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'Cuéntame' por qué acabó

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Este jueves se despide de TVE la serie Cuéntame cómo pasó. El adiós genera en los espectadores sensaciones encontradas. Cierto es que en las últimas temporadas ha disminuido la audiencia en términos cuantitativos y, sobre todo, ha rebajado su presencia social. No lo es menos que ha estado presente durante más de veinte años, más de cuatrocientos capítulos, siempre en horario de máxima audiencia y con una media de espectadores en directo al borde del 23%, a la que hay que sumar en los últimos años los que la ven en diferido, que aportan otro 2%. Se constituye así en la serie de emisión nocturna más longeva de la historia de la televisión en España y, lo que es más importante, la de mayor impacto social. 

Estrenada el 13 de septiembre de 2001, dos días después de los atentados del 11S, circunstancia que estuvo a punto de retrasar su emisión, arranca el relato dos días antes de la final del festival de Eurovisión de 1968, con el triunfo de Massiel, que cerraría el capítulo número uno. En este marco real de un pasado relativamente cercano, se inscribe la ficción que cuenta la vida de una familia media española de la época, los Alcántara, siempre enmarcadas y condicionadas por los sucesos que iban sucediendo a su alrededor y, de los que en más de un caso eran protagonistas secundarios. En principio, se trataba de echar la vista atrás y rememorar los últimos años del franquismo, la transición hacia la democracia, y el cambio hasta consolidar España como un país moderno, democrático y europeo, e insertar en ese contexto los cambios individuales y sociales de esta familia. De este modo, se construye un relato en lo temático entre el documental histórico y la ficción, nunca hecho en España, y que tenía un referente en la serie Aquellos maravillosos años, importada de Estados Unidos y emitida en la década anterior; en lo formal, utiliza el amplio archivo de TVE para contextualizar las peripecias familiares, e incluso insertar en ellos a los protagonistas de ficción al modo de la película Forrest Gump. 

Los Alcántara

Antonio (Imanol Arias) es el cabeza de familia; Mercedes (Ana Duato) es la esposa; con ellos vive la madre de Mercedes, Herminia (María Galiana), y los hijos Toni (Pablo Rivero), Inés (Irene Visedo) y Carlos (Ricardo Gómez), a los que se añadiría una nueva hija, María (Esmeralda García). Viven en un barrio inventado, San Genaro, trasunto del madrileño Barrio del Pilar, y se desplazan con frecuencia intermitente al pueblo natal, Sagrillas, en la provincia de Albacete. Como se comprueba de inmediato forman una familia con todas las edades, ardid omnipresente en todas las series que pretenden interesar a todo tipo de públicos. Conforman una representación fiel de buena parte de la población española del momento: residen en Madrid pero provienen de la España rural y habitan un piso y barrio integrado por habitantes de extracción similar que, como ellos, pasan apuros económicos, carecen de estudios superiores y se esfuerzan en sacar adelante el día a día dentro de un país que cambia a gran velocidad, con acontecimientos cambiantes y acelerados, que les influyen, y de los que, en una pequeña parte, son protagonistas.

En torno a ellos hay personajes secundarios fijos, como familiares, amigos, vecinos y conocidos, y otros circunstanciales ;narrada desde un tiempo presente indefinido, y ya adulto, por Carlos, que se consagra así en personaje imprescindible, ya que la voz en off (realizada por Carlos Hipólito) se oye como introducción y reflexión última al comienzo y al final de cada episodio, y también durante el capítulo para explicar, precisar o comentar algún particular, normalmente con un tono nostálgico, sobre los acontecimientos históricos o sobre las vicisitudes de la familia; tanto en la apertura como en el cierre suena la canción "Cuéntame", que había popularizado en los años sesenta Fórmula V, y que interpretan en las nueve primeras temporadas Ana Belen y David San José, y en las siguientes diversos artistas, hasta esta temporada final cantada por Raphael.

Quizás la característica que más ha acercado a los espectadores al relato de ficción resida en la humanidad que destilan los personajes. Aquí no hay héroes ni arquetipos, sino personas corrientes que luchan, pero también dudan; desfallecen a veces, perseveran en otras; tienen accesos de ira, cometen injusticias, infidelidades; aman a los suyos pero en ocasiones se muestran contrariados, hasta intransigentes cuando los demás no actúan como ellos esperan. Ni siquiera Herminia, quizás el personaje más atractivo del elenco, se deja arrastrar por los clichés: es la más comprensiva y cariñosa, la auténtica matriarca, quién más sabe de la vida, pero que ha sabido conservar un punto de ingenuidad; toda ternura para unir lo que los demás rompen, pero que también tiene su genio aunque lo guarde para situaciones límite.

