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Prepublicación

La Internacional del odio

Portada de 'La internacional del odio' (Editorial Icaria), de Juan Joseé Tamayo.

Con el crecimiento de los populismos, a partir de la crisis económica que se inicia en 2008, se ha producido un fenómeno político a nivel mundial, que ha exacerbado entre la población actitudes defensivas nacionalistas, excluyentes, antisolidarias, individualistas, propiciadas por las organizaciones de derecha extrema. En algunos países estas organizaciones se han vinculado fuertemente a movimientos religiosos, Brasil, EE UU, Polonia, Hungría…

La Internacional del odio. ¿Cómo se construye? ¿Cómo se deconstruye? (editado por Icaria) ofrece un riguroso análisis de la nueva relación entre religión y política en América Latina, Estados Unidos y Europa. La alianza entre la extrema derecha política y los movimientos cristianos fundamentalistas ha dado lugar al nacimiento de una nueva religión, la Internacional cristoneofascista, que se alimenta del odio, crece y disfruta con él, lo fomenta entre sus seguidores y lo inocula en la ciudadanía. Una correlación de fuerzas que está cambiando el mapa político y religioso.

infoLibre publica la introducción del nuevo ensayo de Juan Jose Tamayo, escritor, colaborador de este diario y director de la Cátedra de teología y ciencias de las Religiones de la Universidad Carlos III de Madrid.

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Introducción: Brasil, epicentro del cristoneofascismo

El origen de este libro tiene una ubicación muy concreta, Brasil, quizá la más adecuada por ser este país el epicentro del cristoneofascismo y el lugar más emblemático de la extrema derecha de Dios. Tiene una fecha muy definida: agosto de 2019, durante el encarcelamiento de Lula por orden del juez Sergio Moro, entonces ministro de Justicia de Bolsonaro. El doctor Alex Villas Boas, entonces director del Departamento de Ciencias de la Religión de la Pontificia Universidad Católica de Paraná (PUCPR), en Curitiba, me invitó a impartir un curso sobre “Epistemologías y teologías del Sur: decolonialidad y prácticas emancipatorias”, con motivo de la publicación de mi libro Teologías del Sur. El giro descolonizador[1]. También fui invitado en los programas de Post-Grado de la Facultad Jesuita de Filosofía y Teología (FAJE) y de la PUC, ambas de Belo Horizonte, y PUC-Campinas.

  1. Las Ciencias de las Religiones y la Teología

Lo primero que me sorprendió gratamente durante mi estancia en Brasil fue la existencia de Institutos de Post-grado en Ciencias de la Religión en la mayoría de las PUC’s de Brasil con un profesorado especializado en las diferentes disciplinas dedicadas a dicho estudio: filosofía de la religión, fenomenología de la religión, sociología de la religión, psicología de la religión, historia de las religiones, antropología de la religión, pedagogía de las religiones, literatura y religión, derechos humanos y religión, teología de las religiones, etc.

En los encuentros con el profesorado comprobé su interés por promover las investigaciones sobre teología y ciencias de las religiones en diálogo, superando el aislamiento de una y otra, así como la pervivencia del discurso todavía colonial de ambas, y desarrollar un tratamiento interdisciplinar y decolonial. La teología no agota la reflexión sobre Dios, ni el estudio de las religiones en general o de cada una en particular.

Coincido con el teólogo francés Jacques Pohier en que la teología es un saber parcial sobre un objeto parcial” y en que “el conocimiento de Dios es… algo fragmentario, aleatorio y limitado…, no porque Dios no sea el infinito, sino porque yo soy finito”. Hoy –sigue afirmando- “no puedo concebir la teología como esas extraordinarias catedrales del saber sobre Dios, donde la inteligencia avanzaba en el conocimiento del misterio divino con la intrepidez de una epistemología pseudo-aristotélica o con el aplomo de un Cayetano, un Juan de Santo Tomás o un Maritain. No me siento a gusto, por otra parte, con las pretensiones -también exorbitadas a fin de cuentas- de las teologías de la historia de la salvación, convencidas de que puedan dominar y abarcar toda la realidad de la historia tan fácilmente como las teologías ‘metafísicas’ de antaño creían captar el ser y todas sus modalidades”[2].

