Aviso a navegantes

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Ojo al aviso que han lanzado las grandes empresas alemanas. Empresas que operan en todo el mundo, consorcios empresariales de primer nivel como Bayer, Mercedes Benz, Volkswagen, Siemens, Bosch o el Deustche Bank. Una larga lista que se completa con 30 grandes nombres. Han alertado del riesgo del auge de formaciones de extrema derecha. Dicen que pone en peligro la prosperidad del país y de Europa y que generan inestabilidad económica.

El aviso es para todos. Y el aviso no puede ser más claro: el crecimiento de partidos que se declaran abiertamente xenófobos es malo para los bolsillos de todos, dicen. De todos. No sólo de sus empresas, sino del país.

La carta abierta que han hecho pública es un gesto insólito en Europa y que marca un punto de inflexión. Alemania hace tiempo que está viendo cómo partidos de extrema derecha van ganando votos en zonas de Dresde y de otras partes del país, cómo jóvenes que beben de los principios nazis no se esconden, al revés. Los ataques a políticos se han repetido en las últimas semanas, ataques muy violentos en algunos casos.

Que las grandes corporaciones económicas se mojen con esto debería ser un aviso para todos los que coquetean con la idea de “perdonar” políticamente mensajes de odio como los que vemos y escuchamos cada día. Esta misma semana contábamos los mensajes que ha colgado en sus redes la concejala de Vox en el Ayuntamiento de Valencia. Mensajes en los que dice que “el moro nos está invadiendo”, “tanta reconquista para acabar pagándoles la invasión” (refiriéndose a los moros), “ojalá un Putin a la española”, “expulsión ya de inmigrantes”... Si dejamos pasar esto, lo siguiente será peor. No vendrá en forma de texto colgado en una red social. Y lo sabemos.

Que las grandes corporaciones económicas se mojen con esto debería ser un aviso para todos los que coquetean con la idea de “perdonar” políticamente mensajes de odio como los que vemos y escuchamos cada día

Llevamos demasiado tiempo aceptando en el discurso político posiciones que son abiertamente antidemocráticas. En Alemania, donde no quieren olvidar su pasado, no se lo pueden permitir, han sido las empresas las que han querido dar este paso adelante.

Han recordado que sin los inmigrantes la economía no será próspera. Falta mano de obra. Y lo saben. En su comunicado admiten que sin inmigración no se podrá avanzar, hablan de una Europa cada vez más envejecida. Y piden unidad, piden que se abrace la “diversidad, la apertura y la tolerancia”. Para reflexionar. Hablan de valores, de valores nacionales y europeos.

Espero que a quienes siguen manejándose en esa línea tibia, a quienes les puede, quizás, la tentación de asumir ese tipo de mensajes políticos como normales o incluso propios por un cálculo electoralista, tomen nota de este comunicado.

Si al menos en lo político no ven el peligro, que lo vean en lo económico. Lo dicen los empresarios, los grandes empresarios de este continente. Sin ellos, la economía de Europa no será próspera. Terminan su comunicado pidiendo unidad contra el populismo y el odio. Esa apertura y esa unidad a la que apelan en su escrito, dicen, es la base de nuestra prosperidad, la de todos, la de sus empresas y la nuestra también. 

Ojo al aviso que han lanzado las grandes empresas alemanas. Empresas que operan en todo el mundo, consorcios empresariales de primer nivel como Bayer, Mercedes Benz, Volkswagen, Siemens, Bosch o el Deustche Bank. Una larga lista que se completa con 30 grandes nombres. Han alertado del riesgo del auge de formaciones de extrema derecha. Dicen que pone en peligro la prosperidad del país y de Europa y que generan inestabilidad económica.

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