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Las lluvias de junio libraron a España de la ola europea de incendios pero a partir de ahora la situación es crítica

La región mediterránea ha sufrido un mes de julio de infierno con incendios incontrolables en Grecia, Italia, Argelia y Turquía, pero España ha logrado librarse por ahora de las llamas, con la excepción de los fuegos ocurridos en Canarias en la última semana. Los expertos señalan a las lluvias de junio como la causa de la anomalía ibérica, ya que permitieron humedecer los bosques y revivir buena parte de los pastos, que de otra manera habrían ardido con extrema facilidad como ocurrió el verano pasado. En todo caso, insisten en que esas precipitaciones solo han sido un parche y que el suelo está ya listo para arder en la península. 

La bióloga Leonor Calvo cree que el agua que cayó en junio ya está amortizada incluso en zonas de sombra –donde el agua tarda más en evaporarse– y que desde la semana pasada España cumple las condiciones para que comience la temporada de incendios. "En las zonas más propicias la humedad aguantó hasta la segunda semana de julio, pero estamos entrando ya en una sequía fuerte. En serio, esta semana es muy peligrosa porque se junta que el suelo está seco y hay vientos muy fuertes y cálidos", señala esta experta forestal de la Universidad de León.

El mapa de riesgo de incendio de la Agencia Española de Meteorología también insiste en que la situación es límite en el país. Más de la mitad del país está en riesgo muy alto o extremo, especialmente Castilla-La Mancha y Andalucía.

Juan Caamaño, técnico de la Fundación Pau Costa, dedicada a la prevención de incendios forestales, reitera que las lluvias de junio han sido una bendición para el campo. "Esperábamos una hecatombe", señala. Pensaban así porque la primavera fue extremadamente seca y en gran parte de la península llovió la mitad de lo normal. Sin embargo, después llegó el segundo mes de junio más lluvioso de este siglo, con amplias zonas de España, donde llovió tres veces más de lo normal, como en Extremadura, León y el interior de Galicia y Cataluña, precisamente donde el fuego se cebó el año pasado porque estaban muy secas.  

De cara a las próximas semanas, Caamaño plantea un escenario algo más optimista que la bióloga y cree que los grandes incendios no llegarán a España hasta mediados del próximo mes. "A principios de agosto veremos los primeros, pero hasta finales de mes no veremos fuegos de entre 5.000 y 7.000 hectáreas", los considerados como grandes incendios. Aunque no cree que este año se vean en España fuegos de más de 10.000 hectáreas, mientras que el año pasado se superaron las 30.000 hectáreas quemadas en dos incendios de Zamora.  

En todo caso, el experto no cree en absoluto que la península esté en un escenario de calma estos días. "Tenemos una masa muy caliente de aire y un anticiclón potente que generan una especie de cúpula cálida sobre la península. Es la peor situación meteorológica posible para los incendios", añade.

Aunque pase desapercibida, la humedad es un pilar fundamental que determina el tamaño de los incendios. Como señalan los expertos, fuegos forestales ha seguido habiendo en España todos los días en junio y julio, pero su capacidad para propagarse y generar llamas grandes se reduce si la vegetación está verde incluso con las tres olas de calor que ha sufrido la península este verano. 

En cambio, en otros países del sur de Europa y el norte de África no llovió en junio y la sequía se ha sumado a las altas temperaturas de julio, el mes más cálido registrado, según declaró este jueves la Organización Meteorológica Mundial. En Grecia ha habido en dos semanas más de 200 fuegos que han matado a seis personas y obligado a desalojar a decenas de miles de habitantes en Evia y Corfú. En Argelia ya hay al menos 40 víctimas mortales en fuegos que se han desatado en el extremo norte, en la costa mediterránea.

La región mediterránea ha sufrido un mes de julio de infierno con incendios incontrolables en Grecia, Italia, Argelia y Turquía, pero España ha logrado librarse por ahora de las llamas, con la excepción de los fuegos ocurridos en Canarias en la última semana. Los expertos señalan a las lluvias de junio como la causa de la anomalía ibérica, ya que permitieron humedecer los bosques y revivir buena parte de los pastos, que de otra manera habrían ardido con extrema facilidad como ocurrió el verano pasado. En todo caso, insisten en que esas precipitaciones solo han sido un parche y que el suelo está ya listo para arder en la península. 

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