Facebook contrató a una web ultraconservadora para publicar informaciones negativas sobre Google y Apple

Facebook no gana para malas noticias en 2018. Después de un 2017 marcado por su guerra contra las noticias falsas, las campañas de desinformación y la injerencia extranjera en los comicios de 2016 -destacando sobre todo las elecciones estadounidenses que ganó Donald Trump-, los últimos meses han estado llenos de sobresaltos en la empresa californiana tras conocerse el escándalo de Cambridge Analytica. Tras la gira de su líder, Mark Zuckerberg, por el Senado y el Congreso de EEUU así como por la Eurocámara pidiendo perdón y dando explicaciones de cómo se pudo permitir la recopilación ilegal de los datos personales de más de 87 millones de usuarios - casi 137.000 usuarios afectados en España-, ahora The New York Times pone otra piedra más en su camino hacia la redención con un largo reportaje dónde relata las turbias tácticas de los chicos de Menlo Park para acallar críticas durante estos últimos dos años

El diario estadounidense no ha ahorrado en esfuerzos para sacar a la luz las prácticas de Zuckerberg y su número dos, Sheryl Sandberg. Para ello, The New York Times ha hablado con más de 50 personas próximas a la estrategia de comunicación y presión política de Facebook en los últimos años. En el centro de esta estrategia está atacar a sus rivales para desviar la atención de la red social por antonomasia tanto en el escándalo de la injerencia extranjera en las elecciones presidenciales de EEUU como tras conocerse las informaciones sobre Cambridge Analytica.

Para combatir a los críticos y hacer ver a la ciudadanía que en esta partida tecnológica jugaban otras empresas, Facebook contrató a la consultora Definers Public Affairs. Fundada por republicanos expertos en campañas políticas, están especializados en aplicar las tácticas electorales a las relaciones públicas corporativas. Inicialmente, según relata The New York Times, su trabajo para la red social consistía en monitorizar las noticias sobre ellos en Internet. Sin embargo, en octubre de 2017, ampliaron su relación coincidiendo con un auge del escrutinio sobre cómo la plataforma había permitido la injerencia extranjera.

Tras romper el frente común con otras tecnologías con respecto a la legislación que combate los delitos sexuales en Internet -conocida por siglas en inglés, FOSTA o SESTA-, el siguiente movimiento de Facebook fue justo después de que saltará a primera plana el escándalo de Cambridge Analytica: contratar a un sitio web ultraconservador llamado NTK NetworkNTK Network-que mantiene una estrecha relación laboral con Definers Public Affairs-.

Poco después se comenzaron a publicar en este portal docenas de artículos críticos contra Google y Apple por sus prácticas de negocio. Es más, según el relato del periódico estadounidense, después de que el actual director ejecutivo de la compañía de la manzana, Tim Cook, asegurara que ellos no traficaban con datos personales, Zuckerberg ordenó a su equipo que sólo usaran teléfonos Android. Justamente, había caído en que este sistema operativos tenía muchos más usuarios que los de iOS. Idea en la que incide Facebook en su comunicado desmintiendo el reportaje del periódico estadounidense que publica en su sección de medios: "hemos alentado a nuestros empleados y ejecutivos a usar Android porque es el sistema operativo más popular del mundo". 

Pero Google y Apple no fueron sus únicas víctimas: también se inició una campaña contra el empresario George Soros después de que criticara abiertamente a Facebok en enero. Aunque este medio no tiene una gran audiencia, sirve de fuente para otros muchos más conocidos como Breitbart.

Tras la publicación del reportaje de The New York Times, Facebook explica que ha puesto fin a su relación con Definers Public Affairs. Aunque en su comunicado, la red social admite que nunca habían ocultado sus vínculos con esta consultora, niegan tajantemente que le hubiesen pedido que difundieran informaciones falsas sobre sus competidores

Pero la presión de Facebook no ha sido sólo mediática en contra de sus críticos. The New York Times también revela el lobby que ha llevado a cabo Sheryl Sandberglobby. Mientras Zuckerberg se recorría medio mundo pidiendo perdón, ella intentaba ganarse en el apoyo de algunos senadores como Chuck Schumer, líder de los demócratas en el Senado.

