Las trágicas riadas ocurridas esta semana en Valencia y otras zonas del país han arrasado municipios situados sobre ramblas fluviales de sobra conocidas por los expertos en hidrología, y han puesto sobre la mesa el riesgo en el que vive buena parte de España. Más de 500.000 personas en el país viven en zonas de alto riesgo de inundación, donde la probabilidad de sufrir una riada es de una cada diez años, según recogen los Planes de Gestión de los Riesgos de Inundación del Ministerio de Transición Ecológica.
Este mapeado hidrológico nacional comenzó a funcionar en 2016, de manera que los planes de ordenación urbana elaborados hasta hace una década no contaban con referencias a gran escala y precisas sobre el peligro de riadas en el país, lo que explica que haya al menos 1.800 municipios (el 22% del total) construidos sobre zonas inundables. Este conteo corresponde a ayuntamientos ubicados dentro de las cuencas intercomunitarias de los grandes ríos, así como en las cuencas Mediterráneas de Andalucía, que cubren todo el sureste de la península.
Antonio Figueroa, geógrafo y consultor sobre política hídrica, afirma que ya es demasiado tarde para tratar de reubicar a tantísima gente en zonas seguras, pero que hay muchas fórmulas para minimizar los riesgos de esta población. "Evidentemente no podemos trasladar a cientos de miles de personas, pero cada lugar ofrece alternativas al desastre. Lo que tenemos que hacer ahora es adaptarnos a los riesgos. Por ejemplo, ampliando las zonas inundables de los ríos para que puedan desbordar, o eliminando diques y muros de contención que se convierten en barreras naturales para los ríos", señala.
El riesgo de inundación de una zona, según el Ministerio de Transición Ecológica, se mide por la probabilidad de sufrir un desbordamiento en un periodo determinado de tiempo. Según los datos recopilados por infoLibre, hay 494.000 personas que viven en lugares con una probabilidad de una riada cada 10 años (T10, en la jerga del sector), mientras que si se extiende en el tiempo esta probabilidad, a un evento de 100T (una inundación cada 100 años), habría 1,4 millones de personas viviendo en zonas de riesgo, y el área abarcaría a 1.793 ayuntamientos.
Entre Murcia y Tarragona se encuentra la gran mayoría de municipios en riesgo por riada en España debido a la combinación de ramblas fluviales con una gran densidad urbana y agrícola. El epicentro estaría en la cuenca del Ebro, donde hay una alta probabilidad de desbordamiento en los alrededores de Miranda del Ebro, Tortosa y Lleida, según los técnicos de esta confederación hidrográfica. Solo en la cuenca del Ebro hay 642 municipios afectados por zonas de fácil inundación, en los que viven 82.000 personas.
En el Levante también hay un peligro muy alto en la cuenca del Júcar —donde se han producido los mayores daños esta semana— debido a que en la provincia de Valencia y alrededores hay 185 municipios ubicados en una zona inundable T10, y casi 100.000 personas viven en ellos. En la cuenca del Segura (Alicante y Murcia) también hay otros 52 ayuntamientos de alto riesgo, con casi 70.000 habitantes. El peligro no está solo en las zonas cercanas a la costa: el Duero y el Tajo suman 459 municipios considerados de riesgo T10.
Cada vez se suman más municipios
Estos cálculos de peligrosidad corresponden a los planes hidrológicos de segundo ciclo, que entraron en vigor en 2022, pero a medida que los estudios de hidrología avanzan, se encuentran nuevas zonas de riesgo en el país. De hecho, el Gobierno está en proceso de elaborar una actualización de las zonas en riesgo de inundación, y en septiembre anunció que en las cuencas intercomunitarias ya ha identificado otros 300 kilómetros de ríos con riesgo de desbordamiento en País Vasco y Galicia.
Además, a medida que el cambio climático se agrava, el impacto y la frecuencia de las tormentas y las riadas cada vez es mayor, y aumenta la probabilidad de los daños y las hectáreas en riesgo. Este jueves, el equipo de científicos World Weather Attribution, especializado en hacer estudios muy rápidos sobre la relación entre catástrofes y el cambio climático, publicaron que la dana de Valencia fue un 12% más agresiva que si se hubiese producido en un escenario sin calentamiento global. Y que su frecuencia se ha duplicado por la contaminación humana.
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Este es el mensaje principal de Luis Babiano, gerente de Aeopas, la Asociación de Operadores de Agua Urbana, que colabora con ayuntamientos en la elaboración de planes para reducir el impacto de inundaciones. "Seguimos analizando estos eventos como en el pasado, pero ya no estamos hablando solo de 'una gota fría'. El cambio climático hace que las riadas sean cada vez más agresivas, y necesitamos planificar urgentemente", avisa.
Los alcaldes, obligados a tener planes de prevención
El experto también recuerda que todos los municipios deben tener por ley un plan de actuación en caso de inundación, y se pregunta cuántos realmente lo tienen en España. "Desde luego son pocos". Estos programas deben ser elaborados por los ayuntamientos en colaboración con la Comunidad Autónoma, que es la encargada de establecer unas directrices que luego siguen todos los alcaldes de la región. Cada uno de los planes también tiene que tener el visto bueno de la Comisión de Protección Civil de la comunidad autónoma.
Otro experto en inundaciones, el geógrafo del CSIC Andrés Diez, añade que reorganizar las zonas inundables para evitar pérdidas humanas no significa abandonar las zonas de peligro, sino repensarlas. "No hay que quedarse con la idea de que allí no se puede hacer nada. Es verdad que en los primeros metros de un cauce no se puede construir, pero seguidamente hay una zona llamada de 'flujo preferente', donde puede haber un parque, unas canchas deportivas o unas casetas de jardineros. A continuación irían las zonas inundables T100, donde podrían funcionar actividades económicas que se rentabilicen en menos de 100 años, como la agricultura. Lo que no se puede hacer es construir hospitales o un parque de bomberos, como se ha hecho en algunos sitios".
Las trágicas riadas ocurridas esta semana en Valencia y otras zonas del país han arrasado municipios situados sobre ramblas fluviales de sobra conocidas por los expertos en hidrología, y han puesto sobre la mesa el riesgo en el que vive buena parte de España. Más de 500.000 personas en el país viven en zonas de alto riesgo de inundación, donde la probabilidad de sufrir una riada es de una cada diez años, según recogen los Planes de Gestión de los Riesgos de Inundación del Ministerio de Transición Ecológica.