El periodismo en la UE: dos periodistas asesinados en cinco meses y un deterioro "alarmante" del ambiente de trabajo

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La limitación de la libertad de prensa no es patrimonio único de los regímenes autoritarios. En la Unión Europea, a pesar de tener entre sus valores fundacionales la defensa del periodismo libre como baluarte de la democracia, se está produciendo un "alarmante" deterioro del ambiente general en el que se desenvuelven los informadores. Así lo pone de manifiesto la clasificación mundial que evalúa la situación del periodismo en 180 países y que publica anualmente la ONG Reporteros sin Fronteras (RSF) coincidiendo con el Día Mundial de la Libertad de Prensa, que se celebra el 3 de mayo. 

El barómetro de RSF contabiliza el asesinato de dos reporteros en países europeos en menos de cinco meses: en octubre de 2017 el de la maltesa Daphne Caruana, que participó en la investigación que salpicaba al Gobierno de su país en los llamados Papeles de Panamá, yel  pasado febrero el de Ján Kuciak, un periodista que estaba investigando los presuntos vínculos entre políticos y la mafia italiana en Eslovaquia, que fue asesinado junto a su pareja, M. Kusnirova. 

Este último crimen forzó la dimisión del primer ministro de Eslovaquia, el socialdemócrata Robert Fico, tras celebrarse las mayores manifestaciones en la historia desde 1989, cuando la llamado revolución de terciopelo supuso la caída del régimen comunista tras cuarenta años bajo la tutela de Moscú. 

Precisamente Fico también es señalado por RSF como uno de los jefes de Estado elegidos de forma democrática que ven a la prensa como un adversario y frente a la cual muestran abiertamente su aversión. Por ejemplo, la organización recuerda que llegó a llamar a los periodistas, contra los que solía presentar denuncias, "sucias prostitutas antieslovacas", "idiotas" y "hienas". Eslovaquia, que tenía una buena puntuación en el ranquin, retrocede en diez puntos en 2017, hasta la posición 27. 

Entre los países en los que se han multiplicado los casos de violencia verbal de líderes políticos contra la prensa, "lo que contribuye a crear un clima de hostilidad hacia los periodistas", según RSF, destacan los de Europa Central. Por ejemplo, el presidente de la República Checa, el populista y nacionalista Milos Zeman, exhibió en una rueda de prensa un fusil de asalto kalashnikov falso en el que estaba escrito: "para los periodistas". Zeman, que en alguna ocasión se ha denominado a sí mismo el Trump checo, también "bromeó" junto al presidente ruso, Vladimir Putin, con "liquidar a periodistas”, a quienes ha llamado "bastardos" y "hienas". 

De sobra conocidas son las actitudes autoritarias del primer ministro de Hungría, el ultraconservador Víktor Orbán, que ha declaró enemigo público al magnate George Soros, al que acusa de apoyar a medios de comunicación independientes que buscan "desacreditar" al país en el ámbito internacional. Tras su llegada al poder en 2010, Orbán inició una reforma legal para controlar los medios públicos, lo que los ha convertido en una maquinaria de propaganda del Gobierno. Además, maniobró para que sus aliados y amigos se hicieran con numerosos medios privados. En el último año, Hungría cayó dos puntos en el ranquin de RSF hasta el puesto 73. 

Además, con su victoria en las legislativas del 8 de abril se esfumó prácticamente toda la prensa opositora que quedaba en el país y que era propiedad del millonario Lajos Simicska, un empresario que pasó de ser uno de los aliados de Orbán a uno de sus enemigos, tal y como documentó el International Press Institute (IPI). Sus empresas de comunicación, antes muy lucrativas, estaban en pérdidas por la caída de la publicidad, así que Simicska decidió echar el cerrojo en cuanto Orbán revalidó su mandato. 

"Estas manifestaciones de odio contra los periodistas constituyen una de las peores amenazas para las democracias", indicó Christophe Deloire, secretario general de RSF. "Los dirigentes políticos que propician que se deteste al periodismo son responsables de que se cuestione la existencia de un debate público basado en una apreciación plural de los hechos y favorecen el advenimiento de una sociedad de la propaganda. Cuestionar hoy la legitimidad del periodismo es jugar con fuego", explicó, según puede leerse en la página web de la organización.