Esa fue la comprensión de la teología que transmití al alumnado: una teología abierta al diálogo y aprendizaje de otras disciplinas. La asistencia a los cursos fue muy numerosa, llegando a tener en algunas conferencias más de doscientos alumnos y alumnas de las diferentes graduaciones (filosofía, teología, ciencias de la religión, historia, sociología, etc.). La motivación fue muy intensa y la participación, coral. Juntos aprendimos y enseñamos, desaprendimos y reaprendíamos, ya que el alumnado demostró una extraordinaria madurez y una gran capacidad de diálogo.

Los cursos contaron con un alumnado mayoritariamente laico, fenómeno nuevo en el campo de los estudios y la docencia de la teología y las ciencias de las religiones. Con ello se está logrando desvincular ambas disciplinas de la sola formación sacerdotal y liberarlas de su estatuto clerical. La religión se encuentra segura en manos de los filósofos, decía Nietzsche. Y decía bien. Sin embargo, cuando sale del campo de la filosofía y pasa a manos de “los profesionales de lo sagrado” hay que echarse a temblar.

  1. Teologías del Sur global

Las teologías del Sur global son teologías emergentes, contra-hegemónicas y creadoras de discursos alternativos que suponen importantes desplazamientos: del centro a la periferia y del norte global al sur global, del discurso teológico colonial-eurocéntrico a la teología decolonial, de la teología patriarcal a la teología fraterno-sororal, del universo religioso al pluriverso de las religiones, etc.

Las teologías del Sur intentan responder a los diferentes sistemas de dominación que se ciernen sobre el sur global: colonialismo, patriarcado, capitalismo, xenofobia, aporofobia, racismo epistemológico, fundamentalismos, supremacismo, depredación de la naturaleza por mor del modelo científico de desarrollo de la modernidad, asedio de la democracia por el Mercado, etc.

Critican las epistemologías y metodologías occidentales, que dan prioridad absoluta a la ciencia como conocimiento riguroso, reconocen solo la temporalidad lineal, defienden la neutralidad social y política como condición de objetividad y excluyen las prácticas emancipatorias del horizonte del conocimiento. Cuestionan las religiones hegemónicas por ser agentes fundamentales del colonialismo, eliminar el pluriverso cultural y religioso y la biodiversidad. Rechazan la definición cristiano-céntrica de religión, así como las tipologías imperialistas que distinguen entre religiones universales y locales, y el monoteísmo impuesto a los pueblos originarios.

Las teologías del Sur global elaboran un paradigma descolonizador centrado en nuevas categorías propias de las tradiciones filosóficas y culturales de los pueblos originarios[3]:

Pachamama (Madre Tierra): la Tierra no se entiende como mero recurso natural depredable, sino como fuente de vida, a la que se reconocen dignidad y derechos humanos inalienables.

Sumak Kawsay (Buen Vivir), de las comunidades quechuas, y Sumak Kamaña (Buen Convivir), de las comunidades aimaras: es una cosmovisión que consiste en vivir y convivir en armonía con la naturaleza, con el cosmos, con los miembros de la comunidad, con uno mismo.

Chachawarmi: es una noción igualitaria y complementaria de relación entre los sexos, clave en las luchas de liberación de las mujeres indígenas en algunos países de Amerindia.

Swaraj: concepto utilizado por Gandhi que enfatiza la búsqueda de la autodeterminación profunda, que va más allá de la independencia política.

Ahimsa, es un concepto muy presente en los textos hindúes, que Gandhi convierte en el principio fundamental de la resistencia como lucha activa no-violenta.

Ubuntu, categoría fundamental del pensamiento africano bantú, cuyo principio es “Yo solo soy si tú también eres”. Destaca dos aspectos del ser humano: como comunidad y como unidad indivisible.

He hecho una detallada descripción del contexto en que ha surgido este libro porque ayuda a tener una idea más precisa de su orientación decolonial frente al proceso de recolonización del gobierno de Bolsonaro que se caracteriza por la negación de los derechos de las comunidades indígenas y afrodescendientes y la apropiación de su territorio y desemboca en odio contra ellas.

  1. Ah, ¿pero Bolsonaro es teólogo?

En la clase de Post-grado de Ciencias de la Religión de la PUC de Curitiba, hablando del apoyo de un importante sector de los evangélicos brasileños a Bolsonaro, un estudiante comentó: “En la Iglesia nos prohíben hablar de política y Bolsonaro hace teología”. “Ah, ¿Bolsonaro es teólogo?”, pregunté. “No, nunca estudió teología, pero está constantemente hablando de Dios y citando –manipulando, mejor- la Biblia”, leída de manera fundamentalista para legitimar su política homófoba, machista, anti-indígena, anti-afrodescendiente, anti-ecológica y ultra-liberal. “Ya entiendo- respondí ratificando sus palabras-. Entonces es un teólogo cristo-neofascista, que tiene secuestrada la Biblia y ha puesto a Dios a su servicio.