Un enorme impacto social

Ya desde el mismo estreno el impacto social es tremendo. En los hogares los mayores explican a niños y jóvenes la veracidad de los acontecimientos históricos que se reflejan, añaden detalles que cada uno ha vivido, sin dejar de introducir anécdotas personales; en el trabajo y en el ocio se comentan los capítulos paso a paso, se disiente o se apoya lo contado... es el tema de conversación casi general, lo que atrae a más y más espectadores, pronto convertidos en seguidores. La serie y las tramas siguen los enormes cambios que se producen entre 1968 y 1994, entre los que, además de los inevitables acontecimientos políticos, destacan algunos tan relevantes como los que a continuación se reseñan: 

  • La situación de la mujer en la España de la época, tratándose tanto las dificultades de las madres solteras como las de las mujeres separadas. Se trata el tema de la violencia machista, y el silencio de la sociedad respecto a ella, así como la ausencia de ayudas por parte de las instituciones para evitar esos conflictos.
  • El desarrollismo en la España de los años 60 y 70, así como el éxodo rural y la situación de los pueblos, con una importante escasez de medios y fuertes cambios de población. 
  • Los secuestros de periódicos y en general la censura de los medios de comunicación durante el franquismo.
  • La crisis del petróleo de 1973, con la consecuente subida de precios.
  • La pervivencia del servicio militar obligatorio, así como los cambios producidos dentro del ejército, con la aparición de una oposición, representada en los militares más jóvenes, a la continuidad del régimen.
  • La importancia social de acontecimientos como el Festival de Eurovisión en las décadas de los sesenta y setenta, y el impacto que supuso el desarrollo de la televisión en la sociedad española.
  • La persecución de los opositores al régimen y la organización en la clandestinidad de los partidos de izquierda, así como las diversas manifestaciones y protestas que se sucedían por aquel entonces.
  • La corrupción presente en negocios inmobiliarios.
  • En la serie se han mostrado las penosas condiciones sufridas por lo que hoy llamamos colectivo LGTBI en la sociedad, en el mundo laboral y en la política durante el franquismo y la transición.
  • En las últimas temporadas, se han tratado temas como la droga y el cáncer y la manera en que se afrontaban en los setenta y ochenta. 
  • El trato de favor a los militares y a la gente de extrema derecha en las cárceles, la pervivencia de grupos antidemocráticos y la aceptación de nuevas culturas, sobre la base de la apertura de nuevos negocios como restaurantes internacionales, de comida china o de comida hawaiana, y la irrupción en el mundo de los negocios de los tiburones empresariales, tan propios de los años 80, o la incomprensión social y el desamparo legal ante la violación en la España de los años 80.

Una gran audiencia

Ya se ha citado que la media de audiencia entre la visión en directo y diferido se sitúa en el entorno del 25%. No obstante es relevante constatar que las cifras –a excepción de las primeras temporadas– ha ido siempre de más a menos. Así, entre el estreno y la sexta temporada (2001-2005) siempre estuvo por encima del 30%, con la cima en la emitida en 2003 con un 41,4; entre 2006 y 2013 se mantuvo entre el 20 y el 30, para descender en los últimos diez años de manera paulatina hasta esta última que culmina, por primera vez, por debajo del 10% en emisión en directo, y evidencia el agotamiento de Cuéntame lo que pasó. 

El capítulo final 

El cierre, que se emite este jueves, echa la vista atrás. Exactamente a los primeros tiempos de la vida en la capital de un joven.

Antonio Alcántara, cuando echaba de menos a su familia y cuando incluso tuvo que hacer cosas de las que no se siente especialmente orgulloso. Daniel Arias encarna al joven Alcántara en este capítulo especial que cerrará también alguna de las tramas del año.

Antonio viaja a Sagrillas, acompañado de Mercedes, para cerrar algunos asuntos de la bodega. Está muy ilusionado con abrirla de nuevo, aunque le duele que sus hijos se mantengan al margen de su sueño. El viaje al pueblo le hace revivir a Antonio algunos episodios del pasado, como cuando tuvo que irse solo a Madrid para trabajar y dar una vida mejor a su familia. Fueron unos años difíciles para Antonio. La vida en la capital no era fácil y echaba mucho de menos a su familia. En la capital tuvo que tragar muchas cosas e incluso hacer algunas de las que hoy no se siente nada orgulloso.