No sólo Europa CentralNo sólo 

No obstante, RSF destaca que esta "atmósfera nauseabunda" no es exclusiva de los países de Europa Central. Y recuerda que otros líderes políticos han recurrido a una retórica "no sólo desfavorable, sino peligrosa para los periodistas". Pone el ejemplo de Austria, donde el líder ultra Heinz-Christian Strache, acusó a la radiotelevisión pública de difundir noticias falsas, mentiras y propaganda a través de todos sus medios. 

También destaca el caso de España, que cae dos puntos en el ranquin hasta el puesto 31, como consecuencia del "ambiente asfixiante" que el referéndum independentistas del 1-O creó para los periodistas. "El desinhibido discurso de las autoridades catalanas hizo que aumentara el acoso en las redes sociales contra los periodistas no independentistas", remarca la ONG, que también destaca las críticas expresadas por los periodistas de TVE a la cobertura del referéndum por su "visión parcial y sesgada de los hechos".

RSF también alerta sobre la situación en Francia, donde ciertos políticos expresaron duras críticas a los periodistas durante la campaña electoral de 2017. En concreto, el informe se refiere al candidato izquierdista Jean-Luc Mélenchon, que considerándose víctima de una campaña para destruirlo orquestada por medios de comunicación a sueldo del partido de Emmanuel Macron, señaló en su blog que "el odio a los medios de comunicación y a aquellos que los animan es justo y sano". También ofreció su apoyo al líder de la derecha Laurent Wauquiez, quien a su vez habló de "mierda mediática" para calificar el trabajo de ciertos periodistas.

Aspirantes a la UE 

También inquieta a RSF la situación de Turquía, país que aspira a entrar en la UE, y que en 2017 retrocedió dos puestos, hasta el 157 de un total de 180, en el barómetro de las violaciones de la libertad de prensa. La organización define a ese país como "la mayor prisión del mundo para los profesionales de los medios de comunicación", pues decenas de periodistas que estaban encarcelados desde hace más de un año por, supuestamente, haber participado en el golpe de Estado de julio de 2016, empezaron a ser juzgados en 2017 con condenas que, en algunos casos, son incluso de cadena perpetua. 

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Además, la ONG recuerda que el estado de emergencia que está en vigor desde hace cerca de dos años ha permitido a las autoridades acabar con el pluralismo que quedaba, abriendo el camino para que el presidente Recep Tayyip Erdogan realizara una reforma constitucional que marca su control absoluto del país. El International Press Institute (IPI) también ha criticado la "preocupante falta de respeto" por la libertad de los medios de comunicación y la democracia en ese país. 

La situación para los periodistas tampoco es favorable en otro candidato a entrar en la UE, Serbia, que cayó diez puntos hasta el lugar 76 de la lista de RSF en 2017. La ONG asegura que en ese país el ambiente se ha vuelto "más tenso" para la prensa desde la elección del conservador Aleksandar Vucic como presidente. Vucic, un europeísta de pasado nacionalista radical, utiliza los medios para intimidar a los periodistas y a menudo emplea términos como "traición" y "espías a sueldo del extranjero" para referirse a ellos. 

En otro de los aspirantes a entrar en el espacio comunitario, Albania, su presidente, el socialista Edi Rama, llamó el otoño pasado a los periodistas "ignorantes", "charlatanes", "veneno" y "enemigos públicos". Este país ocupa el puesto 75 del listado de RSF. Sobre estos comentarios, el IPI señaló que socavan el papel que desempeñan los medios de comunicación en el apoyo al debate democrático y que, además, muestran ante la población que es "aceptable" el comportamiento agresivo contra la prensa. 

La limitación de la libertad de prensa no es patrimonio único de los regímenes autoritarios. En la Unión Europea, a pesar de tener entre sus valores fundacionales la defensa del periodismo libre como baluarte de la democracia, se está produciendo un "alarmante" deterioro del ambiente general en el que se desenvuelven los informadores. Así lo pone de manifiesto la clasificación mundial que evalúa la situación del periodismo en 180 países y que publica anualmente la ONG Reporteros sin Fronteras (RSF) coincidiendo con el Día Mundial de la Libertad de Prensa, que se celebra el 3 de mayo. 

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