Mi comentario provocó el asentimiento de la clase con claras muestras de rechazo hacia el presidente, a su política autoritaria y restrictiva de las libertades individuales y civiles, a su actitud antiecológica y a su teísmo político. El rechazo era generalizado entre la ciudadanía, como pude comprobar en mi participación en las manifestaciones producidas durante mi estancia en Brasil. Pero no es solo teólogo del cristo-neofascismo, continué, sino su más importante predicador en Brasil y en el mundo, en alianza con los sectores evangélicos fundamentalistas, con Trump, con los partidos políticos de la extrema derecha y con los gobernantes europeos xenófobos.

  1. Visita al campamento “Lula libre”

Fue entonces cuando empecé la redacción de este libro, que se vio motivada por otras dos experiencias vividas esos días en Curitiba. La primera fue mi visita a la sede de la Policía Federal donde estaba preso el expresidente Lula. Desde antes de mi viaje a Brasil mostré mi interés por visitarlo. El profesor Alex Villas-Bôas se puso en contacto con los compañeros del Partido de los Trabajadores para gestionar la visita.

No me fue posible encontrarme con Lula por la restricción del horario de visitas. Pero no me di por vencido y conseguí llegar hasta la sede de la Policía Federal de Curitiba acompañado por Ana Beatriz, doctoranda en teología de la liberación, Marcio Fernandes, profesor de teología de la PUC de Paraná, y Antonio Manuel, profesor de literatura de la Universidad portuguesa de Aveiro.

Juntos visitamos el campamento “Lula Libre”, que se encontraba apenas a doscientos metros de la celda de Lula, de quince metros cuadrados, para cumplir una pena de 12 años y un día. Se instaló el mismo día que Lula fue apresado con el propósito de expresarle la solidaridad permanente durante el tiempo que durara el encarcelamiento. Cuando llegamos nosotros se cumplían 490 días de prisión. Fuimos acogidos con gran cordialidad y pudimos conversar con las personas allí acampadas. La compañera que nos recibió fue contundente en torno a las razones del mantenimiento de la prisión de Lula: “A Lula no le van a poner en libertad porque el día que lo hagan caerá el gobierno de Bolsonaro”.

Por eso, nos dijo, prestigiosos juristas brasileños y un sector importante de la ciudadanía exigían la anulación de los juicios que condenaron a Lula, su inmediata liberación y el pleno reconocimiento de su inocencia. El juicio del entonces juez Sergio Moro –hoy ministro de Justicia en el Gobierno de Bolsonaro- contra Lula fue una farsa y un cambalache, peor aún, un contubernio, calificado como el mayor fraude judicial de la historia de Brasil.

Moro detuvo a Lula, lo condenó y encarceló para impedirle ser candidato en las elecciones de 2018 cuando las encuestas le daban como posible ganador. Se incumplieron las más mínimas garantías legales y constitucionales. Noam Chomsky calificó a Lula como “el preso político más importante del mundo” y comparó su prisión con la del filósofo comunista italiano Antonio Gramsci. Excelente y muy certera comparación.

  1. Marcha de las mujeres indígenas

La segunda experiencia que coincidió con mi estancia en Brasil fue la primera marcha de las mujeres indígenas bajo el lema “Territorio: nuestro cuerpo, nuestro espíritu”, que convocó a varios miles de mujeres procedentes de diferentes pueblos indígenas que confluyeron en Brasilia el 17 de agosto de 2019. Los objetivos de la marcha fueron: denunciar la política de Bolsonaro, que está poniendo en riesgo la supervivencia de los pueblos indígenas, luchar contra el etnocidio, visibilizar las reivindicaciones indígenas y fortalecer el liderazgo de las mujeres indígenas.

En mis diálogos con el profesorado, alumnado e importantes analistas políticos tuve la oportunidad de conocer de cerca la calamitosa situación de Brasil durante los escasos ocho meses de presidencia de Bolsonaro, especialmente en materia de seguridad con un fuerte nivel de represión, de educación con numerosos recortes y de ecología con una grave degradación de la Amazonía. Participé en manifestaciones contra su política social y educativa. Oí a los propios ciudadanos llamar a Brasil el país de las tres “B’s”: Bala, por el fomento de la cultura de la autodefensa y el derecho a portar armas, Buey, por el fomento del agro-negocio, y Biblia, la tres en complicidad, con la Biblia como instrumento legitimador del incremento de la violencia institucional, del extractivismo y del racismo contra la población negra y las comunidades indígenas.

