Cuatro conflictivos años

Ignacio Villa ha defendido su puesto como director general con uñas, dientes... y el apoyo del PP hasta el último minuto. Han sido más de cuatro años (tomó posesión al inicio del verano de 2011) de una controvertida gestión saldada con una sustantiva bajada de audiencia en la radio y en la televisión de Castilla-La Mancha, un importante descontrol administrativo y económico, la creación de una redacción paralela, engrosada por decenas de personas nombradas a dedo, múltiples acusaciones de manipulación informativa, reprobaciones de instituciones públicas, organismos de control y asociaciones profesionales y, en definitiva, un descrédito de RTVCM solo comparable al de Telemadrid.

Con todo, hay que distinguir una primera etapa (hasta principios de 2012) de la posterior que ha llegado hasta ahora. El periodista, que había desarrollado en la COPE toda su carrera profesional, había obtenido cierta relevancia pública como contertulio criticando el aborto, la eutanasia, la memoria histórica, y cualquier otra iniciativa de los gobiernos de Zapatero; aunque su tono alcanzaba los registros más altisonantes con los hechos del 11-M, en defensa de la teoría de la conspiración. En aquel principio de 2011 era, sin género de dudas, uno de los representantes más radicales de la derecha mediática. Villa desembarcó en CMTV con un mensaje moderado y conciliador; proclamó "contar con todos los que allí trabajan", se reunió con los mandos de Informativos, pidió opiniones profesionales e, incluso, sin que nadie le preguntara, habló de que "en las tertulias, le contratan a uno para que juegue un determinado papel, son un espectáculo televisivo y hay que atenerse a sus reglas", para explicar-justificar sus intervenciones más extremistas. Fracasadas las gestiones para importar de Madrid un director de Informativos con pedigrí, aceptó la sugerencia de un sector del PP toledano y nombró para el puesto a la hija de un alto cargo de la diputación provincial, una redactora eficaz y con buena imagen, pero absolutamente inexperta en tareas de dirección y organización de una redacción, en la que no había llegado ni a jefa de sección. El experimento duró solo unos meses en los que, gota a gota, liquidó a todos los antiguos responsables, unos con un perfil más político de cercanía al anterior gobierno socialista, otros simples periodistas de contrastada trayectoria profesional. Estos meses previos a las elecciones generales fueron, en CMTV, de cierta primacía de los Informativos sobre Programas, con frecuentes especiales en directo, reposición del Matinal, potenciación de magazines y tertulias, etcétera. Cierto que se produjeron desajustes, propios de la bisoñez de los nuevos directivos; cierto, también, que la presencia del PP en los telediarios fue continúa, pero otro tanto ocurría con el PSOE en la legislatura anterior: "lo habitual", parecía ser "normal", sin que se produjeran grandes protestas profesionales.

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Tras el triunfo en noviembre de 2011 de Mariano Rajoy, Cospedal, como secretaria general,  pretendió situar en RTVE a Villa, pero triunfó la opción de la vicepresidenta Sáenz de Santamaría, que decidió el nombramiento de Leopoldo González Echenique. Ignacio Villa se resignó a permanecer en Toledo y centrar sus esfuerzos en esa radio y televisión pública. Pronto apartó a la directora de Informativos, e inició un carrusel de cambios en los que cargos elegidos por él mismo fueron destituidos, dimitieron, o directamente desaparecieron de un día para otro. Así, en los últimos meses del mandato de Villa, RTVCM ha funcionado sin director de antena, responsable económico financiero, o director de Recursos Humanos.

A pesar de los problemas internos generados por esta situación, han sido los Informativos quienes han generado el mayor número de críticas por parte del Comité de Empresa, oposición política, organizaciones profesionales, y la propia inspección de trabajo. Episodios como mostrar una picadora de carne para hablar del asesinato de su pareja por un hombre, carnicero de profesión; la parodia que realizó la subdirectora Yolanda Guirado para introducir uan tertulia sobre la enfermera contagiada de ébola; el contertulio que llamó "gorda" a Beatriz Talegón cuando denunciaba la manipulación informativa en esa televisión, o el titular en el que se nombraba "al burro de Perezagua", para descalificar a un concejal socialista de Toledo, llevaron al descrédito a esa televisión.

En las últimas semanas, y mientras Nacho Villa (con el apoyo explícito del PP) se aferraba a su cargo, la radio y televisión de Castilla-La Mancha se hundía en un desbarajuste de funcionamiento, que ha descrito para infoLibre el Comité de Empresa, y que compromete de manera grave el inmediato futuro de ese medio público. Con audiencias muy por debajo del 5%, sin programas grabados, y mala imagen entre la ciudadanía, la nueva directora general tiene por delante una difícil tarea.

Ignacio Villa ha defendido su puesto como director general con uñas, dientes... y el apoyo del PP hasta el último minuto. Han sido más de cuatro años (tomó posesión al inicio del verano de 2011) de una controvertida gestión saldada con una sustantiva bajada de audiencia en la radio y en la televisión de Castilla-La Mancha, un importante descontrol administrativo y económico, la creación de una redacción paralela, engrosada por decenas de personas nombradas a dedo, múltiples acusaciones de manipulación informativa, reprobaciones de instituciones públicas, organismos de control y asociaciones profesionales y, en definitiva, un descrédito de RTVCM solo comparable al de Telemadrid.

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