Una sociedad que cambiar
46 mujeres asesinadas a manos de sus parejas o exparejas, 856 denuncias por racismo o xenofobia, 522 denuncias por delitos de homofobia y el auge de la extrema derecha, es una de las facturas que deja el 2024 por la que debemos preocuparnos.
España cuenta con algunas de las leyes más igualitarias del mundo y cada vez son más los avances logrados, pero los datos alertan de un incremento de violencia contra las mujeres y de los delitos de odio. No cabe duda de que ese 'pseudoperiodismo', cada vez más integrado entre nosotros, da alas a discursos que distorsionan la realidad y que dan pie a que se produzcan estas agresiones.
El Congreso de los Diputados, sede de la soberanía nacional, ya tiene ciertas brechas que permiten la entrada a agitadores ultras que hacen pasarse por periodistas con el único propósito de polarizar y desinformar con artes poco democráticas. Inventarse bulos contra miembros del Gobierno ha dejado alguna que otra situación que fomenta la crispación, como la vivida entre el ministro de Transportes Óscar Puente y el agitador ultra Vito Quiles el pasado mes de junio en X.
Mientras se sigan celebrando juicios como el de Samuel Luiz, se mate a mujeres por el simple hecho de serlo o se culpe a personas migrantes de delitos que no han cometido, seguiremos siendo una sociedad con cuentas pendientes
El periodismo es una de las profesiones más bonitas del mundo, así nos lo hacen saber desde la facultad, y para no desprestigiar a esta profesión me vais a permitir poner entre comillas a lo que se dedica Javier Negre.
Este "periodista", fundador de uno de los medios de comunicación que más bulos difunde en España, publicó en sus redes sociales hace unos meses que el asesino del crimen de Mocejón podría ser un mena (de esta forma despectiva se refiere a los menores migrantes no acompañados), aunque más tarde se pudo saber que en realidad era un joven español de 20 años.
Un periodista tiene como labor fundamental convertirse en los ojos y la voz de la ciudadanía y no utilizar ese puesto con intereses personales, partidistas o ideológicos
Un periodista tiene como labor fundamental convertirse en los ojos y la voz de la ciudadanía y no utilizar ese puesto con intereses personales, partidistas o ideológicos. En mi opinión, todo aquel que utiliza esta profesión con el objetivo de engañar y manipular no debe ser considerado periodista, por mucho que lo diga un título firmado por un rey cada vez más alejado de la realidad de los españoles.
Estos mensajes tan solo alientan a aquellos que necesitan una excusa o motivo para atacar a quienes según ellos no tienen los mismos derechos.
Lo mismo sucede con la violencia de género, que ha dejado a 1.291 víctimas desde el año 2003, además de incrementarse hasta un 4,79% las denuncias en el segundo trimestre del 2024. Los discursos proferidos por la extrema derecha, que niegan este tipo de violencia, alientan a unos jóvenes cada vez más radicalizados en el discurso ultraderechista.
Una derecha que abraza a la extrema derecha
El Partido Popular blanqueó a Vox, que se convirtió en la llave que los populares necesitaron para entrar en muchos gobiernos autonómicos. Una alianza que duró poco, este verano Santiago Abascal rompía con los de Feijóo para dejar clara su postura racista y xenófoba con la migración.
Es curioso que sea la extrema derecha la que tenga el bastón de mando y no el partido que se erige como la "única alternativa" al Gobierno de Pedro Sánchez. Un partido que se autodenomina "de Estado", pero que permitió el bloqueo del CGPJ durante cinco años, incumpliendo la Constitución.
El Partido Popular está obcecado en derrocar a Pedro Sánchez cueste lo que cueste, sin importar quien haya en el camino y las formas de hacerlo. Se podría decir que se han convertido en los abusones de un patio de colegio. Como prueba lo que pasó el 24 de diciembre, cuando el PP publicó en sus redes sociales un video anunciando que activarían "el modo Navidad" con el objetivo de no hablar de política durante dos días. En realidad, en los subtítulos de ese mismo video habían camuflado las palabras: S-AN-CHE-Z DI-MI-TE.
Espero que para el próximo año nuestros políticos sepan escucharse y entenderse por el bien de la ciudadanía, ya que sus discrepancias pueden llegar a costar vidas y su papel es fundamental para cambiar a la sociedad.
Mientras se sigan celebrando juicios como el de Samuel Luiz, asesinado al grito de "maricón de mierda", mientras se mate a mujeres por el simple hecho de serlo, mientras se culpe a personas migrantes de delitos que no han cometido o nuestros políticos no hagan nada por entenderse, seguiremos siendo una sociedad con demasiadas cuentas pendientes.