  1. Itinerario a seguir

Al volver a España y seguir la información sobre la política internacional comprobé que cristo-neofascista no era solo Bolsonaro ni el cristo-neofascismo era un fenómeno puramente brasileño, que contaba con el apoyo de importantes sectores evangélicos y católicos contrarios a la teología de la liberación. Se trata de un fenómeno mundial con efectos políticos, económicos, culturales, ecológicos y religiosos devastadores, que estaba transformando negativamente el mapa político y religioso con peligro de convertir el mundo en un coloso en llamas.

En ese momento amplié el horizonte local del libro y le di carácter global. La hoja de ruta es la siguiente. Primero, hago una descripción de lo que llamo la “Internacional cristo-neofascista” al asalto del poder con la Biblia en la mano a través de un recorrido por España, Italia, Estados Unidos y algunos países de América Latina: Costa Rica, Colombia, El Salvador, Bolivia, Nicaragua y Brasil. A Brasil le dedico un capítulo especial.

A continuación hago un recorrido por algunas de las principales manifestaciones en las que desembocan los discursos de odio: contra la teoría de género, el LGTBIQ, las personas y los colectivos migrantes y refugiados, las personas y los colectivos en defensa de la tierra, el cambio climático provocado por el modelo de desarrollo científico técnico depredador de la naturaleza, las personas y las comunidades musulmanas, cuyo odio desemboca en islamofobia irracional e infundada y termina matando, y el laicismo, que se traduce en la configuración confesional de la sociedad y la imposición de unos valores religiosos que con frecuencia son contrarios al espíritu originario de las religiones.

En un tercer momento analizo cómo se construyen los discursos y las prácticas de odio y cuáles son los mecanismos para su expansión y desarrollo. Me han servido de guía dos textos muy iluminadores en el tema. El primero es la conferencia que pronunciara el filósofo de la Escuela de Frankfurt Theodor Adorno en 1967 sobre el ascenso del Partido Nacional Democrático Alemán con el título Rasgos del nuevo radicalismo de la derecha, que hoy conserva toda su actualidad[4]. El segundo es el libro del escritor, poeta y filósofo pacifista alemán Günther Anders La obsolescencia del odio[5].

Posteriormente hago una serie de propuestas para deconstruir el discurso y las prácticas de odio. He tenido como referencia fundamental el libro de la filósofa alemana Carolin Emcke Contra el odio, para quien “el odio no es una expresión de un sentimiento individual, no es espontáneo, es fabricado y requiere un cierto marco ideológico” que se cultiva social y culturalmente a través de la (mala) educación, los medios de comunicación, el entorno familiar, etc.[6].

El libro se completa con algunas alternativas a dichos discursos y prácticas de odio. Una es el retorno de los otros, de las otras, y el encuentro con los otros, con las otras, como respuesta al racismo y la xenofobia. Otra es la tolerancia en sus perspectivas religiosa y humanista, entendida no como un simple soportar o aguantar al otro, a la otra, sino como reconocimiento del otro, de la otra, como iguales y diferentes, y respeto al pluriverso religioso, cultural y étnico en respuesta a los fundamentalismos.

La tercera es el liderazgo y empoderamiento de las mujeres como respuesta a la discriminación patriarcal que sufren en la sociedad y muy especialmente en las religiones por mor de los diferentes patriarcados: político, religioso, cultural, que operan en complicidad y alianza. La cuarta es el laicismo como respuesta a la tendencia a considerar la religión como única guía moral, elemento fundamental de la identidad cultural y principio que ha de configurar la vida política, económica y social.

Agradecimientos

Entre los agradecimientos empiezo por la web Religion Digital, una de las importantes y más visitadas de información religiosa del mundo, que personalizo en el director José Manuel Vidal, el redactor-jefe Jesús Bastante, la colaboradora Lucía López Álvarez y el colaborador Cameron Doody. No pocas de las informaciones de estas páginas se inspiran en ella. Algunos de los textos del libro fueron publicados en Religión Digital, donde se encuentra mi blog. Agradezco igualmente a la web amerindiaenlared.org, de la organización latinoamericana Amerindia, que agrupa a teólogas, teólogos y colectivos cristianos de América Latina que se mueven en el horizonte de la teología de la liberación. Desde 2017 tengo en ella mi blog, compartido con Religión Digital, donde publico mis artículos semanales, algunos de los cuales, reelaborados, he incorporado a este libro.

