La marea blanca vuelve a las calles

Los recortes que ha sufrido la sanidad pública desde el inicio de la crisis ha sacado a los profesionales de la salud a las calles en numerosas ocasiones. Constituyen la bautizada como marea blanca, que este miércoles vuelve a movilizarse de manos de los médicos. Quieren recuperar "los derechos perdidos" durante los últimos años, especialmente el poder adquisitivo, que cayó entre un 25% y un 30%, según los cálculos de los sindicatos.

Por ello, los médicos protestarán a las puertas del Ministerio de Sanidad, al que le exigen la reversión de su situación. A las 12.00 horas, los trabajadores partirán hacia la Plaza de las Cortes, donde leerán un manifiesto y entregarán una lista con sus reivindicaciones a los portavoces sanitarios de los distintos partidos. La protesta, convocada por la Confederación Estatal de Sindicatos Médicos (CESM), cuenta con el apoyo de las organizaciones que conforman el Foro de la Profesión Médica: colegios médicos (OMC), sociedades científicas (FACME), Consejo Estatal de Estudiantes de Medicina, Conferencia de Decanos y Comisión Nacional de Especialidades Médicas. 

Los médicos han detallado que la principal demanda es económica. "Los facultativos han perdido entre un 25% y un 30% de poder adquisitivo desde que el Gobierno presidido por Rodríguez Zapatero comenzó recortando el salario base, antigüedad y pagas extras en torno a un 9% en 2010", denuncia Francisco Miralles, secretario general de la CESM y portavoz del Foro de la Profesión, a través de un comunicado. Pero esto no es todo. Los cambios en la jornada laboral y los recortes que, además de a sus retribuciones, han afectado al sistema sanitario público son otros motivos por los cuales los facultativos salen este miércoles a las calles. "Nosotros no somos culpables de la crisis económica, los pacientes tampoco, pero ambos la sufrimos en primer plano con las políticas de recortes desmedidos", critica la Asociación de Facultativos Especialistas de Madrid (AFEM) a través de un comunicado. "Han conseguido inundar los centros sanitarios, tirar sus techos y llenar los quirófanos de cucarachas. Nos han insultado, nos han cargado la culpa de su nefasta gestión y han conseguido nuestra más sincera desconfianza", denuncian. 

 

Según critican, todas estas medidas se tomaron en un momento en el que país se encontraba al borde del precipicio económico y ahora, con una recuperación económica anunciada y presumida por el Ejecutivo, no ven ningún tipo de cambio. Por ello lo estuvieron avisando desde finales de 2017. La conflictividad y los oídos sordos que hasta ahora se han hecho a las demandas de los profesionales sanitarios amenazaban con movilizaciones para el primer trimestre de este año. Y hasta con una huelga. De momento, este miércoles, tan solo Madrid y Murcia realizarán paros, aunque no se descarta uno en el futuro a nivel nacional. 

Por la jornada de 35 horas y el reconocimiento de la carrera profesional

Además del aspecto retributivo, los profesionales de la salud se movilizan este miércoles contra el desmantelamiento generalizado de la sanidad pública. Los recortes que comenzaron con la crisis económica, de la que ahora se presume la recuperación, no se han revertido. Y afectan tanto a los profesionales como a los pacientes.

Julián Ezquerra, secretario general de Amyts, el sindicado médico de la Comunidad de Madrid, explica que los motivos que han llevado a organizar esta manifestación afectan a todas las Comunidades Autónomas. "Hemos perdido casi un 30% de poder adquisitivo", denuncia, a la vez que critica duramente el acuerdo al que llegaron los sindicatos UGT, CCOO y CSIF con Hacienda hasta el año 2020. En concreto, considera injusto que, después de haber sido el grupo de funcionarios con un mayor recorte salarial, se haya pactado una subida lineal en los mismos términos para todos los empleados públicos. "Nos deja completamente al margen porque no permite que nos recuperemos", lamenta Ezquerra. 