Imanol siembra la polémica 

El final de la serie ha venido precedido por la polémica desde que hace poco más de una semana Imanol Arias realizara unas declaraciones en Tele Bilbao en las que arremetía contra Televisión Española. El actor dejaba claro que para él Cuéntame ya era historia: "Ya he terminado, he dicho que ya. O me ofrecen un final corto y bueno, o chao mercao", antes de dirigirse directamente a TVE: “Es insoportable estar en esa cadena. Yo espero no volver en mucho tiempo a estar involucrado en nada público en este país porque es insoportable”. Tras una alusión –sin identificar a nadie en concreto– al Consejo de Administración como principal responsable de que se pusiera fin a la serie por razones políticas, Imanol afirmaba que “cuando quitaron la publicidad de la televisión, siempre dije que era la muerte. No se puede justificar porque si le quitas publicidad cada vez tiene menos espectadores y 1.700 millones de presupuesto. Y 9.000 personas que yo he visto, que no hacen nada, que sobran”. Y se preguntaba: “¿Por qué Cuéntame no se hace con trabajadores de TVE? ¿Por qué no hacen ninguna serie con esos trabajadores que están contratados? Luego, todos los años publican los sueldos de los de fuera, ¿por qué no publican los de dentro que no hacen nada?”. 

De inmediato, el grupo Ganga, productor de Cuéntame, hacía público un comunicado para dejar en evidencia que “la suposición de que alguno de los miembros del Consejo de Administración de RTVE haya podido vetar la serie por razón de alguna de sus tramas es, además de disparatada, falsa. Ninguna persona en esta productora comparte las afirmaciones realizadas por Imanol. Nos sentimos abochornados, y queremos expresar nuestro respeto absoluto hacia todos los miembros del Consejo de Administración de RTVE y sus decisiones, respeto que se extiende hacia todos los profesionales de la casa. Lamentamos que unas declaraciones irresponsables puedan poner en duda una colaboración tan positiva”.

La productora de 'Cuéntame' asegura que nunca ha recibido consignas de TVE tras las palabras de Imanol Arias

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Tras conocerse la postura de la productora, el actor pidió disculpas por sus declaraciones: "Me pasé tres pueblos; se me fue la olla y nada de lo que dije me representa totalmente; me traicioné y traicioné a mucha gente con la que he trabajado duro y bien". Tras afirmar que se trató de "un calentón verborreico", Arias recordó que ha trabajado en TVE "durante los últimos 40 años y no puedo reprochar nada en absoluto en su comportamiento y relación con mi persona o mi relación profesional con la casa. He crecido en esa pantalla familiar y con todo el dolor me disculpo por esas afirmaciones en las que no fui justo ni sincero con los trabajadores de la casa TVE, ni con los miembros de su Consejo de Administración ni con los trabajadores de Ganga Producciones”. 

Por su parte, el sindicato UGT en RTVE encabezó su escrito de repulsa con la frase "Imanol no debe volver a RTVE", y explicó que "el calentón verborreico, en sus propias palabras, no puede quedar en un simple 'Lo siento. No volverá a pasar', porque las falsedades vertidas sobre RTVE y todos sus trabajadores y trabajadoras son demasiado graves e injustas como para ser superadas por unas simples disculpas”. Más adelante el sindicato desmintió las informaciones que el intérprete dio en su entrevista sobre el número de trabajadores de RTVE, que no son 9.000 sino “6.500 personas”, y sobre el presupuesto de la cadena, que es de “1.200 millones” y no de 1.700 millones. Y de hecho, hacen público lo que cobra el protagonista de la serie por capítulo (47.000 euros) y por temporada (900.000 euros).

Fueron precisamente los emolumentos cobrados en distintas temporadas de Cuéntame lo que pasó los que llevaron a la Agencia Tributaria a acusar por fraude fiscal al actor y a su compañera en la serie, Ana Duato. Ambos actores están implicados en la investigación del caso Nummaria, el despacho de abogados que presuntamente se dedicaba a asesorar a clientes a la hora de eludir impuestos. De no llegar a un acuerdo antes del juicio, Duato y Arias se sentarían en el banquillo junto a una treintena de personas. Según la Abogacía del Estado, Arias "contrató los servicios del despacho Nummaria con el fin de mantener una estructura societaria artificiosa cuya finalidad era la ocultación de rentas".  

Este jueves se despide de TVE la serie Cuéntame cómo pasó. El adiós genera en los espectadores sensaciones encontradas. Cierto es que en las últimas temporadas ha disminuido la audiencia en términos cuantitativos y, sobre todo, ha rebajado su presencia social. No lo es menos que ha estado presente durante más de veinte años, más de cuatrocientos capítulos, siempre en horario de máxima audiencia y con una media de espectadores en directo al borde del 23%, a la que hay que sumar en los últimos años los que la ven en diferido, que aportan otro 2%. Se constituye así en la serie de emisión nocturna más longeva de la historia de la televisión en España y, lo que es más importante, la de mayor impacto social. 

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