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¿Europa ciudadana?

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Jesús Garrido

El concepto de ciudadanía como tal es imposible aplicarlo hoy a los residentes de la llamada Unión Europea por varias cuestiones, especialmente por aquellas que van ligadas a la igualdad social, se puede decir que la “ciudadanía europea” lo es en relación a que usan la misma moneda, como si fueran clientes de un negocio, pero los derechos y obligaciones del conjunto de dicha ciudadanía parten de la desigualdad que entre si tienen los propios Estados miembros y por lo tanto sus sociedades.

Queda poco del concepto ciudadanía europea, es difícil sentirse un hijo más de Hipnos en la Europa actual cuando la realidad del día a día te despierta bruscamente con un golpe seco del Mjolnir que porta el autoritarismo de los herederos de Smith y Locke.

De la ciudadanía europea queda lo que quedó en papel, la práctica ha sido otra, la clase trabajadora como siempre ha hecho el esfuerzo que siempre se le reclama, lo inversamente proporcional que se le reclama desde los gobiernos a los lobbies de poder económicos.

Si un Gobierno te dice que hagas algo por tu bien y por el de tu familia, sin duda te está pidiendo que cedas poder económico y por lo tanto derechos, por mucho que Circe nos prevenga, las sirenas seguirán cantando.

Europa continúa cimentándose sobre la economía del mercadeo, no sobre la economía social. Continúa su construcción sobre una moneda, no sobre un modelo social. El libre albedrío de sus estados lo hace imposible, el ejemplo más claro lo tenemos en que no haya un salario mínimo interprofesional para toda la Unión Europea, el contrapeso ideológico de izquierda que debería defenderlo se encuentra en dispersión.

No solo ha sido la ciudadanía griega a la que se ha llevado al vapuleo más absoluto desde la Comisión Europea, Merkel –que por sí sola es otra institución–, el FMI, el BCE, la socialdemocracia e incluso por sus propios gobiernos. Recordemos que la española fue ignorada para la aprobación del artículo 135 de nuestra constitución.

En cuanto a Grecia y su futuro, no tengo dudas que, independientemente de su deuda, no se permitirá su salida de Europa ni del euro por dos cuestiones fundamentales: en primer lugar porque aún tienen patrimonio y soberanía que vender y ceder; y en segundo porque el mercadeo que nos viene con el TTIP no se puede permitir la pérdida de más de 11 millones de clientes. Poderoso caballero es Don Dinero.

Aristófanes vuelve a dar voz a la democracia burlada y Sofista toma de nuevo la palabra en Las Asambleístas para decirle al público que siempre ocurre lo mismo con todo lo que votamos. Votamos una cosa y luego se hace lo contrario.

Es necesario gritar alto y claro que la izquierda que reconoce sus valores fundacionales de república, lucha de clases, laicidad, igualdad, feminismo... no se rinde ni se arrodilla. Se une en objetivos comunes sin uniformarse y sigue en la batalla y se reconocen y los ciudadanos/as la reconocen.

La esperanza y Esquilo. El infortunio es un lazo que une a los hombres tanto como la misma naturaleza.

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Pongámonos a ello.

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Jesús Garrido es portavoz federal de la corriente Izquierda Socialista del PSOE.

El concepto de ciudadanía como tal es imposible aplicarlo hoy a los residentes de la llamada Unión Europea por varias cuestiones, especialmente por aquellas que van ligadas a la igualdad social, se puede decir que la “ciudadanía europea” lo es en relación a que usan la misma moneda, como si fueran clientes de un negocio, pero los derechos y obligaciones del conjunto de dicha ciudadanía parten de la desigualdad que entre si tienen los propios Estados miembros y por lo tanto sus sociedades.

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