Fargo, la serie (Movistar +)

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Viene Semana Santa. Así que puede ser un buen momento para practicar Binge Watching. Es decir, para pegarse un buen atracón viendo series. Normalmente, prestamos atención preferente en nuestra Sala de Visionado a la actualidad, a los nuevos productos que, en estos nuevos tiempos televisivos, se estrenan sucesivamente durante todo el año. Por esto motivo, me permito hoy hacer una recomendación para invertir 20 horas de estas vacaciones para un plan infalible, irrenunciable, imprescindible: ver al completo las dos temporadas de FargoFargo, creada por el guionista y productor ejecutivo Noah Hawley.

En 1996 los hermanos Coen estrenaron la película Fargo, que enseguida se convirtió en un clásico. Ganó dos Óscar, al guión original y a la interpretación de Frances McDormand, y el premio a la mejor dirección del Festival de Cannes.

Curiosamente, al año siguiente, en 1997, alguien tuvo la idea de convertir la película en una serie de televisión. En ese caso conservaron los personajes, con una agente de policía protagonista encarnada por Edie Falco, la que después sería Carmela Soprano. La serie estaba dirigida por la también actriz Kathy Bates, Se llegó incluso a rodar el piloto, pero no pasó la criba final de la cadena y no se produjo la serie. Sólo se pudo ver en EEUU años más tarde, en un programa especial dedicado a rescatar los fracasos más brillantes de la historia de la televisión. El proyecto se hizo a espaldas de Joel y Ethan Coen, que no participaron de modo alguno en su concepción. Curiosamente, está disponible en You Tube.

Mientras, Noah Hawley, el creador de la serie Fargo que finalmente ha visto la luz, también había tenido ya una desgraciada experiencia como adaptador. En su caso, de una serie sueca, reelaborada para su emisión en la ABC, en 2010. Se titulaba My Generation. Era un muy peculiar proyecto con un magnífico piloto de arranque. Recreaba la historia de un grupo de jóvenes con los que se grababa supuestamente un documental en la Universidad en el que contaban sus aspiraciones futuras en la vida. Años después, reaparecían y la serie contaba en qué se habían convertido y cómo habían llegado hasta allí. Era un concepto realmente llamativo e interesante. Tras el segundo episodio, ABC consideró que sus índices de audiencia no eran aceptables y la canceló. Sólo se produjeron 8 capítulos que estarán perdidos en alguna videoteca. Una pena. Se puede ver parte del material en algún promo rescatable.

Sin embargo, en 2014 cambió la suerte y finalmente se estrenó la versión libre de Fargo, comandada por Hawley, apadrinada por los Coen, que no intervinieron, pero que dieron su visto bueno. Fue un éxito para la cadena de cable FX y milagrosamente, tuvo unas críticas excelentes.

Hawley ha contado recientemente a The Hollywood Reporter que el salto de las cadenas generalistas tradicionales, en las que llevaba años trabajando, hasta un canal de pago, ha sido enorme para él, porque las grandes networks en abierto reclaman siempre contenido original, pero al mismo tiempo, se aterrorizan cuando el contenido es realmente originalnetworks . Sin embargo, al llegar al mundo del cable, en FX, le animaron a que hiciera el guión aún más oscuro y más ambiguo moralmente. El canal FX se ha convertido en estos últimos años en un referente total para la profesión en Estados Unidos. Se debe al papel de su máximo ejecutivo, John Landgraf, considerado el gurú estrella de la televisión actual. Según su filosofía, es preferible hoy en día hacer algo grande para algunos, que algo simplemente bueno para todo el mundo. También defiende que las series hoy en día necesitan varias temporadas para llegar realmente al público. Es un tipo realmente interesante.

Tras el éxito de Fargo, Landgraf ha firmado con Hawley un contrato de tres años con el canal y ya está desarrollando cuatro proyectos diferentes. Entre ellos la adaptación de Legion, de Marvel.

Hawley, que también había trabajado en Bones, entre otras series, llevó a la reunión clave en FX un documento de venta de veinte páginas, un mapa de Minnesota y su personal visión de las claves de la película que se podían trasladar a la serie. Lo bueno de la reunión es que le pidieron seguir desarrollando el proyecto. Lo malo era que el propio Hawley no quería hacer una serie convencional. Quería producir algo muy particular.

Para Hawley parte del espíritu de la película, la parte fundamental, es el hecho de que personas modestas y discretas, como los personajes locales, se ven perturbados por una serie de crímenes sangrientos, bizarros, desconcertantes. Pero lejos de cambiarles o dejar una huella oscura en ellos, están deseando volver a su rutina y se esfuerzan en conseguirlo. Así que, para el creador de la serie, tenía que ser una antología.