Mi agradecimiento se extiende a personas amigas que han revisado el texto, me han facilitado importantes informaciones y han hecho valiosas reflexiones que han enriquecido el contenido del libro: Edgard Beltrán en el capítulo dedicado a Estados Unidos; Nivia Ivette de la Paz, Agenor Brighenti y Sinivaldo Tavares en el de Brasil; Loida Sardiñas y Abilio Peña en el dedicado a Colombia; Michelle Najlis y José Argüello Lacayo en el de Nicaragua. En el capítulo sobre El Salvador he contado con la colaboración del politólogo Pablo Benítez, de Leonel Herrera, director de la Asociación de Radiodifusión Participativa (ARPAS), de Francisco Valencia, director del diario “Colatino”, de Juan José Dalton, director del diario digital “Contrapunto” por las rigurosas informaciones que me han proporcionado sobre El Salvador, y de Andreas Hugentoffler, coordinador del colectivo Generación Romero. Los artículos de Leonardo Boff y Frei Betto me han ayudado a tener un mejor conocimiento del cristo-neofascismo en Brasil y me han ofrecidos claves hermenéuticas para la comprensión de dicho fenómeno.

Entre los reconocimientos quiero hacer mención especial del profesor Alex Villas-Bôas, director del Instituto de Ciencias de la Religión en la Pontificia Universidad Católica de Paraná (PUC-PR), con sede en Curitiba, hasta 2019 y actualmente investigador de la Universidad Católica de Portugal, quien me invitó a impartir un curso de doctorado. Mención que extiendo al alumnado que participó en el curso de manera coral con intervenciones muy clarificadoras. Fue precisamente en Curitiba donde surgió la idea de escribir este libro.

Recuerdo con especial gratitud al teólogo claretiano Marcio Fernandes, que me acogió generosamente en su casa y me invitó a impartir una conferencia sobre la teo-poética de la liberación del obispo, místico, profeta y poeta Pedro Casaldáliga, fallecido el 8 de agosto de 2020 en Brasil. Con él compartí numerosas conversaciones muy enriquecedoras.

Mi agradecimiento se dirige a la PUC-Minas Gerais en la persona del profesor Roberlei Parasiewicz y a la PUC-Campinas con un recuerdo especial para la profesora Ceci M. C. Baptista Mariani y los profesores Renato Kichner, Douglas Barros y José Antônio Boareto, por su invitación, acompañamiento y su generosa acogida. En ambas universidades impartí varias conferencias sobre el fenómeno de los fundamentalismos.

Expreso mi agradecimiento a la Editorial Icaria. El libro no hubiera sido posible sin el encuentro con su directora y amiga Anna Monjo en Barcelona en febrero de este año, poco antes de declararse el estado de alarma, donde surgió la primera idea de escribirlo y por su parte de publicarlo. Desde entonces hemos estado en permanente comunicación, que estoy seguro continuará. Los errores que puedan encontrar las personas que lean el libro son de mi exclusiva responsabilidad.

30 de septiembre de 2020

Utopía-Cadalso de los Vidrios-Madrid

[1] Juan José Tamayo, Teologías del Sur. El giro descolonizador, Editorial Trotta, Madrid, 2020, 2ª ed.

[2] Jacques-Marie Pohier, “Teología y psicoanálisis”: Concilium 135 (1978), 226-227.

[3] Para un desarrollo más amplio de estas categorías, cf. Boaventura de Sousa Santos, El fin del imperio cognitivo, Trotta, Madrid, 2019.

[4] Theodor W. Adorno, Rasgos del nuevo radicalismo de derecha, Taurus, Madrid, 2020.

[5] Günther Anders, La obsolescencia del odio, introducción de María Carolina Maomed Parraguez, traducción de María Carolina Maomed Parraguez y Virginia Modefferi PRE-TEXTOS, Valencia, 2019.

[6] Carolin Emcke, Contra el odio, Taurus, Madrid, 2020, 2ª ed. La cita de Emcke es de la entrevista que la periodista Ana Carbajosa le hizo en el diario El País, 24 de mayo de 2017: “Carolin Emcke: Ahora la gente exhibe con orgullo su rechazo a los extranjeros”.

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