Los vertederos de Pinto, Granada y Murcia, tres fugas de metano masivas que se ven desde el espacio
Los campo petrolíferos y los pozos de gas son los principales causantes de las emisiones masivas de metano a la atmósfera, pero a continuación se encuentran los vertederos a cielo abierto. En España no hay de los primeros, pero plantas de residuos hay en todas las provincias, y emiten cada año millones de toneladas de metano, un gas 28 veces más contaminante que el dióxido de carbono. Un análisis de la huella de metano realizado con imágenes satelitales identifica en España tres fugas masivas ligadas a vertederos, aunque todos contaminan, según los expertos.
El mapa, elaborado por Carbon Mapper, una organización sin ánimo de lucro, sitúa como la más contaminante a la planta de compostaje de Pinto, en el sur de Madrid, con unas emisiones medias de 2,7 toneladas de metano por hora en el momento en el que se tomó la medida, lo que equivale a más de 560.000 toneladas al año. También identifica la planta de reciclaje Global París, a las afueras de la ciudad de Murcia (250.000 toneladas al año) y la planta de residuos de Alhedin, a las afueras de Granada (50.000 toneladas).
El mapa con las plumas de metano —el nombre que recibe el rastro de metano en el aire— se ha construido a partir de fotografías de la NASA, aunque todavía está en plena elaboración y hay zonas de España todavía sin estudiar, como Galicia, Asturias y gran parte de Castilla-La Mancha. Tampoco se han ubicado las fugas de metano en el centro y el norte de Europa, y falta por estudiar Rusia al completo, pero por ahora ya se han encontrado 17.390 plumas, y la mitad pertenecen a campos petrolíferos y gasistas.
Casi una cuarta parte de las fugas globales de metano proceden de vertederos, una fuente muy agresiva de gases de efecto invernadero y de aguas residuales que tiene un impacto enorme en la atmósfera y el subsuelo. La producción de metano en las plantas de residuos es inevitable, según los expertos, porque se genera durante la descomposición de los restos orgánicos de los vertederos, aunque hay formas de absorber ese metano si las instalaciones están correctamente selladas y se invierte en la tecnología necesaria.
Un técnico con amplia experiencia en el sector, que prefiere omitir su nombre por su vinculación a los vertederos españoles, explica que la gran mayoría de los estercoleros del país están descuidados y no cuentan con las medidas adecuadas. "Para empezar, desde 2001 está prohibido enterrar basura en un vertedero sin un tratamiento previo, pero se sigue haciendo ampliamente. Por ejemplo, en el centro de Pinto". Un informe publicado en 2023 por la Comisión Europea recogió que "en 2020, la tasa de reciclado de residuos municipales en España fue del 36,4% (18,6 puntos porcentuales por debajo del objetivo de 2025), mientras que la tasa de vertido a vertederos fue del 52,0% (más del doble de la media de la UE)", destacan desde la Comisión.
Cuando los restos de productos biodegradables se cubren de tierra en los vertederos, comienza un proceso de descomposición en el que la materia orgánica se transforma en compost, liberando metano y CO₂ a la superficie, dos gases de efecto invernadero que aceleran el calentamiento global. El metano es, de hecho, 28 veces más contaminante que el CO₂ si se compara su impacto a lo largo de un siglo. El proceso de descomposición de la materia orgánica, además de producir gases, también genera un mejunje líquido llamado lixiviado, muy contaminante y que se filtra al subsuelo y contamina ríos y acuíferos.
Filtraciones de metano de hasta el 70%
La Comisión advierte de que España incumplirá en 2025 el objetivo de reciclaje pese a la nueva ley de residuos
Ver más
Aproximadamente, el 80% de los grandes vertederos de España tienen mecanismos para atrapar sus emisiones de metano y reutilizarlo, ya sea para producir energía para la propia planta, o directamente para venderlo como gas ciudad. Este negocio se ha vuelto especialmente en los últimos tres años, cuando el gas natural ha pasado a ser un combustible estratégico tras la invasión de Ucrania. Para hacerse con este gas, bajo los montones de basura circula una red de tuberías que succionan el metano y el CO₂ producidos por la digestión de los desechos, se limpian y se almacenan hasta darles una salida.
Sin embargo, como no se invierte lo suficiente en estas instalaciones, el sellado de los vertederos es pésimo y la mayoría del metano se termina filtrando al aire antes de ser absorbido por los desgasificadores. "La cifra que circula por el sector es que alrededor del 70% del metano acaba en la atmósfera incluso instalando redes de tuberías porque se filtra a través de la tierra. Si quisiéramos hacerlo bien y redirigir ese gas por completo, tendríamos que sellar la basura en algo parecido a una olla a presión, lo que se conoce como una planta de biometanización", añade el experto en reciclaje.
Julio Barea, portavoz de Greenpeace, señala que el problema principal es que los residuos orgánicos no se están separando, como marca la ley, que obliga a que todos los municipios de más de 5.000 habitantes recojan cada tipo de basura por separado. De esta manera, se podría tratar los restos biodegradables en lugar de enterrarlos junto con plásticos, metales o escombros. "Lo único que hace falta es cumplir con la ley. No puede entrar materia orgánica, porque además bien recogida es una mina de oro. Si la biometanizas puedes usar el gas para calentar las ciudades, y el compost utilizarlo en un país con millones de hectáreas de agricultura. Nos ahorraríamos millones de euros en fertilizantes que encima producimos con productos químicos tóxicos", resume el representante de la organización ecologista.