A Musk no le salen los números: el uso de Twitter disminuye un 9% y solo el 0,2% de los usuarios pagan

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Elon Musk cumplió el pasado 5 de febrero sus primeros cien días al frente de Twitter. Desde su autonombramiento como "tuitero en jefe" a finales de octubre tras entrar en las oficinas centrales de su nueva compra lavabo en mano, la red social sólo ha transmitido caos de puertas para fuera. Y ahora, más de tres meses después, ese clima parece que también se ha trasladado a sus números. Aunque oficialmente el secreto alrededor de las cifras es prácticamente total, varios medios estadounidenses han publicado en las últimas semanas datos que demuestran que no todo es oro en la nueva adquisición del hombre más rico del mundo.

Un estudio reciente publicado a finales de enero por BuzzFeed afirma que la cantidad de personas que usan Twitter en EEUU ha disminuido casi un 9% desde que Musk asumió el cargo. Esta misma semana, The Information publicó que Twitter Blue no está funcionando tan bien como quiere el empresario: solo 290.000 personas se han suscrito al nuevo servicio de pago hasta mediados de enero. Esto supone el 0,2% de los usuarios a nivel mundial

¿Por qué ha caído el uso de Twitter? Miquel Pellicer, consultor en comunicación digital en la Universitat Oberta de Catalunya (UOC), señala cuatro factores. El primero son los propios "hábitos de consumo" ya que, por ejemplo, "las nuevas generaciones no están en el loop" de esta red social. Es de sobra conocido que la generación Z vive a caballo de TikTok, Instagram, Snapchat y Be Real. 

El segundo, según detalla Pellicer, es la propia "irrupción de Musk", que ha generado una ola de escepticismo "sobre todo en EEUU con la vuelta de algunos perfiles conservadores" como el propio expresidente Donald Trump y también a una retahíla de portavoces de la ultraderecha como la congresista vinculada a QAnon, Marjorie Taylor Greene. El propio estudio de BuzzFeed, realizado por Covid States Project con una encuesta a casi 25.000 estadounidenses, apunta a que este descenso se debió principalmente por el votante demócrata que "abandonó Twitter a un ritmo más alto que independientes o republicanos". 

El tercer motivo que destaca Pellicer es "la desconfianza" en torno a Twitter por las decisiones que ha tomado el nuevo dueño. Y, por último, el cuarto, que está muy relacionado con el anterior: la red social "sigue siendo la misma" y todas las novedades que se han ido incorporando estos meses han sido vistas con "cierta indiferencia"

El ¿éxito? de las novedades de Twitter

Si algo no se le puede criticar a Musk desde su llegada a Twitter es su afán por incorporar cosas nuevas a la plataforma. Otra cosa es que estas novedades convenzan. En los últimos tres meses, los usuarios se han ido encontrando con sorpresas y nuevas políticas casi a diario. Cambios que en algunos casos terminaban siendo auténtico humo ya que desaparecían a las pocas horas. La propia tecnológica ha definido estos bandazos como "pruebas en abierto". A pesar de ello, la red social ha incorporado, por ejemplo, un nuevo sistema de verificación con más colores aparte del mítico tic azul, fotos cuadradas para los perfiles de empresas o un contador de visualizaciones para todos los usuarios

Este contador de visitas, que aparece al lado de los retuits, me gustas y respuestas, quería, en palabras del propio Musk, mostrar "cuánto más vivo está Twitter de lo que parece" ya que, según el empresario, más del 90% de los usuarios "leen, pero no tuitean, responden o dan me gusta, ya que esas son acciones públicas". Sin embargo, casi dos meses después, estos recuentos han tenido el efecto contrario. Según publica Platformer, fuentes de la red social aseguran que esta función puede estar contribuyendo a la disminución de la participación

Es más, este mismo martes, Musk reunió a un grupo de trabajadores en busca de respuestas porque había detectado que el número de visualizaciones de sus tuits se estaban derrumbando. Uno de los ingenieros ofreció como posible explicación que el interés público hacía su persona podría estar disminuyendo. La respuesta del hombre más rico del mundo fue gritarle que estaba despedido. 

Twitter Blue solo tiene 290.000 suscriptores 

Además de su preocupación por el número de visualizaciones de sus tuits y entre el abanico de inventos que se ha sacado de la chistera, una de las novedades que más bombo ha recibido ha sido la puesta en marcha del nuevo sistema de suscripciones de pago Twitter Blue. Aunque a España no ha llegado hasta principios de este mes de febrero con un plan mensual con precios más elevados que en EEUU: la versión de escritorio cuesta 8 euros, mientras que la versión móvil vale 12. Esta versión de pago da acceso a una serie de funciones que no están disponibles para el resto de usuarios. Entre ellas se encuentra la verificación de la cuenta, la edición de los tuits, el uso de imágenes NFT en el perfil o la reciente posibilidad de publicaciones de hasta 4.000 caracteres

No obstante, todas estas ventajas no han conseguido atraer a los usuarios. Según unos informes internos a los que The Information ha tenido acceso, el nuevo servicio solo tiene 290.000 suscriptores, de los cuales 180.000 son de EEUU. Esto significa que solo el 0,2% de los usuarios de Twitter están pagando por este servicio. "Son cifras muy modestas", reconoce Pellicer, sobre todo para lo que el propio Musk esperaba ya que su objetivo es "sacar beneficio y rédito a todo" por lo que "su estrategia no se está cumpliendo". 

