El temporal de El Niño, un evento climático cíclico que aumenta la temperatura global, redujo en 2016 un 5,6% el tráfico por el Canal de Panamá, uno de los puntos clave del comercio global. El verano pasado regresó El Niño, en una versión todavía más devastadora, y en 2024 el comercio por este estrecho se ha desplomado un 33% comparado con el año pasado. El impacto del cambio climático en el comercio marítimo preocupa a los expertos por su eficacia a la hora de bloquear rutas clave para mover alimentos por el mundo.
Un equipo del Centro Euromediterráneo para el Cambio Climático ha calculado que en 2030 la sequía tendrá un impacto de 34.000 millones de euros (a precios de 2014) en la economía global solo por la reducción de barcos que transportan cereales y leguminosas que pasan por tres puntos clave: el Canal de Panamá, de Suez y el Bósforo (Turquía). Por ellos transitan cada año el equivalente a 84.000 millones de euros en forma de arroz, trigo, leguminosas y otros cereales.
Para el estudio han elegido estos alimentos porque estos enclaves marítimos son esenciales para distribuirlos por el mundo. Los tres canales abarcan el tráfico del 23% del arroz del mundo, del 56% del trigo, del 36% de otros cereales y del 23% de las legumbres. En Suez y Turquía, los expertos recomiendan ampliar la profundidad del agua y ensanchar los pasos para evitar disrupciones por el cambio climático, mientras que en Panamá proponen ampliar los embalses que nutren el canal. El análisis ha sido publicado en la revista Journal of Shipping and Trade.
Ramón Key, el investigador que lidera el estudio, afirma que la sequía y la reducción del paso de barcos no solo golpean la economía de países exportadores e importadores de alimentos, sino que merman la capacidad de regular la oferta y la demanda de alimentos. "El comercio internacional de alimentos, según la ONU, sirve en teoría como método para adaptarnos al cambio climático. Si hay una sequía en Brasil y se reduce la producción de soja, se puede importar de otra parte del mundo, pero si el cambio climático empieza a afectar también al transporte, el sistema de equilibrio se trastoca", opina el economista.
Muchos de estos cereales y legumbres acaban en Europa, donde los autores calculan que en 2030 se perderán unos 2.000 millones de euros del PIB (a precios de 2014) por la reducción de llegada de buques, principalmente por los problemas en el Canal de Panamá. La cifra de pérdidas es muy pequeña comparada con el total de la economía europea, pero teniendo en cuenta que solo afecta al sector agrícola —que supone 220.000 millones del PIB comunitario—, y dentro de este, a unos pocos cultivos, se trata de un impacto "significativo", según el coordinador del informe. También estiman que esta caída de la importación provocará un aumento de la agricultura interna del continente, especialmente en el Mediterráneo y el norte de Europa.
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Las disrupciones climáticas en el Canal de Panamá son las que más daño hacen a la economía global, puesto que a través de él pasa el 13% de los cereales del mundo, el 13,7% de las legumbres y el 7% del trigo. La caída del tráfico es este año del 33% interanual, pero se espera que alcance una reducción del 53% frente a la media en 2030. La sequía castiga tanto a este estrecho porque el agua que lo alimenta proviene del lago Gatún, que ya tiene problemas severos de sequía y se agravarán en el futuro. Estados Unidos y Canadá serán los principales perjudicados porque usan este estrecho para comerciar con el mundo, especialmente con China.
El principal impacto para Europa vendría del Canal de Suez, por donde entran el 66% de las importaciones de arroz del continente. De hecho, los investigadores calculan que la producción de arroz en la Unión se incrementará en el futuro para compensar estas pérdidas, probablemente en la zona mediterránea, ya que Italia cultiva hoy la mitad del arroz del continente y España un 30%. La caída de la importación de trigo no se vería afectada por la disrupción del estrecho de Suez, según los autores, porque se encontrarían nuevos vendedores. Estados Unidos pasaría a exportar más cereal, la India más trigo, y Argentina más leguminosas, mientras que Ucrania sería el más perjudicado por la menor disponibilidad del canal egipcio.
Por último, los problemas en el estrecho turco tendrán un daño menor en el comercio mundial y europeo, pero su impacto sería el más duro para los grandes exportadores de cereal ubicados al este de Europa: Ucrania, Rusia, Turquía, Oriente Medio y algunos países de Europa del este. Más, el 30% del comercio global de trigo atraviesa este paso. Tanto en el caso del estrecho turco como en el Canal de Suez, las alteraciones climáticas no estarían relacionadas con la sequía, sino con los temporales adversos, que derivan en accidentes. En Suez, los fuertes vientos y las nubes de polvo que hay en la región son cada vez más frecuentes y fueron la causa de que encallase el buque Ever Given en marzo de 2021. Durante los seis días que estuvo atravesado provocó pérdidas diarias de casi 10.000 millones de dólares. En Turquía, por otra parte, el estudio recoge que en las últimas décadas se han producido al menos seis cortes de la circulación por mala visibilidad o tormentas de nieve.
El temporal de El Niño, un evento climático cíclico que aumenta la temperatura global, redujo en 2016 un 5,6% el tráfico por el Canal de Panamá, uno de los puntos clave del comercio global. El verano pasado regresó El Niño, en una versión todavía más devastadora, y en 2024 el comercio por este estrecho se ha desplomado un 33% comparado con el año pasado. El impacto del cambio climático en el comercio marítimo preocupa a los expertos por su eficacia a la hora de bloquear rutas clave para mover alimentos por el mundo.