Las organizaciones sindicales también incluyen en sus reivindicaciones la recuperación de la jornada laboral de 35 horas semanales, que fue establecida para los funcionarios en 1999 y suspendida hace cinco años por decisión del Gobierno central por razones de estabilidad presupuestaria. Ahora, según explica Ezquerra, hay algunas comunidades que sí lo aplican, pero la decisión es autonómica. "Es algo que nos quitaron por decreto pero no nos lo devuelven de la misma manera", afirma. 

Por otro lado, los facultativos quieren poner también el acento sobre la cuestión de los complementos salariales por la carrera profesional, que puede suponer hasta 14.000 euros anuales más para los profesionales, pero cuyo reconocimiento sigue paralizado en cinco autonomías. Además, otras nueve comunidades vetan que los interinos tengan acceso a ellos. "No se llegó a aplicar nunca a nivel estatal y cada comunidad hizo una cosa diferente. Queremos que todos estemos en plena igualdad y se reconozca la antigüedad de todos nosotros", explica Ezquerra. 

La precariedad es otro de los aspectos donde los profesionales quieren centrar sus reivindicaciones. A juicio de Ezquerra, esta es "alarmante". "Tal y como están ahora las cosas, el sistema es insostenible", denuncia. Por ello, desde los sindicatos solicitan que, "al menos cada dos años" se celebren oposiciones. "En Madrid, por ejemplo, hay muchas especialidades para las que no salen nuevas plazas desde 2001", denuncia. 

Los estudiantes de Medicina, que estarán representados en la protesta de este miércoles, también explican sus motivos para salir a las calles. Según Ezquerra, las plazas de Médico Interno Residente (MIR) no equivalen a la cantidad de alumnos que se titulan, por lo que se ven "abocados a no ejercer la medicina después de haber superado una carrera muy larga y costosa". 

 

Madrid y Murcia, también a la huelga

Además de acudir a la manifestación convocada para este miércoles y suscribir las demandas que la han motivado, los facultativos madrileños y murcianos están llamados a un paro de 24 horas. Los motivos son muy variados. Por un lado, Ezquerra denuncia que, desde 2012, se prohibiera a los médicos de la comunidad realizar la jornada de 37 horas y media. "Estaba pensada para trabajar más, pero como la Comunidad tenía que gastar más dinero, no nos dejaron", denuncia. 

Los problemas en torno a la falta de reconocimiento de la carrera profesional adquieren, en Madrid, otro tinte que, a juicio de los sindicatos, aumenta los motivos que justifican la convocatoria de paro. "El reconocimiento solo se aplica a los trabajadores fijos, pero hay un 40% de profesionales que no tienen este tipo de contrato porque hay algunas especialidades sin oposiciones desde el año 2001", critica, y recuerda, en este sentido, que la Unión Europea prohibió la discriminación de los trabajadores por tipo de contrato. 

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Por otro lado, "hay un total de 5.000 residentes sin convenio, sin unas reglas del juego marcadas", denuncia Ezquerra, que pide también "acabar con la sobrecarga asistencial". "No puede ser que no haya camas suficientes o que una persona vaya a urgencias y esté esperando 6 horas para ser atendido. No puede ser que no haya manos suficientes para hacer frente a todo el trabajo que hay", denuncia.

En este sentido, la consultora sueca Health Consumer Powerhouse sacó los colores a los servicios sanitarios públicos de España. En el documento, la organización concluyó que la "verdadera excelencia" en la asistencia sanitaria en España depende "demasiado" de la capacidad de los pacientes para costearse cuidados privados como complemento a la sanidad pública. Según los últimos datos del Ministerio de Sanidad, correspondientes a junio de 2017, los ciudadanos residentes en España tienen que aguardar, de media, 104 días para operarse en la sanidad pública, 21 días más que un año antes. Además, 1,9 millones de pacientes esperan por una primera visita, con oftalmología y traumatología como las especialidades con más atasco.

Con este escenario, los sindicatos esperan que sus reivindicaciones sean escuchadas por los partidos políticos, que les recibirán este miércoles en el Congreso de los Diputados y con los que se encuentran en "permanente contacto". "Las charlas son fluidas, el problema es que, a veces, no cuajan en soluciones", lamenta Ezquerra.