos de rojo: candidatos centristas apoyados por los laboristas frente a diputados salientes en una línea más radical, descartada por Starmer, a menudo en nombre de viejas declaraciones antisemitas negadas por los interesados.

Richard Seymour insiste en que esta situación no tiene precedentes: "La socialdemocracia siempre ha estado dividida en Europa, pero eso no había ocurrido en el Reino Unido. En parte debido al sistema electoral, pero también por esa larga tradición de espíritu de clan dentro del laborismo: la izquierda laborista siempre ha sido muy reacia a renunciar a lo que considera una ventaja trabajar dentro de un gran partido que gana elecciones".

Si la izquierda no se une, la única presión sobre el Partido Laborista en el poder vendrá de los bancos de una derecha anti-inmigrante y pro-ricos

Owen Jones

Desde este punto de vista, las elecciones generales de julio marcan el inicio de una ruptura. Cuando dejó el partido, Owen Jones ayudó a lanzar una plataforma llamada We Deserve Better (Merecemos algo mejor), es decir, algo mejor que un Partido Laborista al estilo de Starmer. Se trata de una red imprecisa de activistas voluntarios que recaudan dinero y apoyan a determinados candidatos independientes, ecologistas (Partido Verde) o a quienes encarnan el ala izquierda del Partido Laborista, como John McDonnell o Clive Lewis, que siguen siendo laboristas.

"Es un enfoque pragmático, caso por caso", afirma Jones. "Un matrimonio de la razón con los ecologistas y otros. Si la izquierda no se une, la única presión sobre los laboristas vendrá de la derecha, de una derecha que aborrece a los inmigrantes y venera a los ricos. En estas condiciones, sencillamente, como no podemos presionar desde dentro del partido, tenemos que intentar presionar desde fuera".

¿Significa eso que podemos ver las bases de un protopartido a la izquierda del laborismo? "No, hay que esperar", dice el columnista. En el Reino Unido, la tentación de formar un partido radical de izquierdas es antigua, pero nunca ha llegado a fructificar. Sin embargo, la victoria de George Galloway como líder del Partido Laborista en unas elecciones parciales el pasado febrero sacudió el panorama político, debido al controvertido perfil de Galloway como izquierdista radical que se niega, por ejemplo, a condenar el atentado de Hamás del año pasado.

Por su parte, Richard Seymour ve la creación de esta plataforma We deserve better como un enfoque "defensivo", en reacción al revuelo de los últimos meses. El profesor sigue creyendo que la izquierda ha tardado demasiado en reaccionar tras más de cuatro años de liderazgo de Starmer.

"Ha habido algunas campañas muy fuertes y seguidas desde la izquierda, sobre el racismo con Black Lives Matter, sobre el poder adquisitivo con Enough is Enough, y ahora sobre Gaza. Pero estas acciones están limitadas en el tiempo y no dejan huella institucional", lamenta Seymour. "En parte es el resultado de una forma de desmoralización, la interiorización de la derrota en muchos activistas de izquierdas, esa idea de que perdimos en 2019 porque la cagamos...".

Aunque se espera que en la noche del 4 de julio veamos ganar a muy pocos candidatos independientes, muchos también señalan que Keir Starmer ha suscitado poco interés durante esta campaña relámpago. "Simplemente se está aprovechando de la naturaleza autodestructiva de los conservadores en el poder", dice Owen Jones.

"La victoria aplastante de Starmer parece ya inevitable", predice Christine Berry. "Pero creo no haber visto en mi vida una diferencia tan grande entre el tamaño de la mayoría que está a punto de conseguir un partido y la falta total de entusiasmo entre el público en general por lo que representa". Más que por un nuevo partido, Berry prefiere apostar por colectivos de izquierda que arraiguen a nivel local, fuera de las grandes ciudades, para preparar el futuro.

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Las entrevistas se realizaron los días 19 y 20 de junio.

 

Traducción de Miguel López

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