¿Por qué no está funcionando Twitter Blue? "Las medidas no me parecen que sean para que la gente se lance masivamente a suscribirse", explica Pellicer, que admite que "el usuario medio no se plantea pagar por esto". Para este experto, la culpa no es solo de la propia red social: "Hay una saturación de suscripciones digitales y la publicidad está bajando. Es un contexto complicado ya que no es un período súper boyante para las plataformas digitales".  

¿Se implantará el modelo freemium en las redes sociales?

A pesar del relativo fracaso de Twitter con este modelo freemium, es decir, un modelo de negocio que funciona ofreciendo servicios básicos gratuitos mientras se cobra dinero por otros más avanzados o especiales, rompe con la tendencia sin coste que tenían hasta ahora las redes sociales. No obstante, la tendencia actual es la de caminar hacía este modelo mixto. Lo ha hecho la red del pájaro azul, pero también Google con YouTube Premium. Además, en el imperio Meta están trabajando en características de pago para ofrecer contenido exclusivo en Facebook, Instagram o WhatsApp. 

"El modelo premium a nivel de plataformas sociales, como el video on demand, funciona. Pero en redes sociales, sería cuestionable", sostiene Pellicer. Con respecto al freemium, este experto recuerda que en los muros de pago de los periódicos funciona "en algunos casos". "La pregunta es: ¿por qué características vas a pagar? Hay que darle valor a lo que se mete bajo pago", explica este consultor, algo que en el caso de Twitter Blue no está ocurriendo. 

Musk quería que la mitad de sus ingresos procedieran de Twitter Blue

Con estos datos de suscriptores, se calcula que la red social ingresará unos 27,8 millones de dólares al año, una cifra muy baja si se compara con los 1.140 millones de dólares que ingresó la plataforma en 2021 por publicidad. "Desde que llegó Musk, las cifras de anunciantes han bajado y esto pasa porque las marcas confían poco en Twitter por las decisiones erráticas del nuevo dueño", recuerda Pellicer. Según publicó The Information a mediados de enero, más de 500 anunciantes principales han dejado de invertir.

Además, con este número de suscripciones, también queda lejos el objetivo que marcó Musk a sus empleados: que la mitad de los ingresos de la tecnológica procedieran de Blue. Ante estos números, no es de extrañar que el hombre más rico del mundo tenga encima de la mesa otra fórmula de suscripción para sacar un rendimiento mucho más alto: que las empresas paguen 1.000 dólares al mes por mantener el nuevo tic dorado. "La situación global de Twitter puede peligrar si no se toman decisiones acertadas y no se está generando una fuerte confianza sobre su forma de ser como red social", señala Pellicer. Para este experto, la plataforma "no aparece ya como la de referencia y esto puede ser perjudicial", los usuarios "aún están masivamente en Facebook" y, de cara al futuro, "TikTok e Instagram son las que más crecen". 

Dos meses ya desde que los usuarios lo echaron como CEO

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Pero los problemas para Musk no se acaban con el contador de visualizaciones o Twitter Blue. La próxima semana, el día 19, se cumplirán dos meses desde que publicó la encuesta en la que los usuarios decidieron que no siguiera al frente de la red social. Sí, estas famosas votaciones que durante los últimos meses de 2022 parecían decidir el futuro de la compañía. Primero, se votó el regreso de Trump. Y, después, se puso a él mismo en la picota preguntando si debía renunciar como CEO. Votaron más de 17 millones y medio de usuarios. El 57,5% respondió que sí y el 42,5% dijo que no. 

¿Su reacción? Tras casi día y medio de silencio, Musk prometió que "atendería los resultados". Aunque a su manera: "Dimitiré como director general en cuanto encuentre a alguien lo bastante tonto como para aceptar el puesto". Según detalló él mismo, después limitará su labor dentro de Twitter a "dirigir los equipos de software y servidores". 

Sin embargo, dos meses después, no hay noticias sobre el posible relevo. "Musk es un personaje muy extraño y está claro que no tenía intención de dejar el cargo", apunta Pellicer.

Elon Musk cumplió el pasado 5 de febrero sus primeros cien días al frente de Twitter. Desde su autonombramiento como "tuitero en jefe" a finales de octubre tras entrar en las oficinas centrales de su nueva compra lavabo en mano, la red social sólo ha transmitido caos de puertas para fuera. Y ahora, más de tres meses después, ese clima parece que también se ha trasladado a sus números. Aunque oficialmente el secreto alrededor de las cifras es prácticamente total, varios medios estadounidenses han publicado en las últimas semanas datos que demuestran que no todo es oro en la nueva adquisición del hombre más rico del mundo.

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