Científicos contra Almeida: su proyecto para iluminar el río Manzanares amenaza a la flora y la fauna

Vista simulada de Madrid Río con la instalación de las luces que empezará a funcionar en 2025.

El Ayuntamiento de Madrid ha iniciado ya la instalación de 57 focos y cuatro proyectores que apuntarán al cauce del río Manzanares para iluminar la vegetación. El anuncio del proyecto llegó hace dos meses y fue duramente contestado por las organizaciones ecologistas. Ahora, un grupo de 81 científicos de todo el país ha pedido por carta al consistorio que aborte el plan por atentar contra uno de los proyectos de renaturalización urbana más importantes de España, que ha logrado en apenas ocho años traer a la capital decenas de especies protegidas. Los expertos advierten que apuntar con focos a un entorno tan sensible espantaría a muchos de estos animales, alteraría sus comportamientos y su sueño, y terminaría matando a algunas especies.

Además de su impacto sobre la biodiversidad, los biólogos que firman la carta argumentan que la actuación es "totalmente innecesaria" porque no hay una demanda social para que se ilumine. El objetivo de esta obra, según el ayuntamiento de la capital, es "realzar la belleza natural" del río Manzanares e incrementar la seguridad en el tramo de 560 metros que medirá el espectáculo. En el vídeo de presentación, el consistorio afirma también que el proyecto será "respetuoso con las especies que habitan el río", aunque no especifica cómo. Los científicos responden que esas luces "como mucho, deben ir dirigidas a aquellos elementos de gran interés arquitectónico existentes sobre el río, como puentes históricos, evitando al máximo la intromisión de luz hacia las zonas naturalizadas".

Uno de los firmantes de la carta es Airam Rodríguez, biólogo especializado en contaminación lumínica del Museo Nacional de Ciencias Naturales. Opina que esta medida "es un disparate". "Después de todo el trabajo que se ha hecho para renaturalizar el río, se hace lo contrario, antropizarlo", resume. El experto valora que alumbrar un ecosistema por la noche tiene un impacto sobre toda la fauna, desde peces, a anfibios, pasando por aves e insectos. "En general, cualquier iluminación es un factor estresante para los seres vivos y puede provocar la mortalidad directa de muchas especies", señala. Para unos animales nocturnos, la luz hace de barrera y dejarán de cruzar el tramo alumbrado del río, mientras que otros se sentirán atraídos por ella, como los peces o los insectos, y se expondrán a nuevos depredadores y alterarán su rutina de movimiento. También provocará que especies diurnas comiencen a cazar de noche aprovechando la luz, generando nuevas amenazas para los animales nocturnos.

Las aves también sufrirán de manera aguda la nueva rutina de luces porque son un grupo "particularmente sensible a la iluminación", según Santiago Martín, ingeniero agrónomo y responsable del proyecto Madrid Río en Ecologistas en Acción. Este aficionado a la ornitología ha estudiado la renaturalización del Manzanares y ha identificado 120 especies de avifauna que habitan allí, la gran mayoría especies protegidas. Martín explica que ha identificado especies de alto valor como garzas, martinetes y gallinetas, y que también es posible ver aves muy difíciles de encontrar en la península como la agachadiza chica o la polluela pintoja.

Por último, los artrópodos (insectos, arañas, crustáceos y miriápodos) también se ven muy perjudicados por la luz artificial, argumenta Antonio G. Valdecasas, investigador emérito del CSIC. Este especialista en invertebrados de agua dulce recuerda que los artrópodos utilizan señales visuales para orientarse, desplazarse y evitar a los depredadores, así como para localizar plantas hospedadoras, presas y parejas, pero la luz artificial nocturna "funciona como una aspiradora": los atrae y los aleja de su hábitat natural. "La atracción masiva de presas desorientadas hacia las fuentes de luz artificial provoca una acumulación de depredadores. Diversos tipos de arañas y otros animales pueden aumentar rápidamente su actividad reproductora, por el suministro periódico excesivo de insectos acuáticos", añade Valdecasas, por lo que esa iluminación provoca un desajuste de las poblaciones.

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Los opositores al proyecto del alcalde Luis Martínez Almeida reconocen que este pequeño bosque urbano está rodeado de tráfico y farolas, y ya sufre el impacto diario del ser humano, pero la fauna se ha asentado en esas condiciones y convive con ello. Martín Barajas argumenta que las aves y los mamíferos que viven en el cauce han asumido que allí están seguros, pero que las futuras luces desconcertarán a los animales y los espantarán. "La clave de todo esto es que es innecesario. No aporta nada al río ni es una demanda ciudadana", añade. Airam Rodríguez afirma también que da un pésimo ejemplo de cómo tratar la naturaleza. "La renaturalización del Manzanares en un ejemplo de cómo hacer las cosas bien, pero esto laza un mensaje erróneo a la sociedad. Se transmite la idea de que se puede alumbrar a la naturaleza sin consecuencias, que se puede hacer más bonita con luces de colores", termina.

El mensaje es similar al que lanza la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (IUCN, por sus siglas en inglés), la mayor red global de organizaciones defensoras de la biodiversidad. En un reciente informe titulado El mundo de noche este organismo recomienda que "la iluminación exterior no se debe usar con motivos estéticos". "Mucha de la iluminación exterior es ineficiente, demasiado brillante, y en muchos casos, completamente innecesaria. Hay muchas razones para reducirla o eliminarla por completo, como su interferencia en las relaciones entre depredadores y presas durante la noche, o la alteración del calendario de ciclos vitales de las plantas", recogen los técnicos del IUCN en el documento.

Las organizaciones ecologistas llevan desde finales de mayo tratando de frenar la instalación, que comenzará a funcionar en teoría a principios del año que viene. El ayuntamiento confirma que ya han comenzado a instalar las luces, pero todavía no concreta durante cuántas horas estarán encendidas al día, una de las claves para poder valorar cómo de grande será el impacto sobre la fauna. Beatriz Sánchez, coordinadora del programa de Biodiversidad Urbana de SEO/BirdLife, otra de las ONG que tratar de frenar el proyecto, critica que el plan de alumbrado no incluye un informe de impacto ambiental, aunque no pueden reclamarlo formalmente porque ese tramo del río no tiene una figura de protección ambiental, y no hace falta justificar su trasformación. "Tiene todo el sentido que se estudie las consecuencias del proyecto antes de ponerlo en marcha porque tanto el comienzo del río como el final son zonas protegidas. El Manzanares es un ecosistema, y acciones como esta o como la mascletà organizada en febrero, tienen consecuencias sobre todo el río", opina la experta.

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