Se llama antologías a las series en las que en cada episodio o cada temporada se cambia de argumento y de personajes, como en True Detective, o la británica Black Mirror. Y así veía Hawley su versión de Fargo. Pretendía desarrollar un caso criminal, pero dejar en los personajes la permanente intención de recuperar su pequeña, aburrida y sencilla vida, que ni los crímenes más horrendos deberían alterar. Para la visión de Hawley, que los protagonistas no pudieran volver a su estado anterior cuando acabara el festival del crimen sería pervertir su naturaleza.

Cuando se trata de series que cambian significativamente tras cada temporada, el riesgo es muy grande. Todo el trabajo de fidelización de los espectadores se pone en serio peligro. Si el nuevo casting, o el nuevo argumento falla, de nada ha servido lo construido la temporada anterior. Así pasó en buena medida con True Detective. A cambio, se da también una ventaja importante. No hay que estirar las series hasta desvirtuarlas, ese mal tan típico de la televisión y que ha lastrado a muchas series como Lost o a Prison Break.

En esta adaptación de Fargo, hay un único y fundamental personaje principal de la película que se mantiene: Minnesota. Según Hawley, “una Siberia con restaurantes”. Hawley no retrata la Minnesota real, sino la que los hermanos Coen imaginaron en Fargo. Dos rasgos destacaban especialmente, además del frío: la dificultad de las personas para comunicarse con los demás y el luteranismo, que impide ser abierto, tanto al expresarse, como a la hora de escuchar a los demás cuando hablan de sí mismos. La exigencia de escribir personajes así implica la necesidad de que las emociones estén siempre contenidas, que aparezcan en el subtexto. Además, se elude en todo momento el recurso del melodrama de la misma manera que ocurría en la película de los Coen.

La serie se graba en Canada, en Calgary, y en pleno invierno. Eso dificulta el cumplimiento de plazos típicos, pero para Hawley es una gran ventaja. Como ha explicado en Variety: “Podemos tomarnos nuestro tiempo y hacer bien los episodios para emitirlos, ya nos lleve doce, quince o dieciocho meses desde la última temporada. Creo que eso es lo que lo convierte en un evento. Creo que en el momento en el que estrenes temporada en la misma fecha cada año sólo estás haciendo un simple programa de televisión más”.

‘House of cards’

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Fargo ha demostrado sin duda, en sus dos temporadas, una fuerte e identificable personalidad muy cercana a la película que le da nombre. Es una serie de invierno, de frío, de andares torpes sobre la nieve. Es una serie de crímenes imperfectos y de criminales chapuceros Es una serie de personajes estúpidos y exasperantes y, a la vez, personajes sabios y reconfortantes junto a peculiares asesinos con inevitable magnetismo. Tiene el humor característico de la película y cierta libertad para introducir lo mágico, para romper sus propias reglas o su propio ritmo de vez en cuando. Pero la serie además esconde frecuentes homenajes a la película y no sólo a ella, sino a otros filmes de los Coen. Los fans pueden jugar a encontrar esos guiños o en su caso a buscar en internet las listas de referencias.

La primera temporada se situó en 2006, la segunda retrocedió hasta 1979 y ya sabemos que la tercera se datará en 2010, aunque no se estrenará hasta 2017. Puede que haya algún cruce de personajes, según los autores de la serie, pero será puntual, como ha ocurrido entre la primera y la segunda temporada. Sólo han anticipado que el cambio de época les hará centrarse en la cultura selfie, en la pasión actual por fotografiar todo y retransmitir nuestra vida privada. “Es una dinámica social muy antitética respecto al pragmatismo luterano de la región. Vamos a ver qué historias produce la gente pragmática y humilde frente a la cultura del narcisismo”, ha declarado Hawley al Calgary Herald.

Todos los episodios comienzan con una extensa declaración asegurando que el argumento está basado en hechos reales. La película original comenzaba con la misma advertencia. Una muestra del Humor Coen que se extendió como verdad. The Telegraph ha estudiado este asunto y aclara que cuando se estrenó la película, hace 20 años, estaba empezando internet y pocos críticos investigaron la historia tras el rótulo, que se dio por bueno mayoritariamente. Los hermanos contribuyeron a la confusión dando sucesivas versiones contradictorias. Esto sí que son hechos reales.

Viene Semana Santa. Así que puede ser un buen momento para practicar Binge Watching. Es decir, para pegarse un buen atracón viendo series. Normalmente, prestamos atención preferente en nuestra Sala de Visionado a la actualidad, a los nuevos productos que, en estos nuevos tiempos televisivos, se estrenan sucesivamente durante todo el año. Por esto motivo, me permito hoy hacer una recomendación para invertir 20 horas de estas vacaciones para un plan infalible, irrenunciable, imprescindible: ver al completo las dos temporadas de FargoFargo, creada por el guionista y productor ejecutivo Noah Hawley.

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