Facebook conocía la injerencia rusa desde la primavera de 2016

Pero las turbias tácticas de Facebook para contrarrestar las críticas no es lo único que desvela The New York Times. Aunque Zuckerberg aseguró tras los comicios de EEUU que era "loca" la idea de que su red social había colaborado en la victoria de Trump, lo cierto es que la plataforma tenía constancia de la existencia de informáticos rusos trabajando en cuentas vinculadas a las campañas presidenciales desde la primavera de 2016, es decir, casi seis meses antes de los comicios presidenciales

Facebook habría acumulado pruebas de la actividad rusa durante más de un año antes de sus directivos compartieran esta información con el público, e incluso con su propia junta directiva. fue Alex Stamos, el jefe de seguridad, el que reunió estas pruebas que se publicaron en septiembre de 2017. Este informe era la primera vez que se mencionaba a Rusia como foco de la interferencia electoral. 

Según cuenta Facebook en su comunicado, "no es verdad" que la empresa conociera la actividad rusa o que demoraran la investigación

Zuckerberg no quiso penalizar a Trump en 2015

Este silencio de Facebook con respecto a la ayuda extranjera para que Trump se hiciera con la victoria no fue aislado. En 2015, cuando el por entonces candidato republicano exigió el cierre de fronteras de los Estados Unidos a los musulmanes, algunos empleados de la red social solicitaron que se castigará su perfil en la plataforma. Aunque Zuckerberg tuvo en consideración que estas declaraciones violaban las reglas de la compañía, lo que habría supuesto la suspensión de la cuenta y la supresión de esta publicación, tras consultar con algunos subordinados llegó a la conclusión de que llevarlo a cabo podría provocar una reacción perjudicial entre el bando republicano

Sin embargo, la explicación de Facebook es bien distinta: "Decidimos que los comentarios del presidente Trump sobre esta prohibición musulmana, no rompían nuestros estándares comunitarios por las mismas razones que The New York Times y muchos otras medios cubrieron la noticiaThe New York Times ".

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"Aún nos queda un largo camino por recorrer"

El comunicado de Facebook en respuesta al diario neoyorquino termina asegurando que la red social ha reconocido públicamente en "muchas ocasiones" que fueron demasiado "lentos" para detectar la "interferencia rusa" así como "otros usos indebidos". Pero, según explica, en estos dos años "hemos invertido mucho en más personas y en una mejor tecnología para mejorar la seguridad en nuestros servicios. Si bien aún nos queda un largo camino por recorrer, estamos orgullosos del progreso que hemos logrado en la lucha contra las noticias falsas, la eliminación de contenido inadecuado y la prevención de que actores extranjeros manipulen nuestra plataforma". 

A pesar de todas las medidas anunciadas para evitar este tipo de filtraciones incluyendo aquellas destinadas a adaptarse al nuevo marco europeo, a finales de este mes de septiembre se dio a conocer que la red social había sufrido otra brecha de seguridad afectando a 50 millones de usuarios. Según las primeras explicaciones, se trataría de una vulnerabilidad en el código de la web de Facebook que afectaba a la opción "ver cómo", que permite a los usuarios comprobar la forma en la que otros usuarios ven sus perfiles.

Facebook no gana para malas noticias en 2018. Después de un 2017 marcado por su guerra contra las noticias falsas, las campañas de desinformación y la injerencia extranjera en los comicios de 2016 -destacando sobre todo las elecciones estadounidenses que ganó Donald Trump-, los últimos meses han estado llenos de sobresaltos en la empresa californiana tras conocerse el escándalo de Cambridge Analytica. Tras la gira de su líder, Mark Zuckerberg, por el Senado y el Congreso de EEUU así como por la Eurocámara pidiendo perdón y dando explicaciones de cómo se pudo permitir la recopilación ilegal de los datos personales de más de 87 millones de usuarios - casi 137.000 usuarios afectados en España-, ahora The New York Times pone otra piedra más en su camino hacia la redención con un largo reportaje dónde relata las turbias tácticas de los chicos de Menlo Park para acallar críticas durante estos últimos dos años

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