A Iker se lo han contado

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Iker está atribulado: alguien (no queda claro quién) está pidiendo su cabeza. Para encorajarlo, uno de sus editores le ha hecho un videíto con la «cronología» de la «noticia» de los no-muertos del parking de Bonaire. Por la pantalla desfilan, uno tras otro, todos los colegas (competidores) que metieron la pata. Mal de muchos, consuelo de tontos. En Horizonte, Iker mienta el vídeo pero no lo pone: un periodista no debe colocarse en el centro de la noticia; si usted siente curiosidad, corra a Twitter. «El editor me dijo: Iker, lo he hecho por justicia». Jiménez da «por zanjado» el tema, pero antes… ¡vamos con las reacciones! En un frenético recopilatorio, los youtubers más contraculturales apoyan al comunicador desde su silla gamer, sita en Andorra. Les «alucina» la cacería orquestada: no me extraña, tienen pinta de fliparlo fortísimo con la ley de la gravedad y la redondez de la tierra.

Iker no quiere hablar del tema, pero ahí viene otra pasadita: «podría pasarle a cualquiera. […] La red, el pueblo, ha dicho no. No hablamos de mi libertad, hablamos de la libertad en general». En pantalla, sobreimpresos, se amontonan tuits de franca adhesión. ¿Sus autores? ArrobaCapitanGeneraldeLosTercios y otras luminarias de brillo similar. Aprovechando la coyuntura, Carmen Porter llama cobardes a los que se están yendo de Twitter. Caramba, la valentía está de rebajas.

Pero aquí hemos venido por el periodismo. En la mesa, comparecen dos ingenieros y tres librepensadores, que se encargan de trufar las tediosas explicaciones técnicas con reflexiones sagaces, del tipo «la culpa es del gobierno, que da dinero a los ecologistas para que no limpien los ríos» o «ahora van a hacer ingeniería social» como quien hace croquetas con los restos del cocido. Bea Talegón, que lo mismo te advierte de los peligros de las vacunas que de los riesgos del 5G, trae «sondeos». ¡Cuerpo a tierra! Por lo visto, alguien ha preguntado a los españoles qué les parecería tener al señor Jiménez de presidente del gobierno y, coñe, ¡un respaldo abrumador! En Moncloa, asegura, andan inquietos. ¿Quién ha hecho esa encuesta? ¿Dónde y cómo? ¡Misterio! Iker aprovecha la oportunidad para declararse apolítico («total, de derechas, como mi padre»). Remata el cumplido con la coletilla que lo ha hecho millonario: «no lo digo yo…». 

A ver si nos juntamos un día y discutimos la diferencia entre un bulo, un error y un gambazo cualquiera. En una profesión tan aficionada al neologismo, la finura terminológica quita de muchos enredos

El programa continúa con una mesa de debate. Todo lo anterior, supongo, era análisis more geometrico demonstrato. Iker presenta a los invitados y nos advierte: en ese foro impera la libertad y cada uno dirá, sin cortapisas, lo que piensa. Por lo que sea, todos opinan, libremente, al unísono. No hace falta mucho para que una de las contertulias diga que si los científicos son tan listos para detectar el cambio climático cómo es que no atajan sus efectos. Otro, que asiente, remata que todo aquello ya se ha probado en China y que nos van a espiar. Entre medias, un señor que fuma en pipa (tal cual) afirma que los medios tradicionales están al borde de la extinción, que cualquier ciudadano con un teléfono móvil puede informar y que en las redes no hay censura. ¡Suficiente! El «periodismo ciudadano» repite más que el adobo.

Quizás usted se pregunte, querido lector, por qué terminé sintonizando el cotolengo informativo de los Jiménez-Porter. Hay criaturas horribles en las profundidades de este mundo, y no creo que convenga airearlas mientras no emerjan desde sus abismos. Pero es que Herrera, Carlos les ha proporcionado un esnórquel en su programa de radio, donde el interfecto ha cantado su parecer sobre la supuesta cacería y el aquí nos hemos equivocado muchos.

Por cierto, a ver si nos juntamos un día y discutimos la diferencia entre un bulo, un error y un gambazo cualquiera. En una profesión tan aficionada al neologismo (hubo un tiempo en que todo eran «posverdades»), la finura terminológica quita de muchos enredos.

Iker está atribulado: alguien (no queda claro quién) está pidiendo su cabeza. Para encorajarlo, uno de sus editores le ha hecho un videíto con la «cronología» de la «noticia» de los no-muertos del parking de Bonaire. Por la pantalla desfilan, uno tras otro, todos los colegas (competidores) que metieron la pata. Mal de muchos, consuelo de tontos. En Horizonte, Iker mienta el vídeo pero no lo pone: un periodista no debe colocarse en el centro de la noticia; si usted siente curiosidad, corra a Twitter. «El editor me dijo: Iker, lo he hecho por justicia». Jiménez da «por zanjado» el tema, pero antes… ¡vamos con las reacciones! En un frenético recopilatorio, los youtubers más contraculturales apoyan al comunicador desde su silla gamer, sita en Andorra. Les «alucina» la cacería orquestada: no me extraña, tienen pinta de fliparlo fortísimo con la ley de la gravedad y la redondez de la tierra.

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