Ha aprovechado el señor Miguel Blesa su cita (como testigo) en el juicio que se sigue contra el juez que lo encarceló para declararse indignado por el trato recibido. Tal queja merece algunas consideraciones.
1.- Es indignante que Miguel Blesa, el amigo al que Aznar colocó en la presidencia de Caja Madrid y cuya gestión ha provocado el mayor agujero de la banca española tapado con dinero público, se queje en sede judicial del “sufrimiento personal y familiar” y del daño causado a su “prestigio profesional”.
2.- Es indignante que el presidente del tribunal, Arturo Beltrán, aplique escrupulosamente la norma y no la sensibilidad al expulsar de la sala y multar con 100 euros [perdonados al día siguiente] a una señora preferentista que ha estallado al escuchar los lamentos de Blesa: “¿Y lo que hemos sufrido los demás?”, se ha preguntado la expulsada, al tiempo que otros asistentes gritaban “¡80.000 euros me robó a mí ese criminal!”
3.- Es indignante que el Tribunal Superior de Justicia de Madrid haya decidido no admitir como prueba los más de 8.000 correos electrónicos cruzados entre directivos de Caja Madrid, incluido Miguel Blesa, algunos de los cuales demostraban que la cúpula del banco conocía desde 2006 que las preferentes eran un producto arriesgado y tramposo, pese a lo cual se continuó con su promoción y venta durante años.
4.- Es indignante que la maquinaria judicial funcione a un ritmo frenético cuando se trata de juzgar a un juez que presuntamente prevaricó al encarcelar al banquero y lleve la velocidad de un paquidermo cuando se trata de juzgar a los banqueros que por acción o por omisión se fumigaron los ahorros de decenas de miles de clientes.
5.- Es indignante que uno de los tres miembros del tribunal encargado de juzgar al presunto juez prevaricador sea una magistrada que fue consejera de la Asamblea de Caja Madrid bajo el mandato de Miguel Blesa como presidente.
6.- Es indignante que esa magistrada y ex teniente de alcalde de Madrid con el PP (al margen de su capacidad o prestigio en la carrera judicial) no albergue la menor duda de que su paso por Caja Madrid no sea causa para abstenerse en este asunto.
7.- Es indignante que sus compañeros de tribunal tampoco alberguen la más mínima duda de que esa vinculación pueda contaminar la causa que juzgan.
8.- Es indignante que los mismos medios de comunicación que consideraron absolutamente ilegítimo (por ejemplo) que Baltasar Garzón investigara la corrupción de la Gürtel y el PP tras haber ejercido un cargo con el PSOE permanezcan ahora mudos en el caso de la juez, exconsejera de la asamblea de Caja Madrid y ex concejal ‘popular’ María Tardón.
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9.- Es indignante la desproporción entre la contundencia del tribunal y de la fiscalía ante los trucos procesales que utiliza Elpidio Silva en su defensa y la parsimonia y “paciencia franciscana” con la que habitualmente se aceptan los permanentes trucos procesales de banqueros y evasores fiscales asesorados por los mejores y más caros bufetes jurídicos del país.
10.- Es indignante que el Consejo General del Poder Judicial tenga la piel tan fina cuando se trata de amparar a determinados jueces y tan gruesa a la hora de permitir presiones y tratos discriminatorios clamorosos.
P.D. No es que sea indignante sino simplemente triste que un ejemplo tan evidente de desigualdad ante la ley tenga por protagonista a alguien como Elpidio José Silva, cuya incontinencia y vanidad le han llevado a desperdiciar mil oportunidades de estar callado, y cuya ambición política inmediata introduce sombras en la credibilidad de una actuación valiente.
Ha aprovechado el señor Miguel Blesa su cita (como testigo) en el juicio que se sigue contra el juez que lo encarceló para declararse indignado por el trato recibido. Tal queja merece algunas consideraciones.