El Gobierno calienta motores de cara a las elecciones que se celebran el próximo año. Con la amenaza de Podemos en el horizonte, unido al descontento social generalizado fruto de los múltiples recortes y ajustes (o desmantelamiento del Estado del bienestar) en aras de la austeridad "impuesta por Bruselas", el Ejecutivo no ha tenido más remedio que ponerse manos a la obra. Eso sí, la reforma fiscal anunciada este viernes, que se traducirá en una rebaja en las retenciones salariales, escama a más de uno:
El Gobierno calienta motores de cara a las elecciones que se celebran el próximo año. Con la amenaza de Podemos en el horizonte, unido al descontento social generalizado fruto de los múltiples recortes y ajustes (o desmantelamiento del Estado del bienestar) en aras de la austeridad "impuesta por Bruselas", el Ejecutivo no ha tenido más remedio que ponerse manos a la obra. Eso sí, la reforma fiscal anunciada este viernes, que se traducirá en una rebaja en las retenciones salariales, escama a